Cómo estudiar mejor en un curso semipresencial
Laura Mesa, técnica del Centro de Orientación y Empleo de la UNED, explica las claves del aprendizaje autónomo y la preparación de los exámenes a distancia
El comienzo del nuevo curso ha venido marcado por la crisis de la covid-19, que ha provocado que cientos de miles de alumnos de todo el país se vean obligados a asistir a sus clases de forma semipresencial. Ocurre así, por ejemplo, en la Comunidad de Madrid, donde los estudiantes de ter...
El comienzo del nuevo curso ha venido marcado por la crisis de la covid-19, que ha provocado que cientos de miles de alumnos de todo el país se vean obligados a asistir a sus clases de forma semipresencial. Ocurre así, por ejemplo, en la Comunidad de Madrid, donde los estudiantes de tercero y cuarto de la ESO (más de 135.000 alumnos), Bachillerato (más de 108.000) y FP (más de 105.000) recibirán una parte de las clases en los centros y la otra, desde sus casas. A ellos se irán sumando además, los estudiantes que se tengan que quedar en casa confinados por estar infectados o por los protocolos de seguridad, y que durante ese tiempo tendrán que seguir las clases a distancia; según los datos proporcionados por las comunidades autónomas al Ministerio de Educación el pasado 24 de septiembre, el coronavirus ha obligado a cerrar 2.852 aulas en España desde el inicio del curso, lo que ha dejado a unos 40.000 alumnos confinados en casa.
Laura Mesa es técnica en el Centro de Orientación y Empleo de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) y está acostumbrada a tratar de motivar y aconsejar a los alumnos que estudian a distancia. Sin embargo, le preocupa la situación de los chicos y adolescentes que se vean ahora obligados a hacerlo por la situación de pandemia. “Estudiar desde casa va a provocar que los alumnos tengan que hacerse más responsables de su propio progreso, organizando su propio calendario de trabajo, pero algunos son demasiado pequeños y necesitarán que les ayuden sus padres”, se lamenta.
Para Mesa, el éxito en el examen comienza en el mismo momento en el que el estudiante entra en contacto con los lomos del libro. Para esta experta en técnicas de estudio, es importante analizar el índice para comenzar a familiarizarse con los contenidos que se estudiarán a lo largo del curso. Se trata de observar las imágenes, los cuadros de texto donde se expongan las claves de cada cuestión, y es muy recomendable fijarse en si el libro contiene además ejercicios de autoevaluación al final de cada tema, una manera muy interesante de repasar la lección, asegura.
El siguiente paso a la hora de enfrentarse a un examen sería ver su modalidad, ya que las técnicas empleadas no serán las mismas si es uno de desarrollo u otro tipo test. Para las asignaturas más teóricas, la lectura es clave. “Hacemos una primera lectura, que puede ser más rápida, para conocer el contenido del texto. Y luego, una relectura en la que intentamos centrarnos en las ideas más importantes del texto”. Mesa también aconseja hacerse preguntas acerca de lo que se ha leído, una técnica que le sirve al alumno para explicar en sus propias palabras el contenido de la cuestión.
Uno de los errores más comunes y fácilmente detectables es llenar el libro con subrayados de colores llamativos. Por atractivo que pueda parecer, no es una buena idea. “Un buen subrayado es la base de un buen resumen, esquema o mapa conceptual, pero no todo vale. Porque luego, si por ejemplo nos piden el resumen de un libro, será excesivamente largo al parecernos todo importante”, advierte. Una buena manera de complementarlo serían las anotaciones al margen, que sirven además para formarse una estructura propia del contenido.
La importancia de sintetizar
Memorizar puede ser un proceso mucho menos arduo si se trabaja en comprender mejor lo que se estudia. Mesa destaca la importancia de este paso, y recomienda métodos para conseguirlo en el vídeo que acompaña a esta noticia, como la creación de resúmenes (en los que el estudiante se ha beneficiado antes de la lectura comprensiva, del subrayado y las anotaciones al margen), esquemas o diagramas, y mapas conceptuales. Además, recomienda, a la hora de repasar o memorizar conceptos, imaginarse hablando para un auditorio, un modo de refuerzo para los alumnos con una buena memoria auditiva.
Otra opción para el estudiante es hacer uso de las reglas nemotécnicas: “Se trata de crear conceptos clave o imágenes visuales y son muy útiles a la hora de estudiar fechas, o en las asignaturas de números y de ciencias”. Por ejemplo, para recordar el año 1726, se podría pensar en 17 personas que estuvieron en una fiesta el día 2 de junio. Asimismo, Mesa incluye al final del vídeo sus cuatro “claves del éxito”: ir descansado al examen, organizar un buen calendario de estudio para repasar 15 días antes de la prueba y desconectar el día anterior, y por último, aprovechar ciertas asignaturas que tienen sinergias entre ellas, como la historia del arte y la filosofía, para estudiarlas juntas y sacarles el máximo partido.
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