Barcelona se pone el lazo rojo

Miguel Bosé y Eugenia Silva fueron anfitriones en la gala de la Fundación Lucha contra el Sida La recaudación ascendió a 480.000 euros; el cubierto costaba 600

Helena Rakosnik, esposa de Artur Mas, junto a Miguel Bosé y Eugenia Silva, en el hotel Vela de Barcelona, el pasado jueves.MAHALA

Había que estar allí. No por el lugar, el hotel Vela iluminado de rojo carmín. Ni por el sarao, una cena de gala frente al mar, que también. Se trataba de conseguir fondos para avanzar en la investigación de la erradicación del sida y los tratamientos para personas que viven con el VIH. Lo explicaban la noche del pasado jueves, entre arrumacos, Miguel Bosé y Eugenia Silva, maestros de ceremonia y embajadores de la Fundación Lucha contra el Sida, que convocó el evento. El cubierto costaba 600 euros; ...

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Había que estar allí. No por el lugar, el hotel Vela iluminado de rojo carmín. Ni por el sarao, una cena de gala frente al mar, que también. Se trataba de conseguir fondos para avanzar en la investigación de la erradicación del sida y los tratamientos para personas que viven con el VIH. Lo explicaban la noche del pasado jueves, entre arrumacos, Miguel Bosé y Eugenia Silva, maestros de ceremonia y embajadores de la Fundación Lucha contra el Sida, que convocó el evento. El cubierto costaba 600 euros; la mesa, 6.000. A la llamada acudieron Lucía Bosé, Paola Dominguín, Imanol Arias, Javier Sardà, David Bustamante, Ana Torroja y Helena Rakosnik, esposa de Artur Mas, entre otros. Y tras la ceremonia de los Premios Ondas, que albergó el Liceu, se unió Jesús Vázquez, a tiempo para el primer plato de una cena en la que nadie podía estar sentado. El trajín de besos entre los 350 comensales apenas dejaba espacio a los camareros.

Pese a la complicidad que mostraron Loles León y Ana Duato, los larguísimos números del ilusionista encargado de animar el cotarro, Anthony Blake, aburrieron a los comensales, que acabaron ignorando lo que ocurría en el escenario. El prestidigitador pidió silencio sin mucho éxito. Le trataron de ayudar en ello Miguel Bosé y Martina Klein, que protagonizó un número junto a su pareja, Àlex Corretja. Fue en vano. Nada que al final de la noche no arreglaran unos bailes y unas copas.

Antes de ellas, el doctor Bonaventura Clotet dio cuenta de los logros de la fundación que preside, a pesar de los recortes y gracias a las aportaciones privadas –algunas de empresas presentes, como Gucci, Telefónica, Esteve o Repsol, que pagaron el doble por cubierto–. “Podríamos estar en el principio del fin”, anunció el investigador catalán. Su mensaje esperanzador para los 34 millones de infectados por el VIH de todo el mundo, más de la mitad sin tratamiento, arrancó unos aplausos que se multiplicaron cuando se conoció la cifra recaudada. Pese a que 2012 ha sido el peor año del lustro de crisis, la cena del jueves permitirá que los investigadores cuenten con 480.700 euros más.

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