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España da el “sorpasso” a Francia

La razón clave de este adelantamiento es que el mayor crecimiento español ha generado mayor recaudación, basada en un fuerte empuje del empleo

Pasan cosas. Sin ruido, pero pasan. España acaba de solemnizar su “sorpasso” a Francia. Este adelantamiento no se refiere al tamaño de la economía, sino a su vigor (crecimiento del PIB), a la calidad de sus finanzas públicas (déficit y deuda) y a la ...

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Pasan cosas. Sin ruido, pero pasan. España acaba de solemnizar su “sorpasso” a Francia. Este adelantamiento no se refiere al tamaño de la economía, sino a su vigor (crecimiento del PIB), a la calidad de sus finanzas públicas (déficit y deuda) y a la percepción de las agencias de rating (calificación) sobre la seguridad o peligro de invertir en cada país (prima de riesgo).

La evolución de la prima de riesgo es la comparación más relevante desde y para los mercados. Y de mayor impacto: mide el sobrecoste de un emisor de deuda (pongamos España o Francia) sobre el emisor de referencia (Alemania, que aún hoy cuenta con la máxima nota, la triple A: o AAA). Se computa en puntos básicos (pb): si la prima es de 100 pb, significa que un crédito en el país aludido cuesta un punto porcentual más al acreedor local que a su colega de la economía de referencia.

Tras la Gran Recesión de 2008, Francia se salvó de la crisis de la deuda soberana europea, frente al rescate sufrido por España. Su peor prima fue de 190 pb (noviembre de 2011), frente a los 650 pb de España (julio de 2012). Las tornas se han invertido. Este jueves, endeudarse desde España costaba 56 puntos más que en Alemania; en Francia (igual que en Italia), 82.

A similar compás las agencias agravan la nota de Francia y mejoran la de España. Fitch (empresa de capital francés, benevolente con el Hexágono) rebajó a la república de AA- a A+ (11/9). La exigente S&P mejora la española de A a A+ (12/9). Los que mejoran se endeudan más barato; quienes empeoran, más caro.

Todo eso deriva de datos macro de cada país. Primero, el crecimiento del PIB. En el trienio 2023-2025, el español más que triplica al francés (lo multiplica por 3,37 en el ritmo medio), con datos de 2023 y 2024 y previsiones oficiales para 2025.

Segundo, la trayectoria de las finanzas públicas. España cerró 2024 con un déficit del 3,2% (2,8% sin contar la dana), decreciente desde el 4,59% de 2022 y el 3,5% de 2023. Francia registró un 5,8%, escalando 1,1 puntos desde 2022. La deuda española se alivió en España (al 101,8%, desde el 101,8% de 2023 y el 105,1% de 2022). La francesa empeoró al 113% desde el anterior 109,8%.

La razón clave del sorpasso es que el mayor crecimiento español ha generado mayor recaudación, basada en un fuerte empuje del empleo; una cierta estabilidad impositiva; y el impulso del consumo y crecientemente, la inversión (tendencia clave a futuro). En el caso francés, la mitad del desplome fiscal cuelga de las rebajas impositivas de Emmanuel Macron: eliminación o reducción de impuestos al patrimonio, sociedades y producción (Financial Times, 16/11). Y de la inestabilidad política que impide reformas (pensiones). En ocho años de presidencia macronista, desde 2017, llevamos siete primeros ministros, casi a uno por año. En España, ha habido solo uno. Datos, nada más.

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