Las ayudas a la compra del coche eléctrico encallan en la burocracia: apenas un tercio de los fondos han llegado a los solicitantes
El colapso en la compleja tramitación del Moves III, con 900 millones asignados, frena la llegada de las subvenciones
El coche eléctrico continúa siendo una excepción en España, que en esa materia sigue instalada en el furgón de cola europeo. En la primera mitad del año apenas se vendieron 55.500 vehículos electrificados (categoría que aúna a los solo propulsados por baterías y los híbridos que también se pueden enchufar a la corriente), una quinta parte que en Alemania y una cuarta que en Francia, los otros dos grandes fabricantes de automóviles. En abril de 2021 el Gobierno puso en marcha el plan Moves III, no el único pero sí su principa...
El coche eléctrico continúa siendo una excepción en España, que en esa materia sigue instalada en el furgón de cola europeo. En la primera mitad del año apenas se vendieron 55.500 vehículos electrificados (categoría que aúna a los solo propulsados por baterías y los híbridos que también se pueden enchufar a la corriente), una quinta parte que en Alemania y una cuarta que en Francia, los otros dos grandes fabricantes de automóviles. En abril de 2021 el Gobierno puso en marcha el plan Moves III, no el único pero sí su principal programa de ayudas para incentivar esas matriculaciones, así como la instalación de puntos de recarga, con el que el Ejecutivo se ha comprometido a invertir hasta 1.200 millones de euros. De momento, ha puesto a disposición 909,6 millones de euros, pero dos años después de su estreno, cuesta que el dinero llegue a los solicitantes: hasta el cierre de julio se han emitido resoluciones de concesión de ayudas por un importe “de en torno a 350 millones de euros”, señala el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), organismo dependiente del Ministerio para la Transición Energética.
Resolver un expediente no supone que se haya procedido al pago al comprador, por lo que parte de esos recursos pueden estar todavía en camino. Lo que muestran esos datos, sin embargo, es la lentitud en la tramitación de las solicitudes y el cuello de botella que está generando el complejo proceso de reparto de subvenciones a fondo perdido que finaliza a finales de este año. “Los retrasos que se pueden producir en la tramitación de las ayudas son consecuencia del gran volumen de expedientes, derivado del elevado importe de fondos destinados a las ayudas”, responde a preguntas de EL PAÍS Isabel del Olmo, jefa del departamento de Movilidad Sostenible de IDAE, a través de un correo electrónico. Esos 350 millones de euros resueltos favorablemente han supuesto, explica, ayudas para la compra de 73.000 vehículos eléctricos puros e híbridos y la instalación de 33.000 puntos de recarga. Un turismo eléctrico nuevo está subvencionado con 1.500 euros, una cifra que se amplía hasta los 7.000 euros si se añade el achatarramiento de un vehículo de más de siete años.
Aunque creó las bases de la convocatoria, el IDAE no gestiona las peticiones. El organismo traslada los recursos económicos a los gobiernos autonómicos, que son los encargados de una farragosa tarea que va desde la recepción de las solicitudes, la elaboración de las resoluciones, la gestión de requerimientos sobre posibles subsanaciones, la reclamación de los justificantes y su verificación y el pago final. Cuando una comunidad detecta que con las solicitudes que han entrado en sus registros hay riesgo de que se agoten los fondos (actualmente el 81% ya estarían comprometidos, con variaciones según comunidades autónomas), pide más dinero al IDAE, que ha ido efectuando diferentes ampliaciones de la convocatoria desde los 400 millones de euros iniciales. Por los datos que le han dado las autonomías, en torno al 81% de los 909 millones entregados ya estarían comprometidos si se tienen en cuenta las solicitudes. El problema, como señala Del Olmo, es que entre la complejidad de las tramitaciones y la cantidad de solicitudes, los equipos encargados de las consejerías autonómicas se han visto desbordados y en muchos casos se ha tenido que ampliar el número de técnicos de este tipo de trabajos, un problema que se repite en el caso de las ayudas al autoconsumo.
El resultado es que ayudas solicitadas en 2021 pueden estar llegando a los bolsillos de los compradores este año. “La Ley General de Subvenciones permite un plazo de seis meses para emitir la concesión de ayuda y es en esos plazos en los que están tramitando los expedientes las distintas comunidades autónomas, acortando ese plazo en muchos casos. Una vez emitida la resolución de concesión de ayuda, el beneficiario dispone de un máximo de 18 meses para justificar la compra del vehículo o la instalación del punto. Tras la verificación de la actuación, se procede al pago”, explica Del Olmo.
La dilación, en todo caso, han criticado agentes del sector como la patronal de marcas de coches Anfac, no anima a los potenciales compradores con menos recursos económicos, ya que el descuento no se les aplica en el momento de la transacción. En cambio, sí beneficia a aquellos con mayor poder adquisitivo y tiempo para esperar, que son a la vez quienes tienen más fácil asumir los precios más caros de un coche eléctrico frente a uno de combustión. Como medida complementaria al programa de subvenciones, el Gobierno ha aprobado este verano una nueva ayuda como intento para impulsar las ventas de coches electrificados: una deducción del 15% en el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) que se aplica tanto para el valor de adquisición de coches nuevos y usados y con un máximo de 20.000 euros. En este caso, la vigencia se prolongará todo el próximo año, si bien el MOVES III expira este año y no hay garantía de que se vaya a repetir.
Diferencias de criterios y de hitos
En un principio, el objetivo que en 2021 fijó el Gobierno de alcanzar en 2023 un parque de 250.000 vehículos electrificados ya estaría superado. Según el registro de la Dirección General de Tráfico, en 2022 España tenía 205.720 turismos con la etiqueta Cero, que incluye a coches eléctricos puros, híbridos enchufables y un segmento muy residual que son los vehículos de autonomía extendida, que son un tipo de coches eléctricos puros con un motor de combustión que alimenta la batería si esta necesita recargarse, como si fuera un salvavidas. Hasta julio de este año se han matriculado además casi 64.0000 turismos electrificados, y a ellos se han de sumar motocicletas y otros tipos de vehículos eléctricos.
Sin embargo, para la patronal Anfac las cifras actuales están lejos de los objetivos que se deberían de marcar, teniendo en cuenta la tendencia que debería seguir el mercado a tenor de las ventas de coches en España que consideran óptimas (1,2 millones) y el hecho de que en 2035, tal y como ha aprobado el Parlamento europeo, las ventas de coches de combustión (y las de híbridos electrificados) quedarán prohibidas. Según sus cálculos, en España este año se tendrían que vender 190.000 coches electrificados y lo cierto es que hasta julio apenas se han comercializado un 34% de esa cifra. Y eso que las ventas han crecido un 46% respecto a hace un año. Pero solo representan el 10,9% del total de las ventas. La patronal ya ha dicho que es necesario un esquema de ayudas más decidido y, sobre todo, más simple para los compradores.
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