Una recuperación en marcha, aunque todavía incompleta

La desaceleración de la economía española es algo superior a la prevista, pero se compensa con una composición más virtuosa del crecimiento

Un buque portacontenedores entra en el puerto de Valencia, el pasado diciembre.APV (Europa Press)

La recuperación de la economía española ha continuado en el cuarto trimestre con un crecimiento trimestral del PIB del 2%, mayor que el esperado para la eurozona (posiblemente inferior al 0,5%), pero menor que el del trimestre anterior (2,6%) y que el previsto por BBVA Research (2,4%). Con este avance, el PIB se queda a un 4% de alcanzar su nivel de...

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La recuperación de la economía española ha continuado en el cuarto trimestre con un crecimiento trimestral del PIB del 2%, mayor que el esperado para la eurozona (posiblemente inferior al 0,5%), pero menor que el del trimestre anterior (2,6%) y que el previsto por BBVA Research (2,4%). Con este avance, el PIB se queda a un 4% de alcanzar su nivel del cuarto trimestre de 2019. Las sorpresas positivas se concentran en el elevado crecimiento trimestral de las exportaciones (6,5%) y de la inversión en bienes de equipo y maquinaria (6,1%), y en la recuperación de los beneficios empresariales, intensamente deprimidos a lo largo de la crisis. El excelente comportamiento de las exportaciones permite que la demanda externa neta aumente su contribución positiva al crecimiento y supere al consumo privado en su recuperación, a pesar de que el turismo está todavía muy lejos de su nivel de 2019.

Por el contrario, las sorpresas negativas se producen en la inesperada caída del consumo privado (-1,2%) y, como ya había anticipado la EPA, la atonía de las horas trabajadas (0,2%), la variable de empleo que mejor refleja la evolución de la producción. Como resultado, la productividad por hora trabajada crece un 1,8% y permite cerrar la brecha entre empleo y PIB que se había abierto desde el tercer trimestre de 2020. Otro dato relevante es que el deflactor implícito del PIB aumenta un 4,4% respecto al cuarto trimestre de 2020, son 2,8 puntos más que en el trimestre pasado, lo que indica que la inflación empieza a afectar significativamente a los precios de los bienes y servicios producidos domésticamente.

El balance de estas sorpresas es una desaceleración algo superior a la prevista, pero compensada por una composición más virtuosa del crecimiento. No olvidemos que el avance que acaba de publicar el INE se revisará en unos meses con la disponibilidad de nueva información. A diferencia de otros trimestres, en esta ocasión no se ha contado con información de la Agencia Tributaria, como la estadística de Ventas, Empleos y Salarios en Grandes Empresas y Pymes.

Aunque el balance es positivo (el crecimiento alcanzó el 5% para el conjunto de 2021) y la economía fue de menos a más, el resultado se situó por debajo de las previsiones de crecimiento del 6,3%, que el consenso de analistas del sector privado (publicado por Funcas) manejaba a comienzos del pasado año. A pesar de la crucial mejora que ha supuesto la vacunación, se han ido materializando diferentes riesgos, como nuevas olas de la covid, los cuellos de botella y las restricciones de producción, y una inflación más intensa y persistente de lo esperado. A ello se ha sumado el retraso en la ejecución de los fondos europeos, de manera que sus efectos sobre la economía real en 2021 han sido muy reducidos y quedan en su mayor parte pospuestos a 2022. Si, a diferencia de lo ocurrido en 2021, los numerosos riesgos actualmente existentes no lo impiden, la recuperación debería ser algo más intensa en el año en curso.

Rafael Doménech es responsable de Análisis Económico del BBVA Research y catedrático en la Universidad de Valencia.


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