Editorial

Brasil debe reaccionar

Dilma Rousseff tiene que adoptar lo antes posible las medidas necesarias para evitar el desplome de la economía de su país

La presidenta de Brasil, Dilma Roussef, a su llegada a la sesión plenaria de la cumbre sobre cambio climático en París.ERIC FEFERBERG (EFE)

La noticia de la profunda recesión en la que se encuentra sumida Brasil —que lleva camino de ser la peor desde los años treinta del siglo XX— debe hacer reaccionar con urgencia al Gobierno de la primera economía de Latinoamérica. La presidenta Dilma Rousseff tiene que adoptar lo antes posible las medidas necesarias para evitar que el país que ha protagonizado uno de los mayores milagros económicos de las últimas décadas —con la incorporación de decenas de millones de pobres a las clases medias— se precipite en una espiral de graves consecuencias para sus habitantes y para la economía global....

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La noticia de la profunda recesión en la que se encuentra sumida Brasil —que lleva camino de ser la peor desde los años treinta del siglo XX— debe hacer reaccionar con urgencia al Gobierno de la primera economía de Latinoamérica. La presidenta Dilma Rousseff tiene que adoptar lo antes posible las medidas necesarias para evitar que el país que ha protagonizado uno de los mayores milagros económicos de las últimas décadas —con la incorporación de decenas de millones de pobres a las clases medias— se precipite en una espiral de graves consecuencias para sus habitantes y para la economía global.

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Brasil está atenazado desde hace meses por una grave parálisis política e institucional sobre la que golpean sin cesar las continuas revelaciones de casos de corrupción, a cual más escandaloso, y las detenciones de importantes empresarios y políticos. La caída del 4,5% en el PIB interanual anunciada ayer, en el marco de una desaceleración que se ha complicado cada vez más, acaba por imprimir un clima de elevado pesimismo.

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Por eso es imprescindible que Rousseff y las fuerzas políticas brasileñas aclaren cuanto antes el panorama, que la justicia siga luchando contra la insoportable corrupción y que el país entre en una senda de normalidad que le permita afrontar con garantías los retos a los que se enfrenta. Por interés propio, pero también por el de la región y por el equilibrio de la economía mundial.

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