Doble Punta 2011, la pureza a través del cristal

DOBLE PUNTA es un viñedo muy viejo de garnacha tinta. Cuando las aguas corren ladera abajo (y mucha ladera es), dejan al descubierto cristales de cuarzo que suelen tener dos puntas. Para Guillermo y Carlos, los viñateros, son un símbolo de pureza y una antena que conecta las raíces de sus cepas con la luz del sol, que llega suave de Levante: el cristal recoge esa luz y la hace viajar a las profundidades, que fueron mar y sal (hoy a 850 metros sobre el nivel del mar). Las uvas y su vino tienen fuerza, recogen esa historia, muestran su energía. El caballo avanza lento entre las calles rodeado de...

DOBLE PUNTA es un viñedo muy viejo de garnacha tinta. Cuando las aguas corren ladera abajo (y mucha ladera es), dejan al descubierto cristales de cuarzo que suelen tener dos puntas. Para Guillermo y Carlos, los viñateros, son un símbolo de pureza y una antena que conecta las raíces de sus cepas con la luz del sol, que llega suave de Levante: el cristal recoge esa luz y la hace viajar a las profundidades, que fueron mar y sal (hoy a 850 metros sobre el nivel del mar). Las uvas y su vino tienen fuerza, recogen esa historia, muestran su energía. El caballo avanza lento entre las calles rodeado de peces de colores: el vino es mineral y salino y luce el bermellón de la zarzamora, el azul oscuro del arándano, el verde del musgo y la hierba y el negro de la algarroba. Envuelve la nariz, explota en el paladar. Hay higos secos y bizcocho de cerezas en la merienda junto al camino, mientras el atardecer, fresco, resuena con el metal de las campanas.