El dulce crecimiento de las mermeladas Helios

La compañía especializada en conservas de fruta y salsas, con más de 120 años de historia y en manos de la quinta generación familiar, facturó 283 millones en 2023

Fábrica de dulces y conservas Helios en Arroyo de la Encomienda (Valladolid).

La historia de Helios comenzó en 1901 gracias a El Sol. Así se llamaba la confitería vallisoletana donde Alejandrino Pérez y su nieto Gaspar empezaron a preparar sus mermeladas caseras. Poco a poco el negocio fue creciendo —la Casa Real les eligió como proveedores— y en 1936 abrieron dos nuevos locales: El Val y Helios, nombre griego para el dios del sol y marca con la que terminó operando el grupo. En 1959 se produjo un punto de inflexión en su historia: las instalaciones originales se quedaron peq...

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La historia de Helios comenzó en 1901 gracias a El Sol. Así se llamaba la confitería vallisoletana donde Alejandrino Pérez y su nieto Gaspar empezaron a preparar sus mermeladas caseras. Poco a poco el negocio fue creciendo —la Casa Real les eligió como proveedores— y en 1936 abrieron dos nuevos locales: El Val y Helios, nombre griego para el dios del sol y marca con la que terminó operando el grupo. En 1959 se produjo un punto de inflexión en su historia: las instalaciones originales se quedaron pequeñas y decidieron mudarse a Arroyo de la Encomienda, cerca de Valladolid, donde se mantiene la principal fábrica de la compañía, una instalación de 40.000 metros cuadrados a la que han ido incorporado tecnología puntera.

La empresa ha sabido leer las tendencias en los hábitos de los consumidores, adaptando sus mermeladas a los nuevos gustos: junto a los tradicionales sabores de fresa y melocotón fueron incorporando nuevas opciones tanto en sabor (tomate, ciruela, higo, frutos del bosque) como en estilos de elaboración (sin azúcar, confitura natural, ecológica...). Además, han ido ampliando su repertorio para ocupar más espacio en los lineales de los supermercados: tomates y salsas, vegetales y encurtidos, frutas en almíbar, mieles y cremas. Otra palanca de crecimiento ha sido la internacionalización, muy enfocada ahora en mercados como el asiático o el latinoamericano.

La consecuencia de toda esta evolución en el negocio es un dulce crecimiento de sus resultados. En 2023, la facturación agregada de Helios llegó a 283 millones de euros, se trata de un aumento del 21% con respecto a las ventas registradas en 2022. La compañía asegura que tiene una larga historia de rentabilidad, pero no ha querido facilitar el beneficio neto de su último ejercicio cerrado. En 2023, pusieron en el mercado productos equivalentes a 145.000 toneladas, en cuya producción usaron unas 200.000 toneladas de frutas y verduras.

Julio Pérez, director general de Helios, cree que la clave de la supervivencia de la compañía a lo largo de más de un siglo ha sido la capacidad de asimilar los cambios en los hábitos de los consumidores. Ahora, por ejemplo, destaca la preferencia por productos “más saludables y naturales”, así como el interés por el consumo de artículos de proximidad “porque el cliente asocia acertadamente el cultivo local a un sabor y una calidad superior frente a una mermelada elaborada con frutas que proceden de otras partes del mundo”.

Centros de producción

La presencia de Helios en las mesas españolas se aceleró en la década de los años 80. Desde entonces, la compañía ha construido una planta de procesado de fruta en Azagra (Navarra) y cuenta con cuatro centros productivos en España (Azagra, en el propio municipio navarro; San Adrián-Bebé, también en Navarra; La Palma del Condado, en Huelva; e Íscar-Filito, en Valladolid), dos en Alemania (en las ciudades de Mühlhäuser y Mönchengladbach) y uno más en Marruecos (en la localidad de Kenitra).

Tras consolidar su liderazgo en el segmento de las mermeladas en España llegó el momento de dar el salto exterior. En la actualidad, están presentes en 80 mercados y la actividad internacional supone el 65% de la facturación total del grupo.

El director general de la compañía destaca la buena acogida que están teniendo sus productos en China después de haber aterrizado en otros mercados asiáticos como Indonesia, Tailandia y Corea del Sur. En el caso de su presencia en Latinoamérica, donde están en pleno proceso de adaptar su oferta a los gustos locales, su fuerte son las salsas de tomate. Esta expansión global es unos de los tres pilares en los que basa su estrategia la compañía junto con la “optimización y mejora de los procesos y productos para ser más sostenibles y reducir la huella de carbono”, asegura Pérez, y “ganar mayor relevancia en la categoría de condimentos”.

Su filial principal es Iberfruta, especializada en producir semielaborados de fruta y verdura para la industria de la alimentación. El crecimiento de Helios ha tenido un componente mixto ya que, junto con la expansión orgánica del negocio, se ha desarrollado una intensa actividad de operaciones corporativas. Así, en las últimas décadas han comprado la marca de mermeladas Bebé, Conservas Filito y Mermeladas Eva. Fuera de España, se han hecho con el control de Mühlhäuser y Lorenz & Lihn, en Alemania, y Stovit, en Polonia. Helios, que nació en la céntrica calle de Santiago de Valladolid, emplea a 750 personas entre sus plantas nacionales (Valladolid, Navarra y Huelva) e internacionales.

El director general, que pertenece a la quinta generación familiar, subraya que la empresa mira el futuro con optimismo, pero sin un afán de “crecer por crecer”, buscando consolidar lo que ya han conseguido a lo largo de sus más de 120 años de historia. “Ser una compañía que ha crecido y se ha transformado tanto, y que a la vez ha sabido conservar su esencia y valores como empresa familiar nos llena de orgullo”, concluye.

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