YouTube no es universidad todavía
“Un profesor es alguien que transmite conocimiento, lo actualiza, lo genera, lo personaliza y lo explica en primera persona”, opina el autor al hilo del ERE en la Universidad Europea
Vengo leyendo la noticia de que una universidad privada hace un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) para despedir a 275 trabajadores, de los cuales, un 80% de ellos son profesores. Se trata de la Universidad Europea. Es una universidad que anualmente obtiene beneficios financieros substanciales. Y esta es la finalidad precisa por la que se cre...
Vengo leyendo la noticia de que una universidad privada hace un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) para despedir a 275 trabajadores, de los cuales, un 80% de ellos son profesores. Se trata de la Universidad Europea. Es una universidad que anualmente obtiene beneficios financieros substanciales. Y esta es la finalidad precisa por la que se creó hace unos 30 años. Así, algunas universidades privadas empiezan a utilizar el marco legal vigente para enriquecer a los mutables fondos de inversión que, indistintamente, invierten tanto en la explotación de minas de diamantes como en universidades privadas. La universidad convertida en otro producto financiero.
La Universidad Europea justifica la aplicación de un ERE a un proceso de modernización, de la clara evolución del sector y las demandas del mercado y los estudiantes para, según la universidad, seguir a la vanguardia de la educación superior en España. No es que me crea demasiado los rankings académicos, pero según Webometrics, en el año 2020, la Europea ocupó el puesto 50 de las españolas y el 1.545 de las del mundo. En rankings de prestigio, como el QS o el de Shanghái ni siquiera la encuentro.
Obviamente, con estas posiciones la Europea no está “a la vanguardia”. Ni en España ni en el mundo. Más bien lo contrario. El uso de un lenguaje financiero delata sus directivas: “sector”, “demandas”, “mercado”. Se trata de mercado, no de educación. La Universidad Europea parece contravenir así las definiciones que obliga la Ley Orgánica de Universidades (LOU) y permuta el servicio público por el servicio a los accionistas de un fondo de inversión. En su artículo 1, la ley vigente define la Universidad, tanto pública como privada, por su carácter de servicio público de educación superior mediante investigación, docencia y estudio.
Si la Europea está en la mayoría de los rankings en el furgón de cola es por una carencia institucional de apoyo a sus docentes
La posición de una universidad en un ranking es un mérito colectivo y de la inversión en talento individual e infraestructuras. Pero los profesores son realmente los que posicionan a la universidad en el ranking. El talento de los docentes investigadores apoyado desde la institución es el que consigue los resultados. En el caso de la Europea, los logros conseguidos son sin duda debido al talento individual de sus docentes que, sin recursos ni medios disponibles, han conseguido proyectos y publicaciones de rigor académico que les ha dado reconocimiento profesional. Pero si la Europea está en la mayoría de los rankings en el furgón de cola es por una carencia institucional de apoyo a sus docentes.
La Europea se autoproclama en su web situada en el “top 5 de las universidades privadas españolas” en un dudoso ranking basado en opiniones de profesores y datos no cualitativos sino numéricos. Pero incluso en ese ranking lo es solo para dos grados, de los más de 100 que oferta. Esta pretensión de estar en el top 5 es poco más que ridícula, y tal como se presenta, también engañosa. ¿Se imagina el lector quedar el quinto en los Juegos Olímpicos donde solo compiten los vecinos de Villaviciosa? Pues este es el tipo de competencia que aplica la Europea para estar en algún ranking.
Después de más de 25 años, la Europea no ha conseguido situarse en posiciones de prestigio en los rankings. Cicatería para invertir y codicia para ganar dinero son quizás las claves. Es lo que tiene estar en las finanzas y no en la educación. Pero parece ser que la Europea sí invierte en publicistas. Los que la presentan como “moderna” cuando realmente quieren decir online. Es precisamente en los contenidos en remoto donde apuesta por modernizarse. A precios excesivos, proporciona grados “enlatados” masificados y sin personalización. Diseñados para un tipo de estudiante que solamente busca un título. Fácil y cómodo. Lo siguiente sería doctorarse con una tesis plagiada o escrita por otro. Un doctorado así, por ejemplo, capacitaría para ejecutar un ERE en una Universidad privada.
Y en cuanto al contenido online de asignaturas enlatadas, ¿saben los estudiantes de la Europea el origen del contenido grabado para los próximos cursos? Esta situación me recuerda el caso de Aaron Ansuini, estudiante de la Universidad de Concordia, online, en Canadá, que descubrió que su profesor estaba muerto desde 2019, pero que “técnicamente” daba clases con lo que dejó grabado. ¿Pasará esto con los profesores del ERE? ¿Enseñarán una vez despedidos? Un profesor es alguien que transmite conocimiento, lo actualiza, lo genera, lo personaliza y lo explica en primera persona. El contenido online repetitivamente presentado en una pantalla no lo hace posible. YouTube no es universidad todavía.
La ANECA (Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación) es un Organismo del Estado, que evalúa, certifica, verifica, acredita y monitoriza la enseñanza reconocida a nivel oficial en las universidades. Para que un grado sea reconocido oficialmente debe observar una serie de requisitos como es la calidad del profesorado que la imparte. Tengo mis dudas de cuál es la estrategia que sigue la Europea para certificar sus grados en la ANECA. Sospecho que con una elevada adscripción de profesorado a tiempo parcial que, contratado en otras instituciones, complementa, como pluriempleado, un salario a cambio de enseñar y aportar su currículo a la Europea. Quizás también con profesorado impartiendo el doble de horas de clases anuales en comparación con las universidades públicas, como les está permitido por ley como privilegio injusto a las universidades privadas.
¿Quién va a invertir en una universidad sin profesorado de prestigio cuando estén despedidos en este ERE?
Tampoco descarto que se fabriquen grados Frankenstein con pedazos de asignaturas sobrantes de lo que quede mutilado después del ERE. En cualquier caso, tengo la seguridad y la confianza en que la ANECA velará por la calidad de la enseñanza y revisará con suma cautela la evaluación de los grados universitarios post-ERE de la Universidad Europea, ahora que además de expedir títulos, despide docentes en proporciones similares.
Este ERE indiscriminado, donde la única ventaja parece ser la financiera para un fondo de inversión, es la prueba de la escasa importancia que tiene para la Europea la enseñanza de prestigio. La Universidad Europea no es el modelo de universidad que necesita nuestro país. Esa universidad no es ningún modelo, ni siquiera lo es de negocio. ¿Quién va a invertir en una universidad sin profesorado de prestigio cuando estén despedidos en este ERE? Nadie. Ni estudiantes, ni profesores, ni inversores.
José M. Bautista es catedrático de Bioquímica y fundador de la Plataforma de Investigadores de la Universidad Complutense de Madrid.
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