El paro sube en más de 70.000 personas en los primeros tres meses del año
La ocupación también cae, aunque se mantiene por encima de los 20 millones, y la tasa de desempleo aumenta hasta el 13,65%, según la EPA del primer trimestre
El primer trimestre del año suele presagiar malos datos para la Encuesta de Población Activa (EPA), y los de 2022 no han sido una excepción. Si el impacto de una crisis económica se mide por su afectación sobre elementos tan vulnerables como el empleo, podría decirse que los últimos coletazos de la pand...
El primer trimestre del año suele presagiar malos datos para la Encuesta de Población Activa (EPA), y los de 2022 no han sido una excepción. Si el impacto de una crisis económica se mide por su afectación sobre elementos tan vulnerables como el empleo, podría decirse que los últimos coletazos de la pandemia (la variante ómicron se instaló en enero), junto con la inflación desbordante de los tres primeros meses, y la guerra de Ucrania iniciada en febrero han resultado elementos suficientemente perturbadores como para que los datos de la EPA sean peores que los recogidos al final de 2021. Según el estudio difundido este jueves por el Instituto Nacional de Estadística (INE), 2022 comenzó con 3.174.700 parados, 70.900 más que en el último capítulo del año anterior, y la tasa de desempleo se estableció en el primer trimestre en el 13,65%, por encima de la cifra de cierre de 2021 (13,33%). El número de ocupados también cayó en 100.200 personas, hasta situarse en 20.084.700 trabajadores.
A pesar del aumento en el número de desempleados, no son del todo malos datos de paro (aunque sí un jarro de agua fría, dada la remontada que venía produciéndose desde hacía tres trimestres), si se asume que el mercado laboral lleva promediando una tasa media de desempleo del 16,5% desde 1980. Teniendo en cuenta que la EPA es el mejor indicador para medir la salud laboral, ―el INE realiza una encuesta cada tres meses a una muestra compuesta por 65.000 hogares, es decir, unas 200.000 personas―, los resultados revelan que con la desaparición de las restricciones sanitarias que estrangulaban la actividad, el empleo ha ido abandonando su forzado letargo, pero no ha logrado todavía (al menos atendiendo a las tablas de Estadística) adquirir una velocidad de crucero.
“Este trimestre cuenta con una estacionalidad desfavorable”, ha señalado Gonzalo García, secretario de Estado de Economía y apoyo a la Empresa. “No hay que olvidar que empezó con la aparición de la variante ómicron del virus y, posteriormente, ha sufrido las consecuencias de la subida de los precios de la energía y los cuellos de botella por el lado de la oferta, que se han acentuado con la invasión rusa sobre Ucrania”, ha añadido. En opinión del secretario de Estado, los datos de empleo muestran una “ligera desaceleración” del mercado de trabajo, aunque extrapolando esta tendencia al comportamiento del mercado de trabajo en el último año, esta pérdida de velocidad no pone en cuestión “ni su fortaleza, ni las oportunidades” que está produciendo.
Aunque lo habitual es que no la haya por las diferencias en cuanto a la metodología que emplean (que se ha acentuado desde 2005), existe, sin embargo, cierta sincronía, entre los datos que recaban los Ministerios de Trabajo y Seguridad Social para elaborar las cuentas mensuales del paro registrado y los de la EPA. Si en la revisión quincenal de abril el ministro José Luis Escrivá celebró que la afiliación diaria había superado los 20 millones en distintos momentos del mes por primera vez en la historia ―un crescendo que esperaba consolidarse con los datos de este jueves―, en la estadística del Instituto Nacional de Estadística (INE), ese techo se había roto ya con anterioridad (2006, 2007, 2008 y 2021), y ha vuelto a hacerlo en los tres primeros meses del año. Eso sí, por debajo del récord fijado en el cuarto trimestre del año pasado (20.184.900). La ocupación solo ha aumentado en este trimestre en la Construcción, con 30.300 personas, y ha bajado en Industria (-68.000), Servicios (-50.100) y Agricultura (-12.500), de ahí que el globo ocupacional se haya deshinchado.
Si hay un dato que evidencia, verdaderamente, la fortaleza del empleo, y su trascendencia más allá de las tablas, es la referencia al número de hogares que tienen a todos sus miembros activos (aquellas personas en edad y disposición de trabajar) en paro. Y en el primer trimestre de 2022, el número de domicilios en esta delicada situación ha crecido en 29.000 más, hasta situarse en 1.050.900. En el lado contrato de la balanza, aquellas viviendas con todos sus integrantes ocupados también han perdido peso (-22.300).
Auge del contrato fijo
En la distinción por edades de los parados se esconde otra de las gemas en la evaluación sanitaria del empleo. En los primeros tres meses de 2022, aquellos trabajadores con edades comprendidas entre los 25 y los 54 años son quienes han perdido su trabajo en mayor medida (66.500), muy por delante de los menores de 25 años (6.600). Solo aquellos con 55 años y más, el colectivo más veterano, ha visto menguar el número de parados con respecto a los anteriores datos (-2.200 personas).
Otra variante a tener en cuenta a la hora de calibrar la calidad del empleo, tiene que ver con su duración determinada o indefinida. En este apartado, igual que ha sucedido con los análisis mensuales del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, la entrada en vigor en enero de la reforma laboral ha potenciado la contratación fija hasta llevarla a cotas desconocidas. También en la EPA se baten récords: entre los casi 17 millones de asalariados, cerca de 13 millones tienen un contrato fijo (12.829.900, exactamente), la cifra más elevada de la serie histórica. Los 4.098.600 trabajadores con un contrato temporal, además de ser menos que en el trimestre anterior (-209.800), han llevado a que la tasa de temporalidad (el verdadero garbanzo negro del empleo en España) haya bajado un punto, y se sitúe en un 24,21%, una tasa aun así muy elevada en comparación la del resto de países del entorno. “Detrás de todas estas cifras hay familias, hay jóvenes y hay oportunidades vitales que se abren gracias al plan de recuperación”, ha enfatizado la vicepresidenta económica, Nadia Calviño.
Tampoco ha sido un buen arranque de año para los autónomos. Se han registrado 55.700 trabajadores por cuenta propia menos que en último trimestre del año pasado, y son bastantes más que los 12.300 que se perdieron en el primer trimestre de 2021.