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El secreto de la ropa

Para solucionar los problemas de contaminación hay que gastar más dinero y abrir nuevos mercados de nuevas tecnologías

Carta de la semana: El secreto de la ropa

El reportaje El reciclaje de la ropa que ya no queremos (24-5-2015) analiza las cifras escandalosas sobre los residuos textiles que genera el civilizado modo de vida occidental. Para solucionar los problemas de contaminación hay que gastar más dinero, abrir nuevos mercados de nuevas tecnologías y métodos de gestión más eficaz. En este asunto, y en cualquier otro respecto al cambio climático, el único remedio es: reducir el consumo.

Luis Fernando Crespo Zorita. Alcalá de Henares (Madrid)

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Carta de la semana: El secreto de la ropa

El reportaje El reciclaje de la ropa que ya no queremos (24-5-2015) analiza las cifras escandalosas sobre los residuos textiles que genera el civilizado modo de vida occidental. Para solucionar los problemas de contaminación hay que gastar más dinero, abrir nuevos mercados de nuevas tecnologías y métodos de gestión más eficaz. En este asunto, y en cualquier otro respecto al cambio climático, el único remedio es: reducir el consumo.

Luis Fernando Crespo Zorita. Alcalá de Henares (Madrid)

Bilingüe, por supuesto

Soy docente desde hace más de 30 años, y una de las respuestas educativas más fructíferas que he tenido la oportunidad de vivir ha sido, sin duda, la enseñanza bilingüe. Desde luego, no conozco caso alguno de esos profesores que “chapurreen, con pésimo acento, o macarrónicos”, como se dirigía a nosotros Javier Marías en su artículo del pasado 17 de mayo. Las familias se sienten muy satisfechas porque, de una manera muy natural, sus hijos van consiguiendo hacer suya una lengua distinta sin academias privadas ni costes adicionales. Y lo más importante es que el alumnado vive cada día el bilingüismo en sus clases de naturales, sociales, educación física…, y es capaz de realizar intercambios con otros chavales de otros países europeos gracias al Proyecto Comenius, relacionándose y enriqueciéndose con la lengua y la cultura de esos países. ¿No es ese el objetivo de esta sociedad de ciudadanos europeos? “Bendita locura” la que ha permitido que Rocío, Andrea, Juan, Ana y 28 compañeros más, que estudian en un instituto público bilingüe de francés ubicado en un barrio con una tasa de paro del 30%, hayan obtenido un título B1 y B2 en una prueba externa del nada sospechoso Instituto Cultural Francés (prueba DELF, oficial sobre el idioma francés) antes incluso de concluir sus estudios en el instituto.

Lola García de Quirós. El Puerto de Santa María (Cádiz)

Enseñanza e idiomas

Leo con aflicción lo que escribe mi admirado Javier Marías sobre el “programa bilingüe” implantado en algunas comunidades autónomas, juzgando a los profesores que por obligación deben habilitarse en lengua inglesa para poder impartir la materia de la que son especialistas, a riesgo de perder su puesto de trabajo en caso de no hacerlo. Para mis compañeros supone un sacrificio mejorar el inglés mal aprendido en sus años escolares.

Debería escuchar cómo esos mismos alumnos de centros públicos manejan la lengua inglesa para comunicarse. Es posible que nuestros profesores especialistas en ciencias naturales, historia o música no puedan enseñar su materia con la pasión que lo harían en su lengua materna; en cambio, nuestros alumnos de la enseñanza pública, futuros ciudadanos de un mundo plural, pueden comunicarse con o sin pasión en la lengua, esta vez sí, de Shakespeare. 

Ana Berzal Rosende. Madrid

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