Así es la vuelta a las escuelas infantiles en otros países europeos
En los Países Bajos los niños pueden ir a clase con un catarro sin fiebre. El Reino Unido delega las medidas en los centros
Lavado frecuente de manos, no compartir juguetes, distancia de seguridad... Todas estas medidas de seguridad son difíciles de aplicar entre niños mayores de seis años. Para los menores de esa edad roza lo imposible. Con la vuelta a las aulas, las escuelas infantiles y el primer ciclo de primaria afrontan un reto muy complicado, que no será de las mismas dimensiones en cada país europeo. No todos son igual de restrictivos en esta etapa educativa respecto a las medidas para prevenir la expansión del virus.
El ministerio de Sanidad italiano aprobó a inicios de agosto un protocolo para la v...
Lavado frecuente de manos, no compartir juguetes, distancia de seguridad... Todas estas medidas de seguridad son difíciles de aplicar entre niños mayores de seis años. Para los menores de esa edad roza lo imposible. Con la vuelta a las aulas, las escuelas infantiles y el primer ciclo de primaria afrontan un reto muy complicado, que no será de las mismas dimensiones en cada país europeo. No todos son igual de restrictivos en esta etapa educativa respecto a las medidas para prevenir la expansión del virus.
Italia: grupos burbuja
El ministerio de Sanidad italiano aprobó a inicios de agosto un protocolo para la vuelta a las aulas de los niños menores de seis años. Ofrece indicaciones tanto para escuelas infantiles (de tres a seis años) como guarderías (de cero a tres), aunque para las segundas no es de obligado cumplimiento. El distanciamiento está contemplado entre grupos más que entre individuos: cada clase tendrá un número fijo de alumnos que mantendrá el mismo aula y los mismos profesores todo el curso. Al igual que en España, se fomentan los grupos burbuja. Además, el material didáctico y los juguetes serán de propiedad exclusiva de cada grupo. También se harán turnos para el acceso al comedor.
Por otro lado, ni se impone el uso de mascarilla ni se tomará la temperatura a los alumnos o al personal de centro, pero se advierte de que no podrán acudir con síntomas de covid-19. El personal deberá llevar siempre mascarilla. En algunos momentos, como durante el cambio de pañales, se recomienda el uso de guantes, gafas o pantallas protectoras. Estos días se están realizando pruebas serológicas voluntarias de detección de coronavirus entre todos los trabajadores de las escuelas e institutos. La escuela infantil en Italia no es obligatoria pero cuenta con una elevada tasa de matriculación: el curso pasado se matricularon cerca de un millón de alumnos de entre 3 y 6 años.
Francia: profesores con mascarilla
El Gobierno de Emmanuel Macron estableció la educación obligatoria a partir de los tres años. Hasta los seis, los niños están en lo que se denomina maternelle (preescolar). En el curso 2018-2019 (las últimas cifras oficiales proporcionadas), algo más de 3,2 millones de niños de hasta seis años acudieron a la escuela. Según el protocolo sanitario, los menores de 11 años no deben llevar mascarilla y tampoco se ha establecido una distancia mínima de seguridad, ya que el objetivo es que todos los alumnos puedan ir a clase y que ningún aula se cierre por falta de espacio. Por el contrario, todos los adultos, incluidos los profesores de maternelle, deberán portar mascarilla en todos los espacios del centro. Se urge al lavado frecuente de manos, ya que a esas edades el gel hidroalcohólico debe ser usado “bajo supervisión de un adulto”. La media de alumnos por clase es de 24 y, según el ministro de Educación, Jean-Michel Blanquer, se ha reforzado el cuerpo de profesores con 1.600 nuevos maestros del primer grado, que incluye preescolar y elemental (hasta los 11 años).
El Reino Unido: decide cada escuela
El regreso a las aulas de esta semana en el Reino Unido también incluye a los más pequeños, que deberán extremar las medidas de higiene y minimizar en lo posible el contacto entre las diferentes clases y grupos de edad. La mascarilla no es obligatoria para los profesores, aunque las medidas adicionales de precaución se dejan al albedrío de cada centro. El Gobierno cree que compete a los padres la decisión de llevar o no a los pequeños a esos centros, aunque les anima a hacerlo para proveerles de una rutina y alentar el desarrollo de sus habilidades sociales. La Administración no recomienda el uso de mascarillas (salvo en circunstancias muy específicas) e incluso advierte que su utilización incorrecta puede accidentalmente incrementar el riesgo de trasmisión del virus. No se han emitido directrices sobre una limitación del número de alumnos por clase, pero los últimos datos de la compañía Ceeda (que mide el impacto de la covid-19 en el sector de la educación infantil) indican que casi la mitad de los centros prevén llenar solo el 50% de la capacidad de sus aulas.
Alemania: mascarilla en zonas comunes
Los profesores y los estudiantes deben llevar mascarilla, pero no en las clases propiamente dichas, sino en zonas comunes como los pasillos, los aseos o las salas de reuniones. Sin embargo, a petición de los padres, una clase puede acordar voluntariamente que el protector de boca y nariz también sea obligatoria para los docentes en clase. Por otro lado, los alumnos no tienen que respetar la distancia de seguridad de un metro y medio.
En el actual informe de gestión del Instituto Robert Koch (26 de agosto), el número de niños y adolescentes que sufren de covid-19 desde el comienzo de la pandemia en Alemania se cifra en 8.169 (niños menores de 10 años) y 15.150 (niños y adolescentes de 10 a 19 años). 3.341 empleados de instituciones educativas enfermaron, 160 de los cuales tuvieron que ir al hospital; siete murieron.
Países Bajos: pueden acudir con un catarro
En los Países Bajos, los centros de cero a seis años están ya en marcha. El ministerio de Educación indica que en esa franja de edad los niños pueden acudir con “un catarro nasal sin fiebre, si no han estado en contacto con alguien que tenga coronavirus y tampoco hay enfermos en casa”. No es preciso que los menores guarden la distancia de un metro y medio de seguridad entre ellos o con los profesores, pero estos últimos sí deben observarla entre sí y con los padres. Se permite hacer gimnasia y cantar, y se pide una buena ventilación de los locales, lavado frecuente de manos y juguetes, y que se estornude en el codo. Las mascarillas no son obligatorias y un solo adulto tiene que dejar a sus hijos a la entrada, en lo posible.
El protocolo oficial ha sido elaborado con la asesoría del Instituto para la Salud y el Entorno (RIVM, en sus siglas neerlandesas), y “ruega encarecidamente” cumplir una cuarentena de 10 días al regreso de una zona de riesgo. Aunque el encierro no es obligatorio, se pide a los padres de los pequeños de hasta cuatro años “que no los lleven durante ese periodo al parvulario, o a la casa de los adultos que suelan atenderlos, dado el estrecho contacto físico que tienen con sus cuidadores”. Entre los 4 y 12 años pueden acudir al centro, sin cuarentena, en ausencia de síntomas propios o en su entorno, “porque su papel en la transmisión de virus es reducido y la cercanía física con el cuidador es menor”, según el RIVM.
Portugal: sin juguetes de casa
Portugal ha mantenido las reglas para el regreso a las guarderías y la educación preescolar que había definido el pasado mayo, cuando el país comenzó a levantar las restricciones del confinamiento general obligatorio y los más pequeños, así como los alumnos de bachillerato, empezaron a volver a las aulas. Cada grupo debe tener horarios y circuitos de circulación específicos para entrar, comer y salir. Además, las autoridades aconsejan que haya distanciamiento social y que, cuando esto no sea posible por el tamaño de las aulas, los grupos se dividan para facilitarlo. La comunidad educativa ha criticado esta recomendación ante el evidente desafío logístico que plantea por la escasez de recursos y la edad de los menores.
En las guarderías, los niños deben descalzarse a la entrada y usar otros zapatos exclusivos para ese espacio. Llevar juguetes está prohibido y todos los implementos que se usen deben desinfectarse continuamente. Solo profesores y empleados están obligados a usar mascarilla —no se habla de otras medidas de protección—. Todavía no hay datos oficiales de la tasa de matriculación para este año, pero el pasado curso, durante la reapertura, menos de la mitad de los estudiantes de preescolar regresaron a la escuela.
Con información de Lorena Pacho (Roma), Silvia Ayuso (París), Patricia Tubella (Londres), Enrique Müller (Berlín), Isabel Ferrer (La Haya) y Felipe Sánchez (Lisboa).
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