Escrivá ultima incentivos para el empleo para los beneficiarios del ingreso mínimo vital

1,2 millones de personas de 461.000 hogares reciben la prestación. El ministro también anuncia un “sello social” para empresas que favorezcan la inclusión de los vulnerables

El ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, este lunes durante el desayuno informativo.Mariscal (EFE)

El ingreso mínimo vital (IMV), a punto de cumplir dos años de vida en España, está entrando en una nueva fase, en opinión del ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá. “Una vez que tenemos un número considerable de beneficiarios y hemos estabilizado la prestación, la clave tiene que ser la integración de esas personas”, ha comentado el ministro este lunes en un desayuno informativo. Para propiciar esa inclusión, Escri...

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El ingreso mínimo vital (IMV), a punto de cumplir dos años de vida en España, está entrando en una nueva fase, en opinión del ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá. “Una vez que tenemos un número considerable de beneficiarios y hemos estabilizado la prestación, la clave tiene que ser la integración de esas personas”, ha comentado el ministro este lunes en un desayuno informativo. Para propiciar esa inclusión, Escrivá ha destacado la importancia de la entrada de los beneficiarios del IMV en el mercado laboral. Con ese objetivo, el ministro ha anunciado que su departamento está trabajando en un reglamento que incentivará que estas personas vulnerables accedan a un empleo.

“Estamos a punto de sacar un reglamento de incentivo para el empleo de estas personas que les cuesta entrar en el mercado del trabajo. Hay que ayudarles a que compatibilicen más el empleo con su situación con el ingreso mínimo vital”, ha comentado Escrivá durante su comparecencia, organizada por Nueva Economía Fórum. Fuentes del ministerio explican que este reglamento está pensado para que beneficiarios de esta prestación mantengan la ayuda si encuentran trabajos de baja remuneración. La Seguridad Social está trabajando en un sistema con ingresos máximos, pero aún no se ha definido. “Es un sistema que primará a los beneficiarios del IMV que empiecen a trabajar”, añaden las mismas fuentes.

Esta iniciativa llegará “pronto” al Consejo de Ministros, al igual que “el sello social, que facilitará la colaboración con empresas para favorecer la inclusión de los beneficiarios de la prestación”, ha explicado Escrivá. Se trata de una distinción de la que podrá presumir la empresa que contrate a personas que cobren el IMV. Este sello no solo se adjudicará a las compañías que incorporen a ciudadanos vulnerables a sus plantillas. También podrán conseguirlo si desarrollan planes para su capacitación digital, apoyo a la infancia o aportan bienes y servicios.

Según ha explicado el ministro, ya hay 1,2 millones de beneficiarios del IMV, que viven en 461.000 hogares. Escrivá ha destacado que esta ayuda llega a más de medio millón de niños y a 85.000 hogares monoparentales, “normalmente mujeres con hijos que no pueden compatibilizar con suficiente empleo”. “Ayudarles”, ha dicho, “es una responsabilidad social absoluta”.

La ayuda arrancó con muchos problemas de implantación, como retrasos en su tramitación. De los 2.728 millones previstos en la partida de 2021, únicamente se habían ejecutado 1.402 en septiembre, según un informe de la Asociación de Directoras y Gerentes de Servicios Sociales. Cuando se aprobó el IMV, en junio de 2020, el Ejecutivo calculaba que podría alcanzar 850.000 hogares en los que viven más de 2,3 millones de personas, en torno a la mitad de los beneficiarios actuales.

El ministro ha hablado de la “trampa de pobreza” en la que caen muchas personas y de la que es “muy difícil salir”. “Hay procesos por los que algunas personas entran en un bucle de negatividad”. Para escapar de esa espiral, Escrivá considera necesario “un prestación pequeña y limitad que mantenga la dignidad de las personas”, que les saque “del círculo vicioso de la pobreza”. “El éxito del IMV se podrá constatar cuando sepamos cuántas personas transitan a una situación mejor”, ha añadido el ministro, que ha catalogado como “un insulto” llamar “paguita” a esta prestación. “Es intolerable por el elemento peyorativo y lo que significa en cuanto a ignorancia de lo que es la pobreza severa y la exclusión social”, ha dicho.

En esta línea, Escrivá también ha explicado que su departamento está intentando averiguar cuál es la forma más efectiva de conseguir la inclusión de los más vulnerables. “Hay muchas organizaciones y trabajadores sociales de ayuntamientos y comunidades autónomas, pero no tenemos la perceptividad de qué es lo que funciona mejor. Necesitamos rigor científico”. Para ello, ha hablado de la puesta en marcha de 34 itinerarios de inclusión en colaboración con distintas administraciones públicas y entidades del tercer sector. Sirven para “saber mejor qué funciona para sacarles de esa trampa; lo estamos haciendo con la financiación de los fondos de resiliencia”.

Pensiones

Escrivá ha abordado otros temas en su intervención de este lunes, como la revisión de las pensiones tomando como referencia el IPC, disparado desde que empezó la invasión rusa de Ucrania. Según el último dato del Instituto Nacional de Estadística, en mayo creció un 8,7% respecto al mismo mes del año anterior. El ministro ha defendido que se tome la inflación como baremo para la actualización de pensiones, en contra de la recomendación del Banco de España, que en su informe anual rechazaba este incremento para evitar que la escalda de precios se retroalimente. De momento, el Ejecutivo ha pactado con Bildu subir las pensiones no contributivas un 15%.

“Es un debate que se ha instalado desde varios ángulos, bastante artificial y singular. En todos los países de nuestro entorno se están revalorizando las pensiones según el IPC”, ha comentado el ministro, que insta a “preguntarnos” por qué este debate “se está dando aquí, con una situación análoga”. Escrivá ha defendido su postura poniendo el foco en el crecimiento de ingresos de las arcas públicas: “Esta discusión solo basada en gastos, sin mirar los ingresos, parece sorprendente. Terminamos el año con un 0,9% de déficit en la Seguridad Social, cuando esperábamos un 1,2%. Este año esperamos pasar a un 0,5%. Esto pasa porque los ingresos están creciendo más rápido que los gastos. Y esto otro sucede porque el empleo crece”.

El ministro también se ha referido, sin concreción, a la reforma de las cotizaciones de los autónomos: “La contestación no puede ser otra que cuando lleguemos a un acuerdo daremos los detalles. Son procesos largos. Hay que ser pacientes y discretos. Queremos reforzar la protección de los autónomos”. Este lunes se ha celebrado una nueva reunión entre el departamento que dirige Escrivá y las asociaciones de autónomos.

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