La pandemia hunde la movilidad geográfica de los trabajadores a su nivel más bajo en una década
El 2,1% del total de ocupados cambió su residencia a otro municipio a lo largo de 2020
La pandemia ha acelerado a marchas forzadas algunas tendencias y ha frenado en seco otras. Entre ellas, la movilidad geográfica de los trabajadores: el año pasado, solo el 2,1% de los ocupados cambió su municipio de residencia, el porcentaje más bajo en más de una década, según la última Estadística de Movilidad Laboral y Geográfica publicada este viernes por el Instituto Nacional de Estadística (INE). En 2019, justo antes de que la covid-19 obligara a imponer confinamientos e infli...
La pandemia ha acelerado a marchas forzadas algunas tendencias y ha frenado en seco otras. Entre ellas, la movilidad geográfica de los trabajadores: el año pasado, solo el 2,1% de los ocupados cambió su municipio de residencia, el porcentaje más bajo en más de una década, según la última Estadística de Movilidad Laboral y Geográfica publicada este viernes por el Instituto Nacional de Estadística (INE). En 2019, justo antes de que la covid-19 obligara a imponer confinamientos e infligiera un duro golpe a la economía mundial, la movilidad geográfica de los empleados en España había tocado su máximo desde 2011.
El INE construye su Estadística de Movilidad Laboral y Geográfica, que publica una vez al año, cruzando el padrón municipal con los datos de la EPA (Encuesta de Población Activa) y tomando como referencia el primer trimestre de cada año. La edición publicada este viernes, relativa a los primeros tres meses de 2021, refleja que tanto el número de ocupados como de parados que se han mudado a lo largo del último año se ha desplomado. “La tendencia entre 2017 y 2020 era creciente, y ahora ha caído en una proporción muy elevada o bien porque laboralmente no tenía sentido moverse, debido a que la contratación estuvo por debajo de la de un año normal, o bien porque era más complicada la logística”, analiza Valentín Bote, director de Randstad Research.
Porque la pandemia no ha hecho otra cosa que exacerbar aún más el impacto que toda recesión tiene sobre el mercado laboral: frenar aún más la movilidad de los trabajadores, que se considera como una especie de termómetro que mide la salud de la economía. Si es elevada, las cosas van bien; si cae, hay vientos de recesión. Así lo refleja la estadística del INE, que arranca en 2010. Los ejercicios en los que la movilidad laboral cae, además de 2020, son los de crisis económica, en concreto 2013 y 2012, en los que también hubo un notable retroceso en el número de ocupados.
Lo que ocurrió el año pasado, sin embargo, no tiene precedentes. En términos porcentuales, el número de ocupados cayó menos que en 2012 y 2013, pero la movilidad retrocedió mucho más que entonces. “En el análisis de las cifras de esta estadística hay que tener en cuenta que las referidas a la movilidad en el último año están influidas por las restricciones derivadas de la pandemia de covid-19″, destaca el INE en una nota.
Bote resalta que existe una gran diferencia entre la crisis financiera y la de la covid-19. “La primera era, entre comillas, solo una crisis económica. En este caso existe un componente sanitario que ha complicado muchas cosas”, destaca. No solo ha asestado un duro golpe a la economía, sobre todo a los sectores vinculados con el turismo, y ha restringido la movilidad a los mínimos términos durante meses; también ha disparado la incertidumbre sobre la vuelta a la normalidad. “El cambio de vivienda y municipio para una familia es una decisión económica muy importante para tomar en un entorno de incertidumbre. En los momentos de crisis, igual que crecen las tasas de ahorro, también se aplazan las grandes decisiones familiares en términos presupuestarios”.
Solo un 2,1% de ocupados
En cifras absolutas, 407.600 de los 19.206.800 ocupados en el primer trimestre de 2021, un 2,1% del total, cambió de municipio en el último año. En el caso de los parados, que suelen ser más propenso a mudarse, al igual que jóvenes, trabajadores temporales y extranjeros, el porcentaje es algo más elevado (3,5%), aunque es el más bajo de la serie y más de un punto porcentual inferior al máximo tocado en el ejercicio previo (4,7%).
En lo que sí ha habido cambios importantes es en la lista de las comunidades con mayor movilidad geográfica entre ocupados. La clasificación la encabeza Madrid: el 2,8% de sus trabajadores se ha mudado en el último año. Le siguen Castilla-La Mancha (2,6%), Cantabria, Galicia, País Vasco, Cataluña, Navarra y Castilla y León, que están por encima de la media nacional del 2,1%. Baleares, que en la edición anterior era la tercera región con más movilidad, ocupa el último lugar. La Rioja y Canarias también están en la mitad más baja de la clasificación, cuando en la publicación de hace un año ocupaban, respectivamente, el primero y el segundo puesto.
Javier Blasco, director de Adecco Group Institute, explica que la movilidad ha caído más en aquellas comunidades que han impuesto confinamientos muy estrictos, como es el caso de Andalucía, y que dependen mucho del turismo. Y recuerda que España tampoco es campeona en movilidad geográfica: más del 30% de los ocupados continúa viviendo en el mismo municipio donde nació, según el INE. Una cuestión que, según Blasco, tiene mucho que ver con razones culturales vinculadas a la preferencia por tener una vivienda en propiedad: “Es una hipoteca doble: con el banco y por la falta de movilidad geográfica”
Teletrabajo
Los analistas ya habían alertado de que la pandemia y los confinamientos frenarían la movilidad geográfica, aunque dudaban de un elemento que justo gracias a la crisis sanitaria irrumpió con fuerza en la vida de millones de españoles: el teletrabajo. Los datos del INE, sin embargo, dejan claro que la posibilidad de ejercer en remoto que se ha impuesto forzosamente a causa de la crisis sanitaria aún no ha tenido efectos en la movilidad.
“De momento no se está notando. De hecho hay cierto desencanto, porque se suponía que el teletrabajo iba a suponer que mucha gente se moviera a la España vaciada, y se está viendo que no es así”, comenta Blasco. “Creo que hasta que no hagamos una buena digestión de lo que es el teletrabajo y se tomen decisiones definitivas por parte de las empresas, no se va a ver el impacto en la movilidad”.
Bote, de Randstad, también cree que todavía es pronto para saber cómo el teletrabajo impactará en la movilidad laboral. Pero cree que hay recorrido. Explica que, antes de la crisis, el nivel de teletrabajo intensivo ―más de la mitad de los días laborales en remoto― ni alcanzaba el 5%, mientras que ahora se mueve en el entorno del 10%.
“Esperamos que se consolide entre un 7% y un 7,5%. Esto no significa que todos vayan a cambiar de municipio, pero surge el potencial sobre todo en las grandes ciudades”, explica Bote. “Ahora en Madrid es donde más se está teletrabajando, pese a que el coste de los inmuebles sea más elevado y las viviendas pequeñas. Esto produce una tensión que podría llevar a la estadística a experimentar un salto el próximo año. Pero no hay que olvidar que, además de la vivienda, influyen en la decisión elementos como colegios, infraestructuras sanitarias, transporte”. ¿Y el posible impacto ya se verá a lo largo de 2021? “Ojalá, porque sería la señal de que esta crisis ha acabado”, concluye.