¿Conoces a Janeth, Enoch, Ali y Aisha?

Os presentamos al pequeño Enoch Rofich. En el momento de sacar esta imagen entre los brazos de su padre apenas tenía una semana de vida. Enoch nació en Uganda, uno de los países con la población más joven de África.

Hemos empezado el año así, con los rostros de estos niños nacidos alrededor del mundo. Lamentablemente, el lugar de nacimiento puede determinar si superarán o no las 24 horas de vida. En 2016, unos 2.600 bebés murieron cada día durante sus primeras 24 horas de vida. Unos dos millones de recién nacidos no superaron la primera semana de vida y 2,6 millones murieron antes de cumplir su primer mes. Más del 80% de estas muertes se debieron a causas prevenibles y tratables, como el nacimiento prematuro, las complicaciones durante el parto o infecciones como la sepsis y la neumonía.

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Educación y acceso a agua, saneamiento e higiene serán los pilares de la acción humanitaria dirigida a la infancia en 2018. La prioridad recae una vez más en los refugiados, ya que uno de cada cuatro niños vive en países afectados por conflictos o desastres y casi 50 millones tuvieron que abandonar sus hogares debido a violencia, pobreza o catástrofes naturales. Unicef estima que los niños que necesitan ayuda humanitaria urgente en el mundo son 85 millones.

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En Suecia, cientos de hijos de familias de refugiados caen en un extraño síndrome que solo se ha registrado en el país escandinavo. Los científicos no tienen respuestas contundentes para explicarlo y lo han bautizado como Síndrome de Resignación.

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El conflicto en Siria, a punto de cumplir siete años, solo es uno de los focos de crisis. Fran Equiza, representante del Fondo de las Naciones Unidas en el país, nos cuenta en esta entrevista cómo trabajan para salvar a los menores en este contexto, no solo de la muerte, la enfermedad o el hambre, sino de creer que lo que han vivido es la única realidad.

Sigue leyendo: “No se puede iniciar un proceso de paz en Siria si no se atiende a los niños”

El caso de Siria, lamentablemente, no es aislado. Yemen, por ejemplo, ya suma 1.000 días de horror y está al borde de una de las hambrunas más terribles de la era moderna. Ali, por ejemplo, es un niño de siete años y no pesaba más de 15 kilos cuando llegó al hospital de Aden. Estaba literalmente en los huesos, con la mirada perdida. Esta es su historia: Yemen: 1.000 días de horror

Las niñas son las más vulnerables. En Tanzania, por ejemplo, se practica la ablación con el pretexto de que el clítoris seguirá creciendo y matará al marido, para evitar supuestas enfermedades y por motivos económicos. “Un día mis padres me dijeron: 'Te vamos a mutilar para que puedas conseguir un marido”, cuenta Janeth Ropi, de 12 años. Sus padres querían mutilarla y casarla porque necesitaban una vaca.

Este reportaje recoge su testimonio: “Mis padres querían mutilarme y casarme porque necesitaban una vaca”

En el alto Atlas marroquí, el matrimonio precoz es la norma. La niña que aparece en la foto es Aisha, de cuatro años. Aún no está escolarizada a pesar de que en su aldea acaban de abrir un centro de educación primaria. Sus padres no quieren que vaya porque lo consideran una pérdida de tiempo. Su madre la quiere en casa para que la ayude en las tareas domésticas.

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