¿Cómo proteger a los alumnos de la ola de calor dentro del aula? 31 grados a las diez de la mañana
En Extremadura el 15% de los centros han limitado los horarios, mientras en Andalucía hay quejas porque el plan de climatización sostenible no está del todo ejecutado
Hasta 41 provincias sufren este martes la primera gran ola de calor del verano ―solo se salva gran parte del área cantábrica, parte del litoral mediterráneo y Canarias― y los menores de edad se encuentran entre los más perjudicados, pues muchos de los centros no cuentan con instalaciones de aire acondicionado, habituales ya en cualquier oficina y muchas casas. Por eso, los gobiernos de las regiones más afecta...
Hasta 41 provincias sufren este martes la primera gran ola de calor del verano ―solo se salva gran parte del área cantábrica, parte del litoral mediterráneo y Canarias― y los menores de edad se encuentran entre los más perjudicados, pues muchos de los centros no cuentan con instalaciones de aire acondicionado, habituales ya en cualquier oficina y muchas casas. Por eso, los gobiernos de las regiones más afectadas se ven obligados a tomar medidas para evitar desmayos, dolores de cabeza, náuseas, trastornos circulatorios y cardiacos y a veces, incluso, convulsiones, pero no proporcionan grandes medios a los centros, que buscan auxilio en los remedios caseros. Por suerte, las mascarillas que tapan la cara ya no son obligatorias, aunque se llevan en aulas en las que hay niños contagiados.
En Andalucía, se puso en marcha en 2017 el Programa de Climatización Sostenible y Rehabilitación Energética, para instalar en los centros aires acondicionados, sustituir persianas por lamas exteriores, crear cubiertas aisladas y ventiladas para evitar el sobrecalentamiento y llenar de plantas y árboles los patios para que haya sombra exterior. Ese programa sigue aún en ejecución y las quejas se multiplican estos días de calor sofocante. La secretaria general de la federación de enseñanza de CC OO en Andalucía, Marina Vega, se ha lamentado en un comunicado este martes: “Una vez más, al Gobierno andaluz le ha pillado el toro y las aulas siguen sin estar adaptadas bioclimáticamente a las necesidades reales que se nos presentan. Esto se debe, sin lugar a dudas, a una clara falta de previsión y de inversión en la enseñanza pública”.
Los padres del colegio Al Andalus de Utrera (Sevilla), por ejemplo, han acordado con la dirección del centro que los niños dejen las clases a las doce de la mañana. Hay una preinstalación de aire, señalan las familias, que no funciona. A esa hora saldrán también los escolares del colegio Mediterráneo, de Córdoba, que están sin aire acondicionado ni sombra en el patio, según los padres.
En Andalucía existe un protocolo de 60 páginas también desde 2017 que se repite cada curso al menos en junio y septiembre, pero no descartan aplicarlo en otras épocas. El alumnado puede ausentarse de clase si lo notifica al centro y se pide a los padres que manden a los niños a clase con ropa fresca, protección solar y bien desayunados.
Vaporizadores de agua en Murcia
Como en Andalucía, en la Región de Murcia las altas temperaturas en las aulas no son una novedad. Por ese motivo, la Consejería de Educación ya incluye en sus instrucciones de inicio de curso pautas para que los centros puedan adaptar sus horarios a las inclemencias climáticas y flexibilizar la jornada escolar en esos meses, explica un portavoz. Desde la Consejería de Educación señalan que no habría problema en permitir a los padres recoger antes a los alumnos, pero tanto la Administración, como docentes y asociaciones de padres reconocen que esa medida no se ha llegado a poner en práctica. Un director de un colegio público de educación infantil y primaria, que prefiere no dar su nombre, explica la razón: “Los centros ya tienen una jornada continua durante todo el año, de 9.00 a 14.00, que en junio y septiembre se recorta una hora. Que los niños terminen las clases a las 13.00 genera cada año numerosas críticas de las familias, por los problemas de conciliación que supone. No creo que ningún director se atreva a proponer siquiera a los padres que los recojan antes todavía, porque se le echarían encima. Tenemos tres meses de calor intenso durante el curso y convivimos con ello”.
Desde la federación de asociaciones de padres de alumnos Juan González, mayoritaria en la comunidad autónoma, Clara García Sáenz de Tejada reconoce los problemas de conciliación que ya supone la reducción horaria. Ante la falta de adecuación de muchos centros, que aún siguen sin climatizar o sin posibilidad de enchufar los aparatos de aire acondicionado por las obsoletas instalaciones eléctricas de los centros, es frecuente que algunos colegios hagan recomendaciones “de andar por casa” para salir del paso, como acudir a clase con sprays para refrescarse vaporizando agua.
En Extremadura, informa la Junta, el 14,9% (130 centros educativos) de los 890 colegios e institutos han notificado que va a flexibilizar los horarios para poder hacer frente a la ola de calor. La mayoría de las escuelas se concentran en la provincia de Badajoz, al sur de la región. En su mayoría están en la capital (17 centros), pero también han tomado medidas en cinco de Mérida.
Desde el curso 2018-2019 el calendario escolar extremeño prevé que se limiten los horarios de clase si la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) y el Plan Nacional de Predicción y Vigilancia de Fenómenos Meteorológicos Adversos definen que un territorio vive en ese momento unas circunstancias meteorológicas excepcionales. A principio de cada curso, el consejo escolar del centro ―en el que está representada toda la comunidad educativa― acuerda qué medidas se tomarán si la zona entra en alerta naranja o roja. Que se reduzca la jornada lectiva no supone que el centro cierre. Los alumnos pueden seguir y se mantienen los servicios de comedor y transporte escolar.
En Castilla-La Mancha en ningún caso se limitan los horarios lectivos. La Junta envía cuando empieza la ola de calor al director del centro una carta de Protección Civil con recomendaciones para la población en general ―no salir a la calle entre las dos y las seis de la tarde, comer y beber con asiduidad― para que se la haga llegar al resto de la comunidad educativa. “Cada centro, dentro de su autonomía, adapta su jornada. Por ejemplo, para no salir a las 12.00 a clase de Educación Física en las canchas”, explica el portavoz de la Consejería de Educación. En la Comunidad Valenciana, esta vez liberada de la ola, también envían una carta y carteles informativos para colgar por todo el centro; y en Madrid, se incide mucho en ventilar bien las aulas a primera hora para refrescar en la medida que se pueda el ambiente.
José María Ruiz, profesor del colegio Francisco Ruano de Madrid, construido en 1967, ha colgado en Twitter una foto que muestra la temperatura en su clase a las diez de la mañana: 31,2 grados y un 24% de humedad. Ruiz, que fue responsable de enseñanza pública en CC OO, sostiene que en Madrid hace falta un plan renove para mejorar el aislamiento de los centros y los sistemas de ventilación, plantar más árboles en los patios como en Andalucía o instalar toldos y fuentes. Otra profesora de Inglés en Madrid pronosticaba que este martes llegarán a los 37 grados dentro del aula a las dos y media de la tarde.
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