¿Desconfiaría de una leche para lactantes con taurina?

A veces las cosas no son lo que parecen. Una experta nos explica qué hay de bueno en las etiquetas, aunque lo que lea suene fatal

Tras la polémica entre la periodista Samanta Villar y la marca de alimentación Hero Baby por la composición de unos potitos, muchos padres se pusieron a revisar las etiquetas de los productos con los que dan de comer a sus bebés. Y como suele ocurrir en estos casos, ante esa maraña de datos técnicos lo más fácil es llevarse un buen susto. La cuestión es: ¿están justificados esos miedos? Marián García, doctora en Farmacia y Nu...

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Tras la polémica entre la periodista Samanta Villar y la marca de alimentación Hero Baby por la composición de unos potitos, muchos padres se pusieron a revisar las etiquetas de los productos con los que dan de comer a sus bebés. Y como suele ocurrir en estos casos, ante esa maraña de datos técnicos lo más fácil es llevarse un buen susto. La cuestión es: ¿están justificados esos miedos? Marián García, doctora en Farmacia y Nutricionista, nos ayuda a entender algunos compuestos que aparecen en las etiquetas y que solemos identificar como algo negativo:

Aceite de palma: A pesar de su mala fama, el ácido palmítico es un componente importante de la leche materna. Tal y como explica García en el post de su blog en el que analiza esta cuestión en profundidad, representa aproximadamente el 25% de los lípidos en su composición. La confusión viene porque el aceite de palma tiene “dos caras” y, dependiendo de su procedencia, no se comporta igual en el organismo. El que proviene de la leche materna es mayoritariamente beta-palmitato y el que proviene de los aceites vegetales —utilizado en la mayoría de alimentos— es alfa-palmitato.

“Sin embargo, cada vez más fórmulas infantiles que apuestan por diferenciarse en cuanto a calidad”, señala García, “añaden hasta un 45% de ácido palmítico en posición beta”. En la leche humana está entre un 60 y un 86%. “No es lo mismo, pero siempre será mejor opción que un 100% de ácido palmítico en posición alfa. En eso es en lo que debemos fijarnos. Si está presente en beta o alfa”, señala.

Taurina: “Como había unas bebidas energéticas que lo llevaban, incluso alguna marca que tenía un nombre similar la gente lo tiene asociado a eso”, explica García. Pero nada de pensar que porque un alimento infantil lleve esto el niño se va a poner como una moto. “La taurina es un aminoácido que forma parte de las proteínas. En concreto, es el segundo aminoácido más importante en la leche materna”. ¿Los beneficios para los bebés? “Sirve para desarrollar la retina, para absorber las grasas y es el aminoácido más abundante en el cerebro del feto y de los niños”.

Tal y como nos explica García estos componentes se utilizan porque lo que se trata es de que la leche que compramos, sea lo más parecida posible a la humana: "Todo lo que la evidencia ha visto que es imprescindible que contengan está regulado por ley (tanto los valores máximos como los mínimos) y, después, hay una serie de componentes que los productores puede añadir de forma voluntaria porque mejoran el producto”.

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