La economía europea resiste mejor de lo previsto el embate de la guerra de Ucrania
El PIB de la UE creció un 0,4% durante el pasado verano, según Eurostat
Europa aguanta mejor la guerra de lo pensado en principio. La economía de la Unión Europea no entró en recesión en el tercer trimestre del año. Creció un 0,4% respecto del trimestre anterior, según la oficina de estadísticas de la Unión Europea, en contra de algunos de los augurios más pesimistas, que pronosticaban una contracción ya el pasado verano. El crecimiento es una décima menor en la zona euro, un 0,3%.
La crisis energética, multiplicada por la invasi...
Europa aguanta mejor la guerra de lo pensado en principio. La economía de la Unión Europea no entró en recesión en el tercer trimestre del año. Creció un 0,4% respecto del trimestre anterior, según la oficina de estadísticas de la Unión Europea, en contra de algunos de los augurios más pesimistas, que pronosticaban una contracción ya el pasado verano. El crecimiento es una décima menor en la zona euro, un 0,3%.
La crisis energética, multiplicada por la invasión de Ucrania por Rusia, ha frenado en seco la progresión de la actividad en Europa, que salía con fuerza del desplome que había provocado la pandemia del coronavirus. Esto se ve especialmente en la comparación entre el crecimiento anual del tercer trimestre del año, un 2,3%, y los dos precedentes, un 5,5% en el primero y un 4,2% en el segundo. Los problemas que había en la salida de la crisis de la covid-19, especialmente el repunte de precios y las interrupciones en las cadenas de suministro, amenazaban con convertirse en obstáculos importantes, pero no con llevar a la recesión al continente. El escenario empeoró el 24 de febrero, cuando empezó la guerra y los precios de los combustibles se dispararon.
Ese frenazo todavía no se ha traducido en la recesión técnica. No obstante, en Bruselas se cree que ese momento llegará este invierno, según recordó este mismo lunes el comisario de Economía y Finanzas, Paolo Gentiloni, al acabar la reunión del Eurogrupo.
Que la actividad no se haya contraído entre julio y septiembre está vinculado al tirón del consumo, especialmente el privado, y a la inversión. Ambos tiraron al alza durante ese trimestre. Por el contrario, el saldo entre ventas y compras con el exterior fue negativo, ya que restó 1,1 puntos porcentuales al crecimiento. En este movimiento tiene protagonismo lo sucedido con los precios de los combustibles como el gas, una materia prima que la UE debe importar y cuyos precios se han disparado.
Sorpresa alemana
Una de las sorpresas positivas durante el verano fue que Alemania creciera, cuando se esperaba que su economía retrocediera. Su dependencia del gas ruso y las encuestas de sentimiento económico apuntaban a un pronto comienzo de la recesión ya en verano. En cambio, el trimestre acabó con un inesperado incremento del 0,4% respecto del trimestre anterior.
Pero no fue Alemania el país que más creció de la UE, ese honor le ha correspondido a Irlanda, que en un solo trimestre vio cómo su PIB aumentaba un 2,3%. También crecieron con fuerza otros Estados como Chipre o Malta. No obstante, es mayor la contribución a la subida del conjunto de la zona euro y de la UE de Italia, que creció un 0,5%. Frente a ellos están Finlandia, Rumania o Polonia. En los tres casos la economía se contrajo el pasado verano. España, según el dato provisional que recoge Eurostat y en su día publicó el INE, creció un 0,2%.