La agricultura andaluza se enfrenta a la mayor restricción de agua desde 1992
El desembalse de 385 hectómetros cúbicos en el Guadalquivir hace inviables cultivos como el arroz, el algodón o el maíz. La ganadería extensiva, en situación crítica
La agricultura andaluza encara la campaña con mayores restricciones de agua de las últimas tres décadas. El desembalse de 385 hectómetros cúbicos aprobado este lunes por la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) no garantiza que puedan cosecharse cultivos como el arroz, el algodón y el maíz y deja al resto de sectores productivos en situación crítica, como es el caso de la ganadería extensiva.
Con un 80% de la cuenca en situación ...
La agricultura andaluza encara la campaña con mayores restricciones de agua de las últimas tres décadas. El desembalse de 385 hectómetros cúbicos aprobado este lunes por la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) no garantiza que puedan cosecharse cultivos como el arroz, el algodón y el maíz y deja al resto de sectores productivos en situación crítica, como es el caso de la ganadería extensiva.
Con un 80% de la cuenca en situación de emergencia y un déficit hídrico del 70%, la Demarcación del Guadalquivir es la que cuenta con menos reservas de todo el país, con apenas el 25%, un 36% menos que la media de los últimos 25 años. “La situación es delicada, compleja y difícil de gestionar”, ha asumido el presidente de la CHG, Joaquín Páez, tras la reunión de la comisión de desembalse del citado organismo de cuenca.
El desembalse aprobado de 385 hectómetros cúbicos (un 35,8% menos que el año anterior) se prolongará hasta el 30 de septiembre y supondrá una dotación máxima de 700 metros cúbicos para los cultivos de mayor consumo de agua, lo que representa una reducción de casi el 90% respecto a su dotación concesional. Esta cantidad es escalonada por cultivos y se irá reduciendo conforme las concesiones que tengan asignadas. Así, por ejemplo, el olivar tendrá como máximo 400 metros cúbicos por hectárea, un 73,33% de reducción sobre una campaña normal.
Desde el periodo 1992-1995 el campo andaluz no vivía una situación similar. Tan sólo podrán efectuarse riegos extraordinarios en el olivar y en la arboleda, pero no en el arroz y en los herbáceos. “Les hemos comentado a los arroceros que con la dotación que van a tener, de 1.283 metros cúbicos por hectárea, ahora mismo y debido a la complicación técnica para ajustar los desembalses, va a ser muy complejo que aparezca el cultivo del arroz”, ha señalado Páez.
Así las cosas, la Unión de Pequeños Agricultores (UPA) ha pedido a la Confederación del Guadalquivir “un reparto del agua lo más milimétrico posible y con tiempo suficiente para poder salvar cosechas”. Su responsable en Andalucía, Cristóbal Cano, ha solicitado que se adelante la campaña de riego en hortícolas de invierno y en el olivar, porque “el cultivo se encamina hacia una fase crítica como es la floración y necesita agua ya para fijar el fruto y poder tener una cosecha media”.
Cano ha dicho que los agricultores han adaptado sus siembras a esta drástica situación, por lo que reclama un compromiso general de toda la sociedad. “Hay que ser solidarios. Los agricultores y los ganaderos no somos los culpables de esta situación tan crítica que atravesamos. Ojalá llueva y mucho en los próximos meses, pero ante las previsiones de nulas precipitaciones reclamamos a la sociedad y a otros sectores industriales que sean solidarios, y a las administraciones que lleven a cabo campañas de concienciación para un mayor ahorro del agua”, ha señalado.
Desde la Asociación de Comunidades de Regantes de Andalucía (Feragua) se apuesta por la disponibilidad de pozos de emergencia para poder salvar los cultivos de arboleda o un plan de balsas de riego que permita aprovechar las aguas procedentes de escorrentías.
Feragua aboga por emprender algunas obras a corto plazo que permitan disponer de nuevos recursos, como conexiones de estaciones depuradoras y desaladoras a punto de consumo, y algunos proyectos de emergencia que afectan al regadío, como por ejemplo la toma de la comunidad de regantes del canal de Jabalcón en Granada; el proyecto de mejora del canal de entrada y acondicionamiento del bombeo de la presa de Arenoso, en Córdoba; la puesta en marcha y acondicionamiento de la estación de bombeo de Bajo Guadalquivir al embalse de Torre del Águila, en Sevilla; y el proyecto de mejora de la operatividad funcional del tramo común del Bajo Guadalquivir, también en Sevilla.
De igual forman reclaman medidas económicas y fiscales como la condición de cánones y tarifas de riego para 2023, o las exenciones del IBI, y otras medidas de tipo laboral que faciliten los posibles ERTE por parte de las comunidades de regantes ante la falta de actividad. Desde CREA Andalucía, otra asociación de comunidades de regantes, se ha criticado que la Confederación del Guadalquivir haya empezado a desembalsar sin avisar y sin dar información sobre la dotación de riego definitiva, lo que ha generado el desconcierto entre los regantes. Creen que este inesperado desembalse es una muestra del descontrol absoluto en la Confederación. Según aseguran, el desconcierto ha sido tal que incluso comunidades de regantes a las que se les había precintado la toma al día siguiente se le ha desprecintado.
Ganadería extensiva
La situación es especialmente crítica en la ganadería extensiva. Muchas explotaciones no tienen acceso al agua, la primavera seca ha dejado sin alimento el suelo y el pienso tiene unos precios inasumibles para los ganaderos. “Esta situación puede provocar la aceleración del cierre de explotaciones y la disminución de la cabaña ganadera, la cual presta un servicio social y ambiental impagable”, indica Francisco Casero, de la Fundación Savia, que lamenta también la “competencia desleal” que el sector sufre de la ganadería industrial. Otra consecuencia de esa situación agónica para el ganado ovino y caprino es que muchas explotaciones no podrán trasladar su ganado a través de la trashumancia por la falta de agua este año.
La Fundación Savia ha dirigido una carta al presidente autonómico, Juan Manuel Moreno, donde instan a un gran pacto andaluz por la ganadería extensiva. “Deben ponerse en marcha medidas, de forma inmediata, que posibiliten el acceso al agua del ganado, recurriendo al uso de camiones cisterna cuando sea necesario. La ganadería extensiva es un sector estratégico para la gestión del territorio”, apunta en el escrito Casero. A su juicio, “la pérdida de la ganadería extensiva agrava dos de los problemas estructurales más graves a los que nos enfrentamos: el despoblamiento rural y la crisis climática”.
Desde Madrid, donde ha participado en la inauguración del Salón Gourmets, la consejera andaluza de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural, Carmen Crespo, ha pedido a las demás administraciones que “arrimen el hombro” ante la “complicada situación que está atravesando Andalucía” como consecuencia de la falta de precipitaciones y ha adelantado que va a pedir al ministro Luis Planas que introduzca en la agenda del Consejo Europeo “esa política de sequía que debe llevar a cabo Europa para el futuro”.
Crespo ha resaltado la importancia de aprovechar la presidencia de la Unión Europea para que Bruselas analice su política hídrica. Al respecto, ha apostado porque se pongan fondos europeos al servicio del agua para respaldar la ejecución de infraestructuras a futuro, ya que, en su opinión, “la soberanía depende directamente de la garantía de agua”.
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