La economía de la zona euro creció un 0,3% en el segundo trimestre

El empleo se mantiene fuerte pese a la incertidumbre económica y aumenta un 0,2%, según Eurostat

La presidenta del BCE, Christine Lagarde, en la sede del banco central.DPA vía Europa Press (DPA vía Europa Press)

La economía de la eurozona atraviesa una época de incertidumbre, pero mantiene la cabeza por encima del agua. La oficina estadística de la Comisión Europea (Eurostat) ha informado este miércoles que el producto interior bruto (PIB) de la zona euro aumentó un 0,3% entre abril y junio, tras un primer trimestre en el que logró salvar la recesión con un resultado plano (0%). El del conjunto de la Unión Europea se mantuvo estable. Eurostat también ha confirmado el dato de empleo del segundo trimestre, que avanza un 0,2% y que sigue mostrando una resistencia feroz a la anunciada ralentización económ...

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La economía de la eurozona atraviesa una época de incertidumbre, pero mantiene la cabeza por encima del agua. La oficina estadística de la Comisión Europea (Eurostat) ha informado este miércoles que el producto interior bruto (PIB) de la zona euro aumentó un 0,3% entre abril y junio, tras un primer trimestre en el que logró salvar la recesión con un resultado plano (0%). El del conjunto de la Unión Europea se mantuvo estable. Eurostat también ha confirmado el dato de empleo del segundo trimestre, que avanza un 0,2% y que sigue mostrando una resistencia feroz a la anunciada ralentización económica de la zona para el conjunto del año.

Ha hecho falta acudir dos veces al VAR para confirmarlo: la eurozona se salva, por el momento, de la recesión técnica (dos trimestres consecutivos en negativo). La oficina estadística europea no ha revisado el dato del primer trimestre y deja una photo finish económica extremadamente ajustada dentro de la unión monetaria europea: a pesar del mal rendimiento de su primera espada, Alemania, la eurozona ha inclinado la balanza hacia el verde, tras un primer trimestre en el que se se mantuvo estancada.

El dato llega tras varios cambios de conclusiones por parte de Eurostat, que ha ido sacando y metiendo a la eurozona en recesión. A principios de año, los datos preliminares parecían indicar que, a pesar del impacto de la guerra y la espiral inflacionaria, los países del euro habían aguantado el tipo. Confirmado que el último trimestre del año pasado fue negativo, quedaba por ver si el primero había sumido a la zona en recesión. En un primero momento los miedos se alejaron, pero una revisión del primer trimestre apuntó a que la esperada recesión técnica sí se había producido. Todo para desdecirse en julio: entre enero y marzo la economía se había estancado en el 0%, ni frío ni calor. Ahora, Eurostat confirma que la eurozona se mantuvo en el cero.

El empuje de la economía de la zona euro tras la pandemia se vio frenado bruscamente por la invasión de Ucrania, que desató una crisis energética que ya venía enseñando los colmillos. Aunque el golpe inicial fue más fuerte en los precios de los países como España —por su sistema de cálculo— esta crisis tuvo especial impacto en el PIB de países fuertemente dependientes del gas ruso, como Alemania. La primera economía de la zona euro entró en recesión en el primer trimestre del año, y llegó, incluso, a perder el nivel de PIB que tenía antes de la pandemia.

Con todo, los datos de Eurostat confirman —siempre a condición de que no acudan de nuevo al VAR— que el bache no ha continuado, y que la eurozona logró volver a la senda del crecimiento, con un avance del 0,3% entre abril y junio. Alemania ya no está en negativos, pero marca un crecimiento del 0%. Quien entra ahora es Países Bajos, cuya economía se contrae por dos trimestres consecutivos. Mientras que España muestra un avance provisional del 0,4%, y Francia lo hace un 0,5%, Italia es la otra gran economía del euro que ha cerrado en rojo el segundo trimestre. El país que más habría crecido en estos meses sería Irlanda, con un 3,3%, pero la fuerte dependencia de grandes multinacionales de su economía hace que el dato distorsione la imagen real de su rendimiento.

Empleo

Lo que también mantiene el tipo es el empleo: el mercado laboral europeo sigue mostrando una resistencia inusitada a la palpable ralentización económica y los trabajadores en la zona euro aumentan un 0,2% respecto al trimestre anterior. La tasa de desempleo de la eurozona se situó en el 6,4% en junio, y, como en los dos meses anteriores, mantuvo su nivel más bajo de toda la serie histórica. El conjunto de los Veintisiete siguió en el 5,9%, otro mínimo histórico.

Aunque España se encuentra entre los que más crecen este año, en el capítulo del empleo ocupa una de las últimas posiciones. A pesar de marcar un nivel récord de ocupados, con casi 21 millones, y tener el paro más bajo de los últimos 15 años, el mercado laboral español fue, en junio, el primero de la zona euro con más desempleo, con un 11,7%. Solo Grecia le acompaña en dobles dígitos. Por el contrario, los países con menos paro de la eurozona en junio fueron Alemania y Países Bajos, con unas tasas de paro del 3% y del 3,5%, respectivamente.

La evidente ralentización económica en el primer semestre, con su mayor economía en recesión, es un argumento más para los que defienden que ha llegado el momento de que el Banco Central Europeo detenga el rally de subidas de tipos de interés que inició hace poco más de un año. La institución presidida por Christine Lagarde ve cómo el objetivo principal de las alzas —el enfriamiento de la economía para moderar los precios— ya es una realidad estadística. En junio, la inflación de la euro zona se moderó al 5,5%.

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