La industria del automóvil pide al Gobierno un liderazgo único y más claridad sobre el futuro del sector
Las principales patronales exigen que se aclare si se va hacia un modelo descarbonizado o sin coches
El sector del automóvil ha estallado contra el Gobierno. Los representantes de las principales patronales de la industria, han instado a la Administración a aclarar hacia qué modelo tienen que dirigirse, si uno con vehículos menos contaminantes y digitalizados o directamente a un escenario sin coches. “Creemos en un modelo con vehículos hacia cero emisiones, no creemos en un modelo de movilidad sin vehículos, y necesitamos qu...
El sector del automóvil ha estallado contra el Gobierno. Los representantes de las principales patronales de la industria, han instado a la Administración a aclarar hacia qué modelo tienen que dirigirse, si uno con vehículos menos contaminantes y digitalizados o directamente a un escenario sin coches. “Creemos en un modelo con vehículos hacia cero emisiones, no creemos en un modelo de movilidad sin vehículos, y necesitamos que Gobierno defina qué modelo quiere”, ha sentenciado este viernes en una rueda de prensa sobre el futuro del sector José Vicente de los Mozos, presidente de la asociación de fabricantes Anfac. “La ministra de Industria es una buena interlocutora, pero necesitamos un liderazgo único”, ha añadido en referencia a los distintos ministerios que participan en el diseño de la hoja de ruta hacia una movilidad más sostenible.
La petición ha sido compartida por todos los demás asistentes: María Helena Antolin, presidenta de la asociación de componentes de automoción Sernauto, Gerardo Pérez, de la patronal de concesionarios Faconauto, y Raúl Palacios, presidente de la asociación de vendedores de vehículos y recambios Ganvam. Todos han pedido más agilidad y seguridad jurídica al Gobierno, más aún ante un año negro para un sector que supone el 10% del PIB y el 60% de la industria nacional. “Todas las Administraciones tienen que converger hacia el mismo modelo. No podemos estar perdiendo el tiempo en ir de ventanilla en ventanilla”, ha agregado De los Mozos.
En 2020 se prevén caídas de doble dígito tanto en ventas como en producción de coches, y 2021 sigue rodeado por la incertidumbre. El también presidente de Renault ha puesto números a esta debacle: la crisis causada por la covid-19 provocará una caída del 35% de las matriculaciones este año, y un desplome del 19% en la producción de vehículos, hasta las 2,2 millones de unidades.
Los presentes también han criticado que el plan de impulso a la cadena de valor del sector, anunciado este verano por el Gobierno para reactivar el sector, no se está implementando de la manera adecuada. “No vale con anunciar un plan y luego que las cosas corran por su cuenta”, ha lamentado el presidente de Anfac. “Nos estamos jugando mucho de cara a seguir atrayendo inversiones. Si las marcas vienen aquí es porque lo hacemos bien y urge activar las medidas que garanticen que eso siga siendo así”, ha añadido Antolin. También han destacado que ni el Plan Renove, dirigido a renovar el parque de automóviles, ni el Moves, que pretende fomentar la movilidad sostenible, están funcionando como deberían.
Impuesto de matriculación
Como era de esperarse, también ha estado en el punto de mira la subida del impuesto de matriculación que empezará a aplicarse el 1 de enero. Este incremento se debe a que el próximo año se empezará a usar la nueva normativa WLTP para medir las emisiones, que no tiene en cuenta solo el comportamiento del vehículo en laboratorio sino también bajo situaciones de más estrés. En 2018, el Gobierno aplazó la entrada en vigor de este nuevo sistema hasta inicios de 2021. Ante el embate de la pandemia, la industria esperaba en una nueva moratoria que de momento ha caído en saco roto.
Según Anfac, la subida del impuesto de matriculación, que se paga solo una vez al comprar un vehículo, supondrá un incremento medio de 800 euros para el consumidor. “Va a hacer perder 110.000 coches el año que viene”, ha señalado Pérez, de Faconauto, quien ha avanzado que se estima una pérdida de hasta 18.000 empleos en el segmento de la distribución por la caída en las ventas de coches. “El problema por el que no se compran más vehículos eléctricos no es porque sean más caras la gasolina o diesel, sino porque son excesivamente caros, y harían falta incentivos mayores y más eficientes, además de una infraestructura de recarga que es todavía insuficiente”, ha señalado Palacios, de Ganvam.