Mané Calvo (Grupo Calvo): “Me paso las horas buscando planetas, soy bastante friki”

Mané Calvo (Madrid, 55 años) es el consejero delegado del grupo conservero Calvo. Comenzó su carrera en el mundo de la publicidad y en 1995 se incorporó al departamento de flota de la empresa familiar. Fue asumiendo diferentes responsabilidades hasta 2007, cuando fue nombrado primer ejecutivo.

Pregunta. ¿Cuál es su idea de felicidad perfecta?

Respuesta. Yo creo que la felicidad perfecta existe únicamente en mo...

Mané Calvo (Madrid, 55 años) es el consejero delegado del grupo conservero Calvo. Comenzó su carrera en el mundo de la publicidad y en 1995 se incorporó al departamento de flota de la empresa familiar. Fue asumiendo diferentes responsabilidades hasta 2007, cuando fue nombrado primer ejecutivo.

Pregunta. ¿Cuál es su idea de felicidad perfecta?

Respuesta. Yo creo que la felicidad perfecta existe únicamente en momentos concretos. Esos momentos, en mi caso, tienen mucho que ver con la certeza de salud física y mental de las personas que me importan.

P. ¿Cuáles son sus aficiones cuando está fuera de la oficina?

R. Ya muy pocas. Desgraciadamente arrastro muchas lesiones deportivas que he ido acumulando con los años, por lo que el deporte ya no es una de ellas. Aparte de montar algo en bici me gusta salir a comer y cenar con mi familia y amigos.

P. ¿Cuántas horas necesita dormir para sentirse bien?

R. Unas cinco o seis. Desgraciadamente no todos los días lo consigo.

P. ¿Qué aplicaciones son las que más usa en su teléfono móvil?

R. Las habituales del trabajo como el Mail y Whatsapp. El waze que es muy útil. Para el ocio el Spotify y unas aplicaciones sobre la luna y Starwalk, sobre planetas y estrellas. Me paso horas buscando planetas y constelaciones. Soy bastante friki.

P. ¿Qué viaje guarda con más cariño?

R. Irlanda. Me fascina, y voy todos los años a ver el Seis Naciones o directamente a mezclarme con ellos, escuchar música y beber pintas. Guardo con mucho cariño un viaje a Spanish Point (Clare County) con unos amigos. Desgraciadamente uno de ellos ya no está físicamente con nosotros y se le echa de menos.

P. ¿Qué destinos tiene pendiente?

R. Surfers Paradise, en Australia. También a Pamplona en San Fermín, nunca he conseguido ir.

P. ¿Qué grupos o tipo de música no pueden faltar en su play list?

R. Bufff... De todo, en mi Spotify cabe desde AC/DC hasta Luigi Boccherini.

P. ¿Recomienda algún libro que haya leído recientemente?

R. Los prisioneros de la Armada invencible, de Pedro Luis Chinchilla. El libro trata sobre los cientos de marinos españoles que naufragaron en 1588 en las costas de Irlanda. Lo recomiendo sin duda alguna.

P. ¿Es aficionado a las series de televisión? ¿Cuáles son sus favoritas?

R. No mucho. Es cierto que en su momento me gustó mucho Breaking Bad, Peaky Blinders, aunque tengo la sensación de que, como cada vez hay más, ha bajado mucho el nivel.

P. ¿Qué defecto le gustaría corregir de su personalidad?

R. Todos, tengo muchos.

P. ¿Y qué virtud destacaría?

R. Ninguna. Las virtudes te las tiene que destacar otra persona, en uno mismo queda algo pretencioso.

P. ¿Le gusta la gastronomía?

R. Me gusta más el hecho de salir en buena compañía que el hecho de ir a comer a un lugar concreto o un plato especial.

P. ¿Qué restaurantes suele elegir para comidas de negocios?

R. Los que quedan cerca de mi oficina. Las oficinas de Grupo Calvo en Madrid se encuentran en Príncipe de Vergara y es una zona estupenda para este tipo de reuniones.

P. ¿Y para comidas con amigos o familiares?

R. Nos gusta mucho el Trasgu de Torrelodones por la comida, el ambiente y las vistas de Madrid.

P. ¿Qué consejo le han dado que tiene siempre presente?

R. Cuando era joven y la empresa pasaba por alguna dificultad yo me solía agobiar bastante y no conseguía ni dormir, pero mi padre siempre lo relativizaba y me calmaba. Siempre me decía que tras esa colina impenetrable y empinada que tenía delante iba a encontrar unas grandes y verdes praderas. Es una tontería, pero me calmaba.

P. ¿Qué consejo le gusta dar?

R. Soy una persona que se inclina por tener calma y contar hasta diez antes de reaccionar. Los grandes desastres de la humanidad, y también entre familiares y amigos, suelen empezar por una reacción en caliente poco meditada.

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