La libertad de reír
Reconozco que soy de las pocas lectoras a las que no le suelen gustar especialmente los artículos de Javier Marías. No obstante, creo que acierta en el titulado Una comicidad irresistible (El País Semanal del 17 de noviembre). No sé si es por la obsesión de clasificar al mundo entero según su pensamiento, su físico, su actitud… No sé si es por ese afán de opinar públicamente sobre todo y todos, y de lo inmediato de su difusión. El caso es que parece necesario estar continuamente justificando cada palabra, defendiendo cada segmento de la población, reaccionar ante cada “ataque...
Reconozco que soy de las pocas lectoras a las que no le suelen gustar especialmente los artículos de Javier Marías. No obstante, creo que acierta en el titulado Una comicidad irresistible (El País Semanal del 17 de noviembre). No sé si es por la obsesión de clasificar al mundo entero según su pensamiento, su físico, su actitud… No sé si es por ese afán de opinar públicamente sobre todo y todos, y de lo inmediato de su difusión. El caso es que parece necesario estar continuamente justificando cada palabra, defendiendo cada segmento de la población, reaccionar ante cada “ataque”. Sin perder la sensibilidad y el respeto, seamos objetivos, pongamos cada comentario en su lugar, perdonemos las salidas de tono y no perdamos la libertad de reír.