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La tortuosa historia de AZCA

El gran centro comercial y financiero de la ciudad de Madrid comenzó a gestarse hace más de siete décadas

Los orígenes de AZCA se pueden retrotraer al plan de ensanche y reforma de Madrid de Zuazo y Jansen de 1929. Pero fue el Plan de Ordenación Urbana redactado justo después de la Guerra Civil, entre 1941 y 1946, por Pedro Bidagor, el que habla de “un centro comercial” a la izquierda de la Castellana. Bajo el criterio de “invadir lo más posible” la barriada de Cuatro Caminos, proyectaba “una nueva agrupación de comercio y espectáculos” construida para “iniciar así la descongestión a fondo de la ciudad vieja, actual centro comercial”.
El arquitecto Antoni Perpiñá ganó el concurso internacional de ideas para construir el centro comercial convocado en 1954. Inspirado en el Rockefeller Center de Nueva York, el proyecto se basaba en la separación de circulaciones: tres anillos enterrados de circulación rodada y aparcamientos, y dos niveles, en superficie, de circulación peatonal. Las viviendas se construirían en la calle de Orense, y los edificios comerciales y de oficinas, en las tres vías perimetrales restantes. Todo girando en torno al Teatro de la Opera que se ubicaría en el centro, como se puede ver en esta maqueta del proyecto construida en 1966.
En la imagen, cedida por el blog 'Secretos de Madrid', el solar en los años sesenta. No fue hasta lo década siguiente cuando comenzó a construirse el centro comercial. En el camino, se descartó el teatro de la ópera, lo que quitó sentido a la configuración del espacio interior. Los propietarios de los terrenos, que eran los que tenían que desarrollar el proyecto, “pararon la edificación durante 17 o 18 años, conscientes de que la forma de que la forma de ganar más dinero era esperando a que se revalorizara el terreno”, escribió la periodista Nativel Preciado en un artículo publicado en 'Abc' en 1972.
Durante los años setenta y hasta principios de los ochenta se fueron levantando los edificios más importantes: la Torre Windsor (106 metros de altura), la Torre del Banco de Bilbao (107 m.), la Torre Europa (121 m.), la Torre Picasso (157 m.) y la Torre Mahou (85 m.). El eje comercial lo vertebraba (y lo sigue haciendo) El Corte Inglés, situado en la cara de Raimundo Fernández Villaverde. La edificación “dejó el espacio interior como secundario y no como protagonista”, escribió en 1985 el arquitecto Antón Capitel en la revista 'Lápiz'. En la imagen, la construcción de AZCA en 1976.Joaquín Amestoy
Los pasadizos laberínticos y los locales de copas en los bajos pronto se convirtieron en centro de historias de delincuencia e inseguridad -con reyertas, tiros y hasta asesinatos- que fue construyendo la leyenda negra de AZCA que le persigue hasta hoy. “Es una zona muy violenta. Junto a las molestias que ocasionan a los vecinos los locales de copas, está la propia configuración urbanística de los bajos, con esquinas y pasadizos oscuros que se han convertido en feudo de ciertas bandas violentas y armadas”, decía en 1998 la concejal de Tetuán, Beatriz Elorriaga. En la imagen, los bajos de AZCA ese mismo año.CLAUDIO ÁLVAREZ
La madrugada del 12 al 13 de febrero de 2005 se declaró un incendio en el edificio Windsor, en un extremo de AZCA. 26 horas después, el edificio, de 106 metros de altura, quedó convertido en un gigantesco esqueleto de escombros. Los conflictos judiciales para establecer responsabilidades e indemnizaciones (estaban en juego muchos millones de euros) y las teorías de la conspiración (la torre albergaba documentos de algunas de las empresas más importantes de España, y muchos se perdieron) marcaron durante mucho tiempo la vida de AZCA. En el solar, comprado por El Corte Inglés, se levanta hoy la Torre Titania.CLAUDIO ÁLVAREZ
Los problemas de AZCA (accesibilidad interior poco adecuada, con áreas deterioradas, oscuras y tortuosas; espacios urbanos poco transitados por peatones; franjas horarias en las que el espacio se vacía de actividad fuera de la jornada laboral) han sido repetidos por activa y por pasiva. Y, por eso, también se han sucedido una y otra vez las ideas y los planes de mejora. Esta fotografía es una imagen virtual del proyecto 'Alfombra' para la regeneración de AZCA, con el que los arquitectos Gonzalo Pardo y Cristina Parreño ganaron en 2006 un concurso de ideas organizado por el Ayuntamiento de Madrid.