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Agarrarse a la vida después de la violencia sexual

Hasta el hospital Heal Africa de Goma, en República Democrática del Congo, llegan mujeres con heridas físicas y emocionales a consecuencia de una violación

Varias pacientes delante de su alojamiento temporal en el hospital Heal Africa. Pueden tener a sus hijos con ellas durante la estancia.
Una mujer en el hospital Heal Africa.
Claudine tiene 23 años y su hijo Pacifique tan solo cuatro meses. Hace varias semanas, la joven fue violada por un agente de policía y su marido le dijo que no quería seguir siendo su esposo. La joven tuvo que marcharse de casa. Su marido no dejó que se llevase nada excepto el bebé. Claudine buscó ayuda en una iglesia, pero cuando se hizo evidente que la violación le había provocado una fístula, la llevaron a Heal Africa, un hospital de la ciudad de Goma, en el este de Congo.
La clínica es uno de los tres únicos hospitales del país que cuentan con cirujanos especialistas en fístulas. Sin hogar al que volver y en la más absoluta pobreza, Claudine espera que la operación le cure la lesión.
Walunga Solange, Nema, La Blonde y Moma Gastonia (de izquierda a derecha) en su alojamiento temporal del hospital Heal Africa. La mayoría de las mujeres que buscan ayuda gratuita han hecho un largo viaje a pie.
Pacifique, hijo de Claudine, en el hospital Heal Africa de Goma. Hace tres semanas, su madre fue violada por un agente de policía y su marido la repudió.
El doctor Lusi en el hospital Heal Africa de Goma.
Las mujeres en tratamiento en el hospital Heal Africa se ejercitan en dibujar motivos para bordar durante una clase en el taller Healing arts [Artes curativas].
Mujeres en tratamiento en el hospital Heal Africa sentadas delante de su alojamiento temporal.
El doctor Justin y su equipo durante una operación de fíbula obstétrica en el hospital Heal Africa.