Sostenibilidad y economía verde, una apuesta de futuro para la creación de empleo
Los perfiles relacionados con las energías renovables, la gestión de recursos y el ‘reskilling’ de los trabajadores destacan como factores esenciales para los nuevos puestos de trabajo
La demanda total de empleos verdes en España crecerá un 38 % de aquí a 2030, pero la brecha entre lo que se necesita y lo que de hecho se genera, entre la oferta y la demanda, hace que, de no tomarse las medidas adecuadas, nos encontremos con un déficit de 42.600 empleos en ese periodo de tiempo, según el estudio Economía verde y el impacto en el trabajo 2024, de Randstad. “Y, a nivel mundial, se prevé que el sector energético gane ocho millones de puestos en todo el mundo”, afirma Sandra Martín, directora comercial en el sector de Energía de la consultora de recursos humanos holandesa.
Datos y entorno apuntan en una única dirección: la de un crecimiento considerable de los empleos relacionados con la transición energética, la sostenibilidad y, en general, la economía verde, empujados por iniciativas globales como los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, la Agenda 2030 o el propósito declarado de la Europa comunitaria de conseguir una economía neutra en carbono para el año 2050.
Esos ocho millones de empleos que, por ejemplo, se estima que generará el sector de energías renovables a nivel mundial compensarán con creces los 2,5 millones de trabajadores actualmente empleados en el ámbito de los combustibles fósiles, que necesitarán reciclarse profesionalmente: “Si somos capaces de hacer reskilling con todos esos puestos de trabajo, seguiremos teniendo un aumento de 5,7 millones de empleos. El problema es que, junto a la gran demanda de profesionales, tenemos una enorme falta de perfiles especializados”, apunta Martín. Y ese, advierte, es el mayor de los desafíos: a día de hoy, ni el mercado a nivel formativo está preparado ni las organizaciones pueden abastecerse de suficientes profesionales.
¿Dónde se creará una mayor cantidad de empleo verde?
El crecimiento constante de energías limpias y sostenibles como la éolica, la solar o la hidroeléctrica; la progresiva introducción de los biocombustibles; las nuevas necesidades vinculadas con la gestión de recursos y residuos; e incluso las oportunidades relacionadas con la agricultura ecológica y la tecnología verde sirven para ilustrar una clara tendencia de empleo (y, por lo tanto, de formación) en las próximas décadas. Pero proveerse de todos esos nuevos profesionales pasa por realizar un mayor esfuerzo educativo tanto desde la remozada FP dual como a nivel universitario y a través de la formación continua en el seno de las propias empresas.
“En lo que respecta a la Formación Profesional, se están introduciendo módulos especializados en energías renovables y sostenibilidad, y también hay avances en los módulos relacionados con la electrónica. Y, a nivel universitario, se han creado grados y másteres en campos como las energías renovables, ingeniería ambiental y gestión de la sostenibilidad. Pero es necesario seguir apostando y adaptando esa continua oferta y demanda”, explica Martín. Una necesidad que, indica, requiere de una mayor colaboración entre las instituciones educativas y las empresas e industrias.
“Pero, además, hay que seguir promoviendo la formación continua y el reskilling (o reciclaje profesional) de los trabajadores que, actualmente, no se dedican a empleos verdes, pero que evidentemente pueden adaptarse a todos esos nuevos roles emergentes”, añade. Perfiles como, por ejemplo, el de un electricista, cuyas habilidades serían perfectamente válidas para convertirse en instalador de paneles solares, pero que en cualquier caso son de naturaleza muy diversa: desde ingenieros hasta técnicos superiores e incluso de campos tradicionalmente ajenos al sector, como abogados y economistas especializados. La necesidad cala en las empresas del sector energético, donde el 55 % de las organizaciones invierte ya en el reskilling de sus trabajadores.
Ahora bien, ¿de qué ámbitos procederán estos nuevos profesionales? A nivel universitario, “las cualificaciones o estudios necesarios se centran fundamentalmente en las disciplinas STEM, ya sean científicas (Física, Química o Biología) como ingenieriles e informáticas”, tal y como ya indicaba Carlos Díaz-Guerra, profesor de la Facultad de Ciencias Físicas de la Universidad Complutense de Madrid, a este periódico en 2022. Pero se trata también, en cualquier caso, de una transformación que hace necesaria la creación de nuevas categorías de empleos capaces de cubrir esas nuevas necesidades. Así, Sandra Martín, de Randstad, señala cinco ecosistemas diferentes:
- En lo referente a la captura y utilización del carbono: instaladores de maquinaria, técnicos de mantenimiento y reparación y, en general, trabajadores del sector de la construcción
- En el sector del hidrógeno: mantenimiento, producción y ensamblaje.
- El previsible aumento en la demanda de vehículos eléctricos hará, por otra parte, que los empleos se dupliquen e incluso tripliquen: especialistas en baterías y energía, expertos en software y todo lo relacionado con el análisis de datos, por ejemplo.
- Empleos relacionados con la eficiencia energética, desde técnicos hasta especialistas en gestión.
- Puestos de trabajo relacionados con la red eléctrica.
Por otro lado, entre los distintos retos que afronta el sector, Martín no deja de señalar dos: la necesidad de mejorar las competencias lingüísticas en inglés y la escasa diversidad de género, especialmente en las ocupaciones relacionadas con la instalación y mantenimiento de instalaciones.
El papel de la universidad en el futuro del empleo verde
Hablar de empleos relacionados con la transición energética o las nuevas necesidades vinculadas a la sostenibilidad y la economía verde es, en cualquier caso, hacerlo de las numerosas opciones de especialización que la universidad ofrece a través de másteres o programas de posgrado. No en vano “las universidades están liderando la formación en sostenibilidad a través de la integración de los ODS en sus planes de estudio, la investigación aplicada, el compromiso comunitario y la implementación de prácticas sostenibles en sus propios campus”, explica Jorge Gómez, vicerrector de Tecnología y Sostenibilidad de la Universidad Complutense. La institución académica madrileña destaca, además, como la universidad española más sostenible en el GreenMetric University Ranking 2023, donde ocupa el puesto 35 a nivel mundial.
“Una parte importante de las competencias más demandadas será tecnológica, pero los perfiles de ciencias sociales van a aportar mucho en este aspecto. Hablamos de regulaciones del sector, de formar en economía verde, definir políticas que ayuden a conseguir los ODS... Todas estas cuestiones han de estar desarrolladas por profesionales con una formación multidisciplinar”, sostiene Gómez. Así, por ejemplo, los programas de posgrado que ofrece la Complutense son una buena muestra del papel que las universidades juegan en la preparación de profesionales especializados en cualquiera de estos ámbitos:
- Estrategias y Tecnologías para el desarrollo (en colaboración con la Universidad Politécnica de Madrid (UPM).
- Restauración de Ecosistemas (junto con la Universidad de Alcalá de Henares, la UPM y la Rey Juan Carlos). Una formación encaminada a recuperar la biodiversidad perdida.
- Másteres en Biología de la Conversación y Biotecnología Industrial y Ambiental.
- Máster y doctorado en Ecología.
- Máster en Energía, dirigido a ingenieros y graduados en ingenierías.
- Máster en Geología Ambiental, un programa que prepara para el trabajo en investigación, desarrollo e innovación en centros públicos o privados, y que abarca campos tan variados como la gestión de recursos hídricos y de residuos, la regulación ambiental, la descontaminación de aguas y suelos, evaluaciones de impacto ambiental y la restauración de espacios degradados, entre otros.
¿Son sostenibles las empresas españolas?
Nueve de cada 10 compañías españolas llevan a cabo acciones para contribuir a la consecución de los ODS, según un estudio realizado en 2022 por el Pacto Mundial de Naciones Unidas España que contó con la participación de 2.500 empresas. Y, aunque el 79 % de ellas reconoce que existen ventajas competitivas a la hora de implementar el marco, solo el 41 % dispone de una estrategia de sostenibilidad o se compromete a reducir sus emisiones. En pocas palabras: vamos por buen camino, pero queda mucho por hacer.
Por otra parte, una mirada a las empresas del IBEX 35 desvela que el 86 % de ellas ya han establecido un año para alcanzar la neutralidad climática, el 94 % lleva a cabo medidas relacionadas con la economía circular y todas ellas se han comprometido a reducir sus emisiones de CO2. Así se recoge en el informe Sostenibilidad en las empresas del IBEX: Análisis 2023, de la Red Española del Pacto Mundial. Para Cristina Sánchez, su directora ejecutiva, “las empresas tienen la oportunidad de liderar el camino hacia un futuro más sostenible y resiliente (...). Estamos presenciando un cambio histórico en la forma en que las empresas abordan el cambio climático. Cada objetivo establecido es un compromiso con el futuro, un paso más hacia un mundo donde la sostenibilidad y la prosperidad van de la mano”.
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