El juez deja en libertad al ex consejero de Empleo del Gobierno canario
El titular del Juzgado número 5 de Arrecife, César Romero Pamparacuato, ha dejado en libertad sin fianza hoy a tres de los detenidos esta semana en el marco de la operación policial Jable, una ramificación del llamado caso Unión, que trata de desmantelar un posible red de corrupción entre políticos, funcionarios y empresarios de distintas instituciones, fundamentalmente de la isla canaria de Lanzarote.
Hoy domingo, tras declarar ante el juez, quedaron en libertad sin fianza, el abogado y ex consejero de Empleo del Gobierno de Canarias Francisco Rodríguez Batllori (de Coalición Canaria),...
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El titular del Juzgado número 5 de Arrecife, César Romero Pamparacuato, ha dejado en libertad sin fianza hoy a tres de los detenidos esta semana en el marco de la operación policial Jable, una ramificación del llamado caso Unión, que trata de desmantelar un posible red de corrupción entre políticos, funcionarios y empresarios de distintas instituciones, fundamentalmente de la isla canaria de Lanzarote.
Hoy domingo, tras declarar ante el juez, quedaron en libertad sin fianza, el abogado y ex consejero de Empleo del Gobierno de Canarias Francisco Rodríguez Batllori (de Coalición Canaria), con cargos por delitos de malversación de caudales públicos y falsificación de delito mercantil. También han quedado en libertad la tercera hija de Dimas Martín detenida en esta investigación, Susana Martín Martín (trabajadora del Área de Deportes del Cabildo de Lanzarote), imputada por un delito de insolvencia punible y/o blanqueo de capitales y el ex concejal de Hacienda en Arrecife (del PIL), José Miguel Rodríguez Sánchez, imputado por malversación de caudales públicos. Éste último ya fue detenido en 2009 por éste mismo caso, por el que el juez le imputó una decena de delitos.
Hasta la noche de hoy, el fundador del Partido de Independientes de Lanzarote, seguía en dependencias judiciales después de haber sido trasladado de la prisión Tenerife 2 a la de Tahíche en Lanzarote y, de ahí, a los juzgados, siempre escoltados por agentes policiales.