Cartas al director

Otros vendrán…

Bienvenido y bien hallado, don Javier Marías. Nada más coger el periódico en el quiosco hoy, 1 de septiembre de 2013, a las ocho de la mañana, he ido a la última página del dominical y, como había intuido, he encontrado su ansiado artícu­­lo. Yo no soy de letras, soy técnico y he leído muchos libros y revistas, pero de mi profesión, por lo que no domino en absoluto la gramática, la oratoria ni tengo facilidad de palabra, esa que tanto me gusta leer en sus artículos.

Me encanta cómo describe todo, con qué facilidad y con qué tino, y sobre todo con qué sentido común analiza todos los even...

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Bienvenido y bien hallado, don Javier Marías. Nada más coger el periódico en el quiosco hoy, 1 de septiembre de 2013, a las ocho de la mañana, he ido a la última página del dominical y, como había intuido, he encontrado su ansiado artícu­­lo. Yo no soy de letras, soy técnico y he leído muchos libros y revistas, pero de mi profesión, por lo que no domino en absoluto la gramática, la oratoria ni tengo facilidad de palabra, esa que tanto me gusta leer en sus artículos.

Me encanta cómo describe todo, con qué facilidad y con qué tino, y sobre todo con qué sentido común analiza todos los eventos, sobre todo los referidos al Gobierno que nos ha tocado por la imbecilidad de muchos votantes.

Lo dijo el gran Einstein: “Solo hay dos cosas en el mundo que son infinitas, el universo y la imbecilidad humana, y de lo primero no estoy tan seguro”, y efectivamente, su frase es el fiel reflejo de la realidad.

¿En qué cabeza cabe pensar que los señores del Partido Popular (PP) arreglarían la situación en que nos encontrábamos? De acuerdo que el PSOE no hizo las cosas bien, pero el refrán se cumple: “Otros vendrán que bueno le harán”, y lamentablemente se ha cumplido a rajatabla.

Don Javier Marías, sí, con un don con mayúsculas, porque se lo merece, muchas gracias por sus comentarios; alegra los domingos y guardo muchos de aquellos artículos que me resultan interesantes, para releerlos posteriormente, cuando tengo alguna charla sobre el particular.

Ánimo, caballero, siga en su línea, deleitándonos con sus artículos y sus excelentes comentarios, y al que le duela, pues que rectifique si tiene valor, que lo dudo. Espero que esta situación llegue a su fin y confío que en las próximas elecciones haya más sentido común a la hora de emitir un voto. Tenía ganas de enviar mi opinión, pero no me atrevía y hoy, por fin, me he decidido.

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