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Cara a cara con la muerte

El hospital rural de Gambo batalla día a día con enfermedades como la lepra, la tuberculosis o el VIH

El hospital de Gambo no es como un centro sanitario al uso. No se trata de un solo edificio sino que está formado por diversos pabellones de una sala planta rodeados por jardines llenos de árboles y flores. En ellos, los enfermos y sus familiares pueden pasear, descansar o hacer vida social.Lola Hierro
Tigist, una de las enfermeras del área de medicina interna y tuberculosis, revisa los historiales de los pacientes junto a otro compañero. Los dos pabellones suman más de 40 pacientes, que son visitados cada día por los doctores. Los 173 trabajadores asalariados del hospital son etíopes. Además, hay unos 30 voluntarios extranjeros que pasan temporadas en el centro trabajando codo con codo.Lola Hierro
El hospital de Gambo ha atendido a unos 98.000 pacientes únicos desde que comenzaron a ser registrados. Cada año entran unos 3.000 nuevos y entre 1.500 y 3.000 reincidentes, según la época del año. El centro ha iniciado el proceso de digitalización de los expedientes, pero aún les queda un largo trabajo por completar. Lola Hierro
La entrada a los dos quirófanos del hospital de Gambo no está dentro de un edificio sino entre jardines. Las personas ingresadas que pueden caminar no van en silla de ruedas o camilla hasta la sala de operaciones, sino por su propio pie.Lola Hierro
Uno de los principales problemas de Gambo es la falta de recursos económicos, asegura su director, el misionero Francisco Reyes. Esto provoca el desabastecimiento de medicamentos y otros productos de uso hospitalario como el betadine. En los quirófanos tienen que utilizar alternativas cuando escasea el material.Lola Hierro
En Gambo, muchas de las mujeres enfermas de lepra que quedan ingresadas tienen a sus hijos consigo. Los niños circulan por el hospital libremente y juegan entre ellos mientras sus madres se recuperan.Lola Hierro
El hospital cuenta con las mismas instalaciones que cualquier otro centro sanitario: quirófanos, laboratorio, salas de espera, consultas externas… También tiene áreas de maternidad, pediatría, leprosería, de VIH, medicina interna y tuberculosis. En la farmacia, dos auxiliares preparan las cajas con las dosis de medicamentos que cada paciente ingresado debe tomar ese día. Estas serán después distribuidas por las habitaciones. Lola Hierro
La doctora Olga Atejero, hematóloga del hospital de Lugo y coordinadora del pabellón de tuberculosis de Gambo, explica a Makia, la hermana de Sarah, que por fin va a dar el alta a la joven. Sarah llegó al hospital dos meses atrás, inconsciente y en brazos de su padre y su hermano. “No la llevamos antes al hospital porque no sabíamos que estaba tan enferma”, justifica su hermana.Lola Hierro
El hospital está especializado en el tratamiento de algunas de las enfermedades olvidadas incluidas en la lista de la Organización Mundial de la Salud y cuya erradicación o reducción está contemplada en los Objetivos de Desarrollo del Milenio de la ONU. Entre ellas destacan el VIH, la lepra o la tuberculosis, que es la tercera causa de muerte en Etiopía. Esta enfermedad casi mató a Sarah Tilmo, (derecha) de 20 años y a Mudo (izquierda) que ingresó con 25 kilos de peso. Lola Hierro
La doctora Atejero ausculta a Zeneba Sambo, de 25 años, cinco hijos y enferma de tuberculosis y VIH. Además sufre una severa malnutrición –pesa solo 28 kilos-. La tuberculosis es la enfermedad de la pobreza: cuanto peor es la alimentación, más frágil es el sistema inmunológico, por lo que también es más fácil contraer enfermedades como esta. En Etiopía, el 20% de estos pacientes también es seropositivo.Lola Hierro
El pabellón de pediatría cuenta con tres salas, y en cada una de ellas permanecen ingresados niños de distintas edades. En la de los más pequeños, el principal problema contra el que se lucha es la malnutrición, que es la principal causa de muerte del 51% de los niños menores de cinco años que fallecen en Etiopía, según el Ministerio de Salud. Los niños, en ocasiones, no enferman por escasez de alimentos sino porque sus madres no pueden alimentarlos con productos adecuados al no tener dinero para pagarlos. Un bote de leche preparada, por ejemplo, vale unos ocho euros, cuando el sueldo medio de un maestro de primaria o un enfermero es de unos 70 euros.Lola Hierro
Otra razón por la que ingresan muchos niños en Gambo es por enfermedades del sistema respiratorio como la neumonía, pulmonía o bronquitis, que es lo que sufre el bebé de la foto. Lola Hierro
Gambo, que nació como leprosería en 1922, es considerado por el Gobierno etíope como centro de diagnóstico y tratamiento de esta enfermedad. En el pabellón de lepra, los pacientes aguardan con sus pies ulcerados en remojo a ser atendidos. Deben tenerlos 30 minutos metidos en agua para que la piel se reblandezca y para los enfermeros sea más fácil retirar las partes muertas. Lola Hierro
La podoconiosis, una enfermedad prima hermana de la lepra, también se trata en Gambo. Es un mal causado por partículas minerales que penetran en los pies descalzos de la población, acostumbrada a no llevar zapatos porque no pueden pagarlos.Lola Hierro
Cuando se encuentran lo suficientemente bien como para levantarse, algunas mujeres pasan sus ratos libres rezando, descansando, charlando o haciendo manualidades con caña que después venden en el recinto del hospital. Es una manera de ganar unos birr durante los largos meses que pasan ingresadas.Lola Hierro
Mikitu, ingresado por una malnutrición severa en Gambo, descansa en brazos de su madre.LOLA HIERRO