9 fotos

La intimidad de Renoir

El Museo Thyssen de Madrid acoge una retrospectiva que reúne algunas de sus obras impresionistas más emblemáticas junto a su abundante producción como retratista y pintor de escenas íntimas

Guillermo Solana, director artístico del museo y comisario de la exposición recuerda que el Thyssen ha dedicado ya exposiciones monográficas a casi todas las figuras esenciales del impresionismo. “En apariencia, Renoir es el más fácil de todos ellos, pero en realidad es el más difícil y complejo”. En la imagen, la entrada de la exposición temporal.Julián Rojas
Y de disfrute, gozo y alegría de pintar trata la exposición, la primera antológica que se le dedica en España, según asegura Guillermo Solana. También se puede ver estos días al maestro francés en la Fundación Mapfre de Barcelona, centrada en los retratos de mujeres, escogidos de la colección del Museo d’Orsay. En la imagen, un visitante observa la obra Ninfa junto a un arroyo, 1869-1870.Julián Rojas
Sobre el título, Intimidad, el comisario precisa que Renoir quería que su pintura fuera contemplada con los cinco sentidos.Julián Rojas
La etapa impresionista (1869-1880) ocupa las dos primeras salas y reúne iconos de Renoir como Después del almuerzo, Almuerzo en el restaurante Fournaise o Baños en el Sena. En la imagen, la obra retrato de la mujer de Monet, 1872-1874.Julián Rojas
A partir de 1881 el pintor vuelve la mirada a la tradición clásica, sin abandonar del todo el lenguaje impresionista. A lo largo de toda esa década Renoir adquiere reputación como retratista de encargo, una faceta que ocupa el segundo apartado de la muestra.Julián Rojas
Le siguen los "placeres cotidianos", con escenas sobre todo de mujeres en interiores, abstraídas en distintas actividades; "paisajes" de la costa normanda y alrededores; "escenas familiares y domésticas" y, por último, un apartado sobre "bañistas". En la imagen, Mujer al piano, 1875-1876 (izquierda).Julián Rojas
Una de las salas con la obra La Sra. Thurneyssen y su hija, 1910 (al fondo).Julián Rojas
"Tendemos a celebrar la pintura trágica -Van Gogh, Munch- como la más heroica, pero puede haber más heroísmo en mantener ese espíritu de celebración, considerando que Renoir no siempre lo pasó bien y a veces lo pasó muy mal", señaló Solana. En la imagen, la obra Después del almuerzo, 1879.Julián Rojas
Guillermo Solana, director artístico del Museo Thyssen y comisario de la muestra 'Renoir. Intimidad', explica La Grenouillère (1869).Víctor Lerena (EFE)