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Una vida sustentada en el mar

Las consecuencias de la pesca ilegal en Sierra Leona se hacen notar en la población local, que cada vez tiene más dificultades para faenar

Playa de uno de los islotes cercanos a la isla de Sherbro. Estos pequeños trozos de tierra, muchos inhabitados, son utilizados por los pescadores de los alrededores para descargar las capturas y arreglar las redes.LUIS ALMODÓVAR
Un grupo de niños muestra algunos de los peces que han traído los pescadores de un islote cercano a la isla de Sherbro.LUIS ALMODÓVAR
Las mujeres de Bonthe esperan en el puerto a que llegue la captura diaria para ahumar y conservar el pescado.LUIS ALMODÓVAR
Primera hora de la mañana. Unos pescadores llegan al puerto de Bonthe, en la isla de Sherbro, con su captura diaria.LUIS ALMODÓVAR
Puerto de Bonthe a primera hora de la mañana. Los habitantes de la localidad van a cargar un barco con mercancía para transportar a otras islas.LUIS ALMODÓVAR
Puente que une el puerto de Bonthe con el mercado local donde la población local se surte de toda clase de productos.LUIS ALMODÓVAR
Escena cotidiana del mercado de Bonthe. Las actividades que siguen manteniendo el sustento básico de los sierraleoneses son la agricultura y, sobre todo, la pesca, que emplea a unas 300.000 personas en todo el país y que supone el 64% de la proteína animal consumida.LUIS ALMODÓVAR
Un niño de una isla cercana a Bonthe mira a cámara. La pesca ilegal ha provocado la disminución de la calidad y la cantidad de pescado que llega a la población local, por lo que los niños han dejado de consumir una importante fuente de proteínas.LUIS ALMODÓVAR
'Verica' es el nombre de este arrastrero, que se dedica a la pesca ilegal en zonas no autorizadas del mar de Sierra Leona. Las pérdidas para el país a causa de esta práctica ronda los 29 millones de dólares anuales.LUIS ALMODÓVAR
Vista general de Freetown, capital de Sierra Leona. Pese a las tasas de crecimiento económico de los últimos años de hasta un 15% anual, éste sigue siendo un país subdesarrollado (el 70% de su población malvive bajo el umbral de la pobreza) que depende de su mar para sobrevivir.LUIS ALMODÓVAR
Las lanchas de la imagen son las dos únicas con las que cuenta Sierra Leona para realizar labores de vigilancia. También dispone de una embarcación de mayor tamaño, pero no se está usando por sus elevados costes.LUIS ALMODÓVAR
Demostración del Ejército sierraleonés sobre la manera de abordar un pesquero ilegal.LUIS ALMODÓVAR
Cuartel general de la Marina de Sierra Leona, en la capital, Freetown. Aquí se encuentra la oficina del capitán Saliu Kano, que está al frente del servicio de vigilancia marítima. "La seguridad marítima es la más cara de todas, los medios son los más costosos. Incluso si tienes recursos donados, hay que asumir su mantenimiento", asegura.LUIS ALMODÓVAR
En el sur de Sierra Leona tiene su principal campo de acción la Environmental Justice Foundation (EJF), una fundación que coopera con el Gobierno de Sierra Leona con un proyecto de vigilancia comunitaria que pretende denunciar los casos de pesca pirata. Como casi todos en la región, Amara Kalone se dedicaba antes a la pesca, pero ahora es la antena de EJF.LUIS ALMODÓVAR
"Antes pescábamos más cerca de la costa, pero desde que están los coreanos nos tenemos que ir mucho más lejos y eso nos supone un gasto enorme en gasolina. El pescado que cogemos es cada vez más pequeño”, explica Usmane Kpanabum, jefe local de Bohoi. En la imagen muestra una de sus redes, rota por las hélices de un arrastrero ilegal. Esto supone un gran contratiempo para los pequeños pescadores debido al coste que supone arreglarlas.LUIS ALMODÓVAR
Amanecer en el puerto de Bonthe, donde sus habitantes aseguran que se vive con lo justo y siempre gracias a lo que da el mar. Como gran paradoja, recuerdan con añoranza los tiempos de guerra, hace 12 años, porque entonces había más pesca.LUIS ALMODÓVAR