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Una nueva conquista contra el trabajo esclavo en Brasil

Miles de personas son víctimas de explotación en el país. Un grupo de campesinos liberados, hoy vive en comuna y es ejemplo de que se puede luchar contra esta lacra dando formación en derechos

La Comissão Pastoral da Terra ayudó a los agricultores en su búsqueda de un terreno en el que instalarse en Piauí. Finalmente encontraron una hacienda abandonada por el dueño y llena de deudas que ocuparon durante un año y medio hasta que fue comprada por el Estado y cedida después a los campesinos. Vista general de las casas de la comunidad campesina. Hugo Palotto
Francisco Rodrigues dos Santos es uno de los moradores que fue esclavo en el pasado. Sobrevivió durante seis meses a un trato inhumano en medio de la selva hasta que fue liberado. Francisco posa en el salón de su casa junto a su mujer, Teresa Cristina Alves, y su hija pequeña, Victoria, cuyo nombre fue puesto en honor a su liberación. Hugo Palotto
Elenilson da Conceição sufrió a manos de los mismos esclavistas que su vecino Francisco. Ambos fueron sometidos a lo que se conoce como ‘servidumbre por deuda’, que obliga al trabajador a permanecer en el trabajo hasta que salde una deuda inventada por los captores. Elenilson cuenta en su casa: ‘Nos despertaban a las cuatro de la madrugada gritando: ‘¡Despertad vagabundos! Los pájaros que no me deben nada ya están despiertos y vosotros, que me tenéis que pagar, estáis durmiendo’".Hugo Palotto
El estado de Piauí, donde se encuentra el asentamiento, es uno de los más pobres de Brasil. La falta de oportunidades obliga a sus habitantes a migrar hacia otras regiones del país y son engañados muchas veces con falsas promesas y explotados laboralmente.Hugo Palotto
Los campesinos del asentamiento han divido la tierra en parcelas donde siembran mandioca, arroz, maíz, frijoles... El problema es que dependen exclusivamente de la lluvia para la producción. En la imagen, Francisco José de Santos Oliveira, líder de la comunidad conocido como ‘Chiquinho’, en primer plano y José Rodrigues, al fondo.Hugo Palotto
José Rodrigues migró por primera vez a los 19 años a otros estados del país donde sufrió diferentes grados de explotación laboral. “Tener mi propia tierra me ha dado todo lo que necesito para vivir”, asegura. En esta foto, su yerno, ‘Chiquinho’, prepara carbón en la tierra comunitariaHugo Palotto
Su lucha mereció, en 2010, el reconocimiento del Premio Nacional de Derechos Humanos, que el propio ‘Chiquinho’ recibió de la entonces presidenta Dilma Rousseff. En la imagen, el machete del joven, indispensable para trabajar en las tierras del sertón. Hugo Palotto
Desde que consiguieron la tierra en 2008, han avanzado mucho en la mejora del asentamiento. Una de las primeras ayudas que recibieron fue un presupuesto destinado a las viviendas, que construyeron ellos mismos tras comprar los materiales. Ahora, ya disponen incluso de tendido eléctrico.Hugo Palotto
En Nova Conquista, se imparten clases de alfabetización por las noches, cuando todos sus habitantes han terminado de trabajar el campo. ‘Chiquinho’ es el profesor y entre sus alumnos se encuentran Elenilson, Rodrigues y Edna. Aprender a leer y a escribir es otra forma de mantenerse en libertad.Hugo Palotto