Obama comparte cena y risas con Spielberg y Springsteen

El presidente de EE UU recibe un premio de la fundación del cineasta en un acto al que acudieron muchos famosos

Obama recibiendo el premio a manos de SpielbergSusan Walsh (AP)

Durante su visita de tres días a la costa Oeste para recaudar fondos electorales para el Partido Demócrata, Barack Obama hizo el miércoles por la noche un hueco en su agenda para compartir cena y risas en Los Ángeles con dos de sus amigos famosos que más le han apoyado políticamente: el cineasta Steven Spielberg y el cantante Bruce Springsteen. El motivo del encuentro fue la concesión al presidente de Estados Unidos del premio de embajador humanitario de la fundación Shoah, creada por Spielberg hace 20 años para reunir testimonios de superviviente...

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Durante su visita de tres días a la costa Oeste para recaudar fondos electorales para el Partido Demócrata, Barack Obama hizo el miércoles por la noche un hueco en su agenda para compartir cena y risas en Los Ángeles con dos de sus amigos famosos que más le han apoyado políticamente: el cineasta Steven Spielberg y el cantante Bruce Springsteen. El motivo del encuentro fue la concesión al presidente de Estados Unidos del premio de embajador humanitario de la fundación Shoah, creada por Spielberg hace 20 años para reunir testimonios de supervivientes del Holocausto y otros genocidios.

Obama fue el invitado de la cena de gala anual de la fundación, que se celebra para precisamente también recaudar fondos para las labores de Shoah, que ha recogido en estas dos últimas décadas más de 50.000 testimonios. Spielberg y Springsteen compartieron mesa presidencial con Obama, que también departió animadamente con otros famosos, como los actores Barbra Streisand y Samuel L. Jackson.

Abrió la gala en el Century Plaza Hotel el actor Liam Neeson, que protagonizó La lista de Schindler, la película de Spielberg sobre el Holocausto que le llevó a crear la fundación. Pero quien fue el verdadero maestro de ceremonias y puso el humor a la noche fue el cómico Conan O’Brien, que habló en hebreo e hizo un par de bromas a Obama. “Saliste de Washington hace seis horas, pero yo salí de Burbank [un suburbio de Los Ángeles] hace siete”, le espetó en referencia al atasco monumental que causó en la ciudad el cierre de calles para hacer paso a la larga comitiva de vehículos de la delegación presidencial. Fue tal el atasco que se creó en Twitter la etiqueta #ObamaJam (Atasco de Obama, en inglés).

Antes de la concesión del premio, Springsteen -que apoyó en varios actos las campañas presidenciales de Obama tanto en 2008 como en 2012- interpretó en el escenario dos de sus canciones más conocidas, Promised Land y Dancing in the Dark, y fue elogiado por Spielberg. El cineasta lo calificó como el “poeta lírico más trabajador para nuestra humanidad en común”.

Y justo después llegó el momento cumbre de la noche. Spielberg -un generoso donante económico a las campañas de Obama- también repartió alabanzas al presidente demócrata por sus iniciativas para combatir el genocidio en el mundo. “El año pasado, en la primera directiva presidencial en este desafío, demostró su compromiso con nuestra causa al declarar que prevenir las atrocidades masivas y genocidios es un asunto central de seguridad nacional, y una responsabilidad moral central de los Estados Unidos”, manifestó sobre el inquilino de la Casa Blanca.

Obama basó gran parte de su discurso en ensalzar la importancia de preservar la memoria de los genocidios, y aprovechó también para lanzar varios guiños a los cerca de 1.300 asistentes al reiterar el compromiso de EE UU con la seguridad de Israel y criticar la retórica que lo pone en duda.

“El objetivo de la memoria no es recordar el pasado sino proteger el futuro. No hemos extinguido los impulsos más oscuros del hombre”, afirmó en una parte su intervención, en la que también mencionó por encima las graves realidades que se viven actualmente en Siria y Ucrania, así como el trágico secuestro de decenas de niñas en Nigeria.

Con este galardón, Obama se une a la lista de premiados como embajador humanitario de la fundación Shoah, entre los que destacan el actor George Clooney -otro generoso donante del presidente-, el empresario Jeffrey Katzenberg y el exmandatario estadounidense Bill Clinton.

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