Latinoamérica se anticipa al ciclo global

La mayor parte de las economías de la región comenzarán una recuperación gradual este año y la consolidarán el que viene

Un comprador paga por productos agrícolas en un mercado de alimentos en Bogotá, Colombia, en una imagen de marzo de 2023.Nathalia Angarita (BLOOMBERG)

La atención del mundo en los últimos meses está enfocada en las decisiones que toma la Reserva Federal americana (Fed), la geopolítica, especialmente el conflicto en Oriente Próximo, y las cifras de actividad en China. Poco se mira hacia Latinoamérica y poco se habla de su política económica o la dinámica de su actividad. Sin embargo, la región logró sobrellevar uno de los ajustes de tipos de interés en el mercado estadounidense más marcados en velocidad en décadas, un fuerte choque inflacionario y un rápido deterioro de la actividad. Si bien Latinoamérica todavía no ha logrado normalizar su c...

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La atención del mundo en los últimos meses está enfocada en las decisiones que toma la Reserva Federal americana (Fed), la geopolítica, especialmente el conflicto en Oriente Próximo, y las cifras de actividad en China. Poco se mira hacia Latinoamérica y poco se habla de su política económica o la dinámica de su actividad. Sin embargo, la región logró sobrellevar uno de los ajustes de tipos de interés en el mercado estadounidense más marcados en velocidad en décadas, un fuerte choque inflacionario y un rápido deterioro de la actividad. Si bien Latinoamérica todavía no ha logrado normalizar su crecimiento, todo apunta a que paulatinamente lo conseguirá, anticipándose a los ciclos globales.

Entre los principales países de la región, ya son varios los que alcanzan cifras de inflación por debajo del promedio de la última década, como Brasil, Chile o Perú. Aunque el reto sigue vigente para México y Colombia, ya se encuentran muy cerca y seguramente en 2024 lo lograrán. La excepción en esta materia es Argentina, que todavía sufre de una alta inflación. En este año y el próximo, la mayoría de los países, con excepción de Argentina, llevarán sus precios en torno a su rango objetivo, cerrando de esta manera un exitoso proceso de convergencia.

El éxito de este ciclo, en parte, fue la respuesta temprana y decidida de la política monetaria en la región por parte de los bancos centrales. Las principales economías elevaron sus tasas monetarias a niveles no vistos en varias décadas, conteniendo las presiones inflacionarias y evitando espirales indeseadas que traen recuerdos de años turbios en la región. Los ajustes fueron muy superiores a los realizados por economías desarrolladas. Esta respuesta, más contundente, también ayudó a que la convergencia de la inflación fuera más acelerada y permitiera iniciar un ciclo bajista en tipos más temprano. Así, es muy probable que en 2024 la mayoría de las economías alcancen sus tipos máximos en el actual ciclo, con la excepción de México y Colombia, que han sido las últimas en iniciar el ciclo bajista.

Con ello, la mayor parte de las economías de Latinoamérica comenzarán una recuperación gradual este año y la consolidarán el que viene, aunque con un ciclo más tardío de las principales por tamaño (Brasil y México), que verán todavía alguna desaceleración en 2024 y sólo hasta 2025 consolidarán la aceleración de la actividad. Así, esperamos que la región alcance un crecimiento del 1,3% este año y del 2,7% el próximo, superando la media de los últimos 10 ejercicios. Ahora bien, a pesar de la recuperación, Latinoamérica mantiene un crecimiento económico inferior a la media mundial (3,1% en 2024 y 3,3% en 2025), lo que debe motivarnos a entender el porqué y, en particular, cómo lograr mejorar este panorama, pues todavía este conjunto de países tiene unos retos sociales significativos.

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