17 cosas que antes hacíamos los españoles y hoy nos parecen aberrantes (o impensables)
Toda una retahíla de incorrección política fue práctica habitual en nuestro país hasta hace nada
En junio de 2017, según datos de Telefónica, quedaban en España 18.000 cabinas telefónicas. Tres veces menos que las 55.000 que había a finales de los noventa. Algo normal dado que el número de españoles con 'smartphone' ha subido, en cinco años, del 41 al 81 por ciento. Las cabinas telefónicas ya no son rentables, pero el Gobierno obligó a Telefónica a mantener la concesión de las mismas al menos durante 2017. Veremos qué ocurre ahora.
En la imagen, Carmen Maura en 'Mujeres al borde de un ataque de nervios', de Pedro Almodóvar (1988).Cualquiera de más de 35 años recordará bofetones en su escuela. Agresiones de mayor o menor intensidad que, para los profesores de vieja escuela, eran normales como parte de lo que ellos consideraban "una formación". Hoy esto ya no se tolera ni siquiera dentro de la familia. En 2007 el Consejo de Ministros eliminó un artículo del Código Civil que permitía que los padres o tutores "corrigieran" moderadamente a los hijos. Esta medida creó un gran revuelo social y muchos padres consideraron que la ley se metía en su vida privada. Diez años después, la absolución de una madre que había dado un bofetón a su hijo creó un escándalo parecido. Una mujer coruñesa había sido llevada a los tribunales por dar una bofetada y arañar sin querer a su hijo. "Los hechos han sido puntuales y con provocación por parte del menor", dictaminó el juez José Antonio Vázquez Taín.
En la imagen, Fernando Fernán Gómez en 'La lengua de las mariposas', de José Luis Cuerda.Tres elementos se conjugan a la hora de un cambio de paradigma en el ocio infantil que lo ha apartado de las calles. La baja tasa de natalidad (hay menos niños con los que jugar que los que hubo en generaciones anteriores), el desarrollo tecnológico que ha creado entretenimiento en casa para los más pequeños y una planificación urbana que favorece al coche y acaba con áreas seguras y acotadas para los niños en las grandes ciudades. Algunas iniciativas como Camino Escolar intentan recuperar el espacio público para que los más pequeños jueguen, hagan nuevos amigos y aprenden lo que es caer, hacerse una herida y levantarse.
En la imagen, una escena de la serie 'Cuéntame como pasó'.Los límites del humor (o si acaso existen) es uno de los grandes temas culturales del siglo XXI, en un momento en que la indignación, la denuncia y el boicot es más fácil que nunca gracias a las redes sociales. El caso del 'gag' que nos ocupa, el de Martes y Trece, es notable al tratarse de una de las pocas ocasiones en las que el humorista se ha mostrado arrepentido de ese momento de su obra. En una parodia emitida en 1991 del programa 'Hablemos de sexo', presentado por la doctora Elena Ochoa en la misma época en RTVE, un Millán Salcedo disfrazado de mujer y con un ojo maquillado con un falso moratón afirmaba a cámara: "Mi marido me pega, me pega todos los días". Mientras, de fondo, se oían sonidos de risas enlatadas. 25 años después, el cómico reconoció en un programa de La Sexta que está arrepentido de aquel número. "Yo no lo veo, me abochorna. ¡Qué poca información teníamos hace 25 años! No me quiero quitar culpa, pero en las altas esferas de la televisión a todo el mundo le pareció bien. Pido disculpas". No es el único cómico que hizo humor con una situación tan grave: en un 'sketch' de Miguel Gila, el cómico aparecía con un cuchillo ensangrentado y musitaba: "Acabo de matar a mi mujer y no sé si he hecho bien o he hecho mal".
En la imagen, el dúo cómico Martes y Trece.Que los niños tomen "una gotita de vino o cerveza" fue habitual hasta hace poco en ciertos entornos. Pero en los años sesenta, el mensaje se daba desde la televisión. Los vinos quinados, considerados medicinales, eran anunciados en televisión como la bebida ideal para toda la familia. Tenía un 13 grados de alcohol. En el caso de la marca Kina San Clemente, como recordó El Comidista, se llegó a crear una mascota muy atractiva para los niños, Kinito, que hablaba de los beneficios de beber vino desde tiernas edades. "¡Da unas ganas de comer!", gritaba desde el anuncio. El vino, por cierto, se sigue vendiendo, aunque ya ni de lejos con aquella campaña publicitaria que hoy causaría un auténtico terremoto mediático.
En la imagen, tebeo creado por Francisco Ibáñez (el mismo de, entre otras muchas, Mortadelo y Filemón), con Kinito de protagonista.Ya apenas se ven columpios de metal sobre suelos de cemento, aquellas superficies frías y duras sobre las que varias generaciones se dejaron alguna vez la piel, algún diente y, en el peor de los casos, un hueso. Y si se ve, es casi una ruina del pasado. A día de hoy la preocupación por la seguridad en parques infantiles es mucho mayor y los columpios están hecho de materiales como madera o goma. En la última década el debate pasó al asunto de la arena: ¿puede contener elementos tóxicos? En muchos parques de España esta se ha sustituido por suelos de tartán, un material blando que también reduce el daño ante posibles caídas de los niños mientras están jugando.
En la imagen, una viñeta del cómic 'Carlitos, Charlie Brown y Snoopy'.