Cartas al director

Las pasiones no son efímeras

Veo el cabreo mayúsculo de Javier Marías en su artículo Las bandas de la banda ancha (22-12-2013), a propósito de las descargas gratuitas e ilegales de libros –pirateados y robados, como explícitamente aclara y realmente es–, y pienso que no es para menos, incluso me parece insuficiente. Sin embargo, sobra su sugerencia: “Imaginen ustedes, se dediquen a lo que se dediquen, que les quitaran esas cantidades de sus sueldos o ganancias, simplemente porque quienes se benefician de su trabajo pueden hacerlo sin que pase nada”. No es necesario que imaginemos porque la mayoría de los trabajad...

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Veo el cabreo mayúsculo de Javier Marías en su artículo Las bandas de la banda ancha (22-12-2013), a propósito de las descargas gratuitas e ilegales de libros –pirateados y robados, como explícitamente aclara y realmente es–, y pienso que no es para menos, incluso me parece insuficiente. Sin embargo, sobra su sugerencia: “Imaginen ustedes, se dediquen a lo que se dediquen, que les quitaran esas cantidades de sus sueldos o ganancias, simplemente porque quienes se benefician de su trabajo pueden hacerlo sin que pase nada”. No es necesario que imaginemos porque la mayoría de los trabajadores de este país lo estamos viviendo, las empresas realizan a diario bajadas de sueldo. Porque pueden hacerlo sin que pase nada.

Tampoco creo, como insinúa, que se planteara siquiera la posibilidad de abandonar al ver esquilmadas sus posibles ganancias. Eso solo lo haría alguien que no disfrutara escribiendo, que no le apasionara el hecho de crear, no usted, señor Marías. Las modas son efímeras como usted apunta, pero no así las pasiones. No se cambia de escritor por pereza, sino por desilusión. Y si usted abandonara, sería una enorme decepción.

Este año presenté en la Feria del Libro de Madrid mi primera novela. Cuando me preguntan por las ventas, siempre digo que vender, no vendo mucho, pero que el libro lo está leyendo muchísima gente. Y eso es lo que realmente me importa, que se lea mi libro, que la gente lea, sea como sea. Quizá porque no vivo de esto, y la ilusión y las buenas opiniones superan con creces la falta de compensación económica.

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