El índice S&P 500 de Wall Street registra el peor primer semestre desde 1970
El índice de referencia de muchas carteras de valores se ha dejado el 20,58% desde su punto máximo, a primeros de enero
Wall Street ha cerrado este jueves el peor primer semestre desde 1970, y las turbulencias económicas auguran aún más curvas para lo que queda de 2022: la palabra recesión ya no es un tabú. Las acciones han caído de nuevo hoy, por temor a que la decisión de los bancos centrales de controlar la inflación obstaculice el crecimiento económico. El miedo a la desaceleración y a una inflación en máximos en décadas, y que no remite, se han reflej...
Wall Street ha cerrado este jueves el peor primer semestre desde 1970, y las turbulencias económicas auguran aún más curvas para lo que queda de 2022: la palabra recesión ya no es un tabú. Las acciones han caído de nuevo hoy, por temor a que la decisión de los bancos centrales de controlar la inflación obstaculice el crecimiento económico. El miedo a la desaceleración y a una inflación en máximos en décadas, y que no remite, se han reflejado en los mercados, a la espera de que los responsables de política monetaria decidan subir aún más el precio del dinero para contener la escalada de los precios, con un previsible nuevo aumento de tres cuartos de punto, el segundo consecutivo, de la Reserva Federal (Fed) en julio. El ecuador del año ha sido históricamente un momento sensible, pero nunca tanto como en este ejercicio.
El S&P 500 caía más del 1% en las primeras operaciones de este jueves, última jornada del semestre. La piedra angular de muchas carteras de valores y planes de jubilación alcanzó su punto máximo a principios de enero y ha caído un 20,58% desde entonces, con cifras en rojo en 10 de las últimas 12 semanas y repuntes ocasionales que se evaporaban rápidamente a medida que una nueva preocupación se cernía sobre el mercado. Con la caída de hoy, los tres índices encajaban su segundo declive trimestral consecutivo, lo que no ocurría desde 2015 en los casos del S&P y el Dow, y desde 2016 para el Nasdaq. En el acumulado del mes, el Dow Jones pierde un 7,44%, el S&P, un 9,37%, y el Nasdaq, un 10,46%. Las cifras del semestre arrojan pérdidas del 15,31% para el Dow, el 20,58% para el S&P 500 y el 29,51% para el Nasdaq.
La tendencia bajista no ha respetado ningún sector, con la excepción del energético, y empresas líderes como Apple, Disney, el banco JPMorgan Chase y el importante minorista Target han encabezado las pérdidas. Entre las tecnológicas, empresas de gran capitalización como Microsoft, Apple, Amazon y Tesla se dejaban a media mañana entre el 2,6% y el 5,2%. De la debacle no se ha salvado ni el activo que se presentaba como más seguro, las criptomonedas. El bitcoin, la más importante, ha perdido un 50% en lo que va de año.
El mercado de bonos, habitual refugio de los inversores en días de turbulencias bursátiles, también ha vivido un semestre aciago. El bono del Tesoro a 10 años, referencia del coste del endeudamiento, va también camino de apuntarse su peor primera mitad del año desde finales del siglo XVIII, hasta donde hay que remontarse para comparar con bonos equiparables.
El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, prometió este miércoles en la reunión de banqueros centrales en Sintra (Portugal) no dejar que la economía de EE UU caiga en un “régimen de inflación más alta”, incluso a costa de que una subida de las tasas de interés ponga el riesgo el crecimiento.
Pesimismo en el consumo
Otro dato que añadir al pesimismo de los mercados es el relativo al consumo. Los datos revisados de gasto muestran una clara desaceleración, así como una metamorfosis en los hábitos: de la compra de bienes que espoleó la recuperación económica hace ahora un año, el consumidor estadounidense ha pasado a adquirir servicios, como demuestran, por ejemplo, los locales de restauración, a rebosar, o el incremento de viajes en avión. La contención en el gasto, uno de los pilares de la economía estadounidense, hizo que el consumo aumentara solo un 0,5% en el primer trimestre ajustado a la inflación, tras crecer un 0,6% en el último trimestre de 2021. El Gobierno había previsto un incremento del 0,8% entre enero y marzo, pero, como el resto de los cálculos, ha debido ajustarlos a la baja. En resumen, los ingresos y el gasto crecieron menos que los precios en mayo, de ahí el frenazo.
El gasto de los hogares aumentó en mayo, un 0,2%, pero los precios subieron aún más, según datos publicados este jueves por el Departamento de Comercio. Pero ajustado por la inflación, el gasto cayó un 0,4%, la primera caída este año y la señal de que el alza de los precios, sobre todo en alimentación y energía, está socavando la solidez de la recuperación. El pesimismo se cierne sobre los consumidores pese a su tendencia expansiva, en aumento constante durante todo el año, debido a sus menores ingresos. Como consecuencia de la inflación, los hogares adquirieron exactamente la misma cantidad de gas en mayo que en abril, pero pagaron un 4% más.
Una encuesta encargada por el diario The New York Times y realizada este mes muestra el pesimismo creciente: el 52% de los encuestados dice que le va peor económicamente que hace un año. Más de diez puntos sobre el 41% de pesimistas declarados en abril, y el porcentaje más alto en cinco años. El índice de confianza del consumidor que establece la Universidad de Míchigan ha tocado fondo también este mes, con su registro más bajo en 70 años.