Gibraltar: el día de la marmota
Es fácil: estoy en contra de los paraísos fiscales, que provocan una alarmante deslocalización empresarial en la provincia; rechazo las facilidades al contrabando; me opongo a las trabas a la labor de los pescadores gaditanos. Por eso pido una solución. Me es igual que la bandera que ondee en el Peñón sea la británica, la española o la de los pitufos. Las banderas no dejan de ser banderas; y los ciudadanos, ciudadanos.
Por eso no entiendo por qué ciertos sectores izquierdosos “anticolonialistas” dicen rechazar los paraísos fiscales donde las grandes fortunas campen a sus anchas mientras...
Es fácil: estoy en contra de los paraísos fiscales, que provocan una alarmante deslocalización empresarial en la provincia; rechazo las facilidades al contrabando; me opongo a las trabas a la labor de los pescadores gaditanos. Por eso pido una solución. Me es igual que la bandera que ondee en el Peñón sea la británica, la española o la de los pitufos. Las banderas no dejan de ser banderas; y los ciudadanos, ciudadanos.
Por eso no entiendo por qué ciertos sectores izquierdosos “anticolonialistas” dicen rechazar los paraísos fiscales donde las grandes fortunas campen a sus anchas mientras aprueban la actual situación del Peñón. Tampoco entiendo a los patriotas de pulserita clamando por el terruño, mientras alegan motivos fiscales y laborales cuando, qué curioso, muchos son los primeros en buscar artimañas con Hacienda o en despreciar los derechos laborales. En fin. Es agosto, hay mucha crisis, mucha corrupción y muchas ganas de taparse las vergüenzas con trozos de tela.— Diego Santamaría de la Torre.
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