Cartas al director

Las cuentas, claras

Al hilo del reportaje sobre el Tribunal de Cuentas, llaman poderosamente la atención no ya solo los abultados e insultantes salarios que se pagan en este organismo, que ha evidenciado su inoperancia y desfachatez, sino también las declaraciones de algunos de sus trabajadores que, desnudando la sospecha más vergonzosa, manifiestan que los partidos que gobiernan en alternancia declaran, sin ningún rubor, tener sus cuentas perfectamente auditadas. De ahí que los letrados y auditores del Tribunal declaren que sus actuaciones son un brindis al sol, al resultar eclipsadas todas sus actuaciones de so...

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Al hilo del reportaje sobre el Tribunal de Cuentas, llaman poderosamente la atención no ya solo los abultados e insultantes salarios que se pagan en este organismo, que ha evidenciado su inoperancia y desfachatez, sino también las declaraciones de algunos de sus trabajadores que, desnudando la sospecha más vergonzosa, manifiestan que los partidos que gobiernan en alternancia declaran, sin ningún rubor, tener sus cuentas perfectamente auditadas. De ahí que los letrados y auditores del Tribunal declaren que sus actuaciones son un brindis al sol, al resultar eclipsadas todas sus actuaciones de sospechas y delitos por quienes, bajo su blindaje de quienes han sido estratégicamente colocados por el bipartidismo operante, actúan de cortafuegos. El Tribunal de Cuentas tiene alta responsabilidad en el despropósito y ultraje que este país viene padeciendo en todos sus estamentos, al no actuar diligentemente. Es otra farsa más de nuestros organismos oficiales, que, actuando de apéndice de quienes les nombra desde el Parlamento, niegan la mayor a sabiendas.

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