Estados Unidos mantiene su fortaleza económica gracias al consumo
El producto interior bruto creció a una tasa trimestral anualizada del 2,8% durante el tercer trimestre
La primera economía del mundo sigue gozando de buena salud. A pesar de que el malestar causado por la inflación de los últimos años haya contribuido a dar la victoria electoral a Donald Trump, el nuevo presidente electo recibirá una economía que crece a buen ritmo, con una tasa de paro muy baja y la inflación cerca del objetivo de estabilidad de precios del 2%. Durante el tercer trimestre, la economía creció a un ritmo trimestral anualizado del 2,8% (un 0,7% trimestral), según las cifras difundidas este miércoles por la Oficina de Análisis Económico, dependiente del Departamento de Comercio, que coinciden con la primera estimación publicada el mes pasado. El dato aún está sujeto a otra revisión en diciembre.
La tasa de crecimiento del producto interior bruto (PIB) estadounidense prácticamente duplica a la de la zona euro. El motor de la economía continúa siendo el consumo. La fortaleza del mercado laboral y las ganancias de poder adquisitivo recientes impulsan el gasto de los consumidores, responsable de la mayor parte de la actividad económica.
Los aeropuertos están estos días al borde del colapso por los desplazamientos para la celebración, este jueves, del día de Acción de Gracias, en el que se esperan récords de desplazamientos. La gasolina está más barata que hace un año, lo que facilita también la movilidad por carretera. Las grandes cadenas bombardean desde hace semanas con sus ofertas del Black Friday. Los centros comerciales muestran el bullicio propio de cuando se aproxima la Navidad. Y el precio de los ingredientes del menú típico de la celebración de Acción de Gracias se ha abaratado por segundo año consecutivo. Según los datos divulgados este miércoles, el gasto de los consumidores aumentó a una tasa trimestral anualizada del 3,5% en el tercer trimestre.
El crecimiento del PIB es ligeramente inferior al registrado en el segundo trimestre, en el que la economía se expandió a una tasa trimestral anualizada del 3,0%. Esa pequeña desaceleración del PIB real en el tercer trimestre reflejó principalmente un descenso de la inversión en existencias privadas y una mayor disminución de la inversión fija residencial. Estos movimientos se vieron compensados en parte por las aceleraciones de las exportaciones, el gasto de los consumidores y el gasto del Gobierno federal. Las importaciones también se aceleraron.
Estados Unidos se encuentra en una fase de aterrizaje suave de la economía, en la que la Reserva Federal ha ido conteniendo la inflación con sus subidas de tipos de interés sin llegar a provocar una recesión ni pérdidas masivas de empleo. El relevo en la Casa Blanca, sin embargo, introduce nuevas incertidumbres sobre las perspectivas económicas. Dos de las principales medidas propuestas por Trump (la deportación masiva de inmigrantes y los aranceles generalizados) pueden provocar un repunte de la inflación y frenar el crecimiento, según el Fondo Monetario Internacional (FMI).
El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, ha declinado adelantar acontecimientos y ha señalado que no tomará decisiones en respuesta a hipotéticas medidas del nuevo presidente mientras no se concrete su contenido y sus efectos. El banco central estadounidense inició el ciclo de rebajas del precio del dinero en septiembre, con un agresivo recorte de medio punto destinado a evitar un excesivo enfriamiento del mercado laboral. En noviembre, dos días después de las elecciones, aprobó otro recorte de 0,25 puntos y los inversores apuestan mayoritariamente por otro recorte de la misma cuantía el próximo 18 de diciembre.
Repunta la presión inflacionista
Además de la estimación de PIB del tercer trimestre, la Oficina de Análisis Económico también ha publicado hoy su última lectura del índice de precios PCE, el indicador de inflación preferido por la Reserva Federal. Como se esperaba, dicho índice, un deflactor de los gastos de consumo personal, repuntó en octubre y pasó del 2,1% interanual de septiembre al 2,3% en dicho mes. Es un recordatorio de que la batalla contra la inflación no está ganada.
Además, el índice subyacente, que excluye el precio de la energía y los alimentos, cuyo comportamiento es más volátil, también aumentó, al pasar del 2,7% al 2,8% interanual.
Esos datos están en sintonía con los avanzados hace dos semanas relativo al índice de precios de consumo (IPC). La inflación medida con ese indicador repuntó en octubre hasta el 2,6% tras seis meses a la baja. Con esa referenca, la inflación subyacente, que elimina los productos energéticos y los alimentos, se mantuvo en el 3,3%, según los datos publicados por la Oficina de Estadísticas Laborales, dependiente del Departamento de Comercio.