Portugal reniega del pastel de nata y otros platos típicos

El Gobierno prohíbe en los centros de salud el buñuelo de bacalao y el pan con chorizo

"Pasteles de nata" en una pastelería en Lisboa, Portugal.PATRICIA DE MELO MOREIRA / GETTYIMAGES

El Gobierno portugués ha desatado una guerra contra gordos/as que parece no tener fin. No es que los portugueses sean especialmente gordos, de hecho solo un 24% de la población adulta del país es obesa, según la Organización Mundial de la Salud. Nada que ver con Estados Unidos (33%) o la misma vecina España (26,6%). Pero para el Gobierno portugués no es consuelo que otros estén peor. Desde que inició su mandato en 2015 —y echó a su ministro más pesado, João Soares— ha recomendado reducir la cantidad de azúcar de los sobrecitos que se sirven con el café en los bares; ha obligado a reducir la ca...

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El Gobierno portugués ha desatado una guerra contra gordos/as que parece no tener fin. No es que los portugueses sean especialmente gordos, de hecho solo un 24% de la población adulta del país es obesa, según la Organización Mundial de la Salud. Nada que ver con Estados Unidos (33%) o la misma vecina España (26,6%). Pero para el Gobierno portugués no es consuelo que otros estén peor. Desde que inició su mandato en 2015 —y echó a su ministro más pesado, João Soares— ha recomendado reducir la cantidad de azúcar de los sobrecitos que se sirven con el café en los bares; ha obligado a reducir la cantidad de sal en muchos alimentos, ha impuesto un gravamen sobre las bebidas efervescentes y ha legislado para que las cantinas de los organismos públicos tengan siempre un menú vegetariano. Lo último son las exigencias a las empresas que opten a las concesiones de las cafeterías en centros de salud y hospitales del país. Deberán respetar una lista de 80 productos alimenticios que quedan absolutamente prohibidos, sean sus clientes pacientes, trabajadores o visitantes; hipertensos o hipotensos.

La lista no respeta ni los símbolos nacionales. Adiós al buñuelo de bacalao, adiós al pastel de nata, que tanto han hecho por este país; por supuesto adiós a las pipocas (palomitas de maíz), a la mousse de chocolate y al inocente pan de leche.Quedan terminantemente prohibidos en bares, cafeterías y restaurantes hospitalarios el jamón y la mortadela, por supuesto el kétchup y la mayonesa, pizzas, hamburguesas y salchichas; ni milhojas dulces ni salados, ni una simple palmerita; pecado mortal es el donuts, anatema gominolas y pipas. Ojito con la bebida, ni coca-colas ni red bulls, ni extractos de té ni aguas aromatizadas.

Los partidarios de las teorías de la conspiración creen que este Index Alimenticium Prohibiturum es una treta para acabar con las colas en los centros de salud, que estas semanas no dan abasto con tanta gripe y tan poco médico y enfermero. Puede ser, hay un alto riesgo de entrar como un guiñapo, pero vivo, y salir como un pincel, pero muerto de hambre.

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