El consumo de electricidad cae un 3,5% en septiembre y encadena dos meses a la baja
Las renovables aportaron el 37% del total y casi el 60% de la producción fue libre de emisiones, pese a la fuerte caída de la hidráulica por la sequía
El consumo de electricidad en España continúa el aterrizaje suave iniciado en agosto. La demanda total cayó un 3,5% anual en septiembre, ya corregida por efectos de calendario y temperatura, tras el descenso del 2,3% registrado el mes anterior. Sin corregir por laboralidad y meteorología, la bajada en el noveno mes del año fue del 2,7%, según los datos publicados este martes por Red Eléctrica de España (REE). En cifras ya ajustadas, el consumo eléctrico español es un 2,1% menor en lo que va de año que en el mis...
El consumo de electricidad en España continúa el aterrizaje suave iniciado en agosto. La demanda total cayó un 3,5% anual en septiembre, ya corregida por efectos de calendario y temperatura, tras el descenso del 2,3% registrado el mes anterior. Sin corregir por laboralidad y meteorología, la bajada en el noveno mes del año fue del 2,7%, según los datos publicados este martes por Red Eléctrica de España (REE). En cifras ya ajustadas, el consumo eléctrico español es un 2,1% menor en lo que va de año que en el mismo periodo de 2021. La reducción de la demanda es una de las medidas clave puestas encima de la mesa por la Comisión Europea para capear la crisis energética: Bruselas exige una merma del 5% en las horas punta.
Los altos precios —que también están destruyendo demanda en otros mercados energéticos, como en el de carburantes y gas natural—, la moderación de la actividad económica y el plan de ahorro puesto en marcha por el Gobierno el pasado 10 de agosto —que obliga a apagar escaparates por la noche y a limitar la temperatura de los termostatos en comercios y edificios públicos— emergen como los principales factores explicativos de esta tendencia. Todo, a pesar de la fuerte reactivación del turismo en comparación con 12 meses atrás.
La caída fue particularmente acusada en la Península, donde la demanda bajó un 4,1% en septiembre —ya ajustada por laboralidad y meteorología—, con una caída acumulada del 2,8% en los nueve primeros meses de 2022. En las islas la dinámica es otra. En Baleares, el consumo eléctrico se disparó un 11,7% en septiembre en comparación con un año antes, aupado en gran medida por la mayor llegada de visitantes. El aumento, sin embargo, fue algo menor que en julio y en agosto, cuando la subida fue del 15,7% y el 17,4%, respectivamente. En Canarias, por su parte, el consumo de electricidad escaló un 1,8%, notablemente menos que el 6,7% registrado en julio y el 3,5% en agosto. En ambos archipiélagos, la fracción de electricidad que procede de ciclo combinado (que se alimentan con gas natural) es notablemente mayor que en la Península.
En septiembre, la generación procedente de fuentes de energía renovable representó el 37,2% de la producción total nacional, 1,4 puntos más que en el mismo mes del año anterior a pesar del acusado descenso de la hidroeléctrica (-14,2%) por la sequía. El 58,2% de la producción eléctrica procedió, por su parte, de tecnologías que no emiten CO2 equivalente (renovables y nuclear), casi dos puntos menos que un año atrás. Esta bajada responde, en gran medida, a la mayor actividad de las centrales térmicas de gas y de carbón para cubrir el hueco dejado por los saltos de agua y el aumento de las exportaciones a Francia, que sigue teniendo una parte sustancial de su parque nuclear parado por mantenimiento.
La energía eólica aportó el 17,6% del total de electricidad consumida en España, tras anotarse un aumento de producción de casi el 30% respecto al mismo mes del año pasado. La solar fotovoltaica, por su parte, volcó un 37% más, hasta alcanzar una cuota ligeramente superior al 11%. Más allá del obvio impacto positivo desde el punto de vista de las emisiones de gases de efecto invernadero, en plena crisis de precios y de suministro en Europa, la reducción del consumo y el mayor peso de las fuentes verdes (energía autóctona) son esenciales para reducir el volumen de combustibles fósiles necesario para generar luz.