Argentina retira su candidato al BID y llama a la abstención frente a EE UU
Mauricio Claver-Carone sortea el último obstáculo en la asamblea que se realizará este sábado en Washington
Argentina ha asumido la derrota. A dos días de la elección de un nuevo presidente para el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Gobierno de Alberto Fernández ha decidido que no tendrá candidato. Gustavo Béliz, exfuncionario del banco hasta 2019, se ha bajado este jueves por la noche de la carrera en solitario que disputaba contra ...
Argentina ha asumido la derrota. A dos días de la elección de un nuevo presidente para el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Gobierno de Alberto Fernández ha decidido que no tendrá candidato. Gustavo Béliz, exfuncionario del banco hasta 2019, se ha bajado este jueves por la noche de la carrera en solitario que disputaba contra Mauricio Claver-Carone, el hombre elegido por Donald Trump para ese puesto. Si no hay sobresaltos de última hora, los países miembros elegirán este sábado a Claver-Carone y pondrán fin a la tradición que desde hace 60 años reserva esa plaza para un latinoamericano.
Buenos Aires intentó hasta último momento bloquear el triunfo de Claver-Carone. Durante semanas buscó aliados para no dar quórum en la reunión, la única forma posible de posponer la elección hasta marzo cuando, apostaba, no estuviese Trump en la Casa Blanca. Tiró la toalla esta semana, cuando ya fue evidente que no lograría sumar el 25% de ausencias necesario para ello. En un comunicado difundido en Twitter, el Ejecutivo anunció su decisión de “abstenerse en la votación que tendrá lugar el próximo sábado para elegir al presidente del Banco Interamericano de Desarrollo”. No dará su voto al candidato de Trump, pero estará presente en la Asamblea que se celebrará en Washington.
Perdida la esperanza del bloqueo, Argentina ha llamado al resto de los países seguir el camino de la abstención, en un intento por limar la legitimidad de Claver-Carone como nuevo presidente. “También nos hacemos eco de la inoportunidad de su celebración [de la Asamblea], en medio de una pandemia que no ha permitido un adecuado y reposado debate sobre el futuro del BID y, muy por el contrario, corre el riesgo de profundizar la división en nuestra región”, agregó el Gobierno argentino.
Una larga batalla diplomática
La elección del presidente del BID siempre fue origen de disputas, pero nunca tanto como ahora. Argentina impulsó la candidatura de Gustavo Béliz y Costa Rica la de la expresidenta Laura Chinchilla. Entonces se interpuso Trump, que dinamitó seis décadas de jurisprudencia diplomática y propuso a Claver -Carone. El hombre de Washington consiguió enseguida los votos necesarios para ganar. Argentina impulsó entonces una táctica de bloqueo que pareció improbable, hasta que el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, instó en una carta a los países comunitarios a apoyar un retraso de la votación como la mejor salida al candidato de Trump. La posibilidad de que Europa acompañase a Argentina terminó por decantar a Chile y luego a México, siempre bajo el argumento de que la elección de un nuevo presidente del BID merecía una reunión presencial y no remota, como imponen las restricciones de la pandemia.
Los votos en el BID son nominales, pero su peso vale por el porcentaje que representa cada país dentro de la institución. Claver-Carone tiene la victoria asegurada gracias a los apoyos de Estados Unidos (30% de los votos), Brasil (11,3%), Colombia (3,1%) y otros países latinoamericanos ya comprometidos con la propuesta de Washington. La clave de la maniobra argentina consistía en evitar que se reúna el quórum mínimo del 75% necesario para dar validez a la votación. Si todos los países de la Unión Europea (9,3%) no participaban, sumados los votos de Argentina (11,3%) y Chile (3,1%), la falta de quórum quedaba a la mano. Faltaba definir la posición de México, que tiene el 7,2%.
Laura Chinchilla, que se presentaba como una apuesta de consenso, retiró su candidatura el jueves de la semana pasada. Vista en perspectiva, la retirada fue la primera señal de que la posición común contra Claver-Carone se resquebrajaba y dejaba al argentino Béliz como única alternativa posible frente al hombre de Trump. La disputa se redujo entonces a un juego de dos. El presidente Andrés Manuel López Obrador comprometió ante su par argentino, Alberto Fernández, su voto a Béliz. Apoyó también la idea de posponer la votación, pero no quedaba claro si eso incluía la estrategia de no dar quórum.
La confirmación de que México dará el número en la Asamblea la anunció el jueves el subsecretario de Hacienda, Gabriel Yorio, que ha explicado a Reuters que el esfuerzo por posponer la elección no prosperó. “La posición de México era tomar un tiempo para discutir [el nombramiento en el BID], pero parece que eso no va a suceder. Al parecer la votación se llevará a cabo el fin de semana”, dijo Yorio, informa Sonia Corona. Sin un frente común latinoamericano, Europa tampoco movió ficha, porque nunca fue su intención convertirse en árbitro en la disputa latinoamericana. La noche del jueves, Argentina asumió la derrota y desistió de su candidato.
“No ha habido una posición franca y común de los países contrarios al nombramiento de Claver-Carone”, apunta una fuente involucrada en el proceso desde el minuto cero, informa Ignacio Fariza. “La sensación es que nos hemos estado moviendo en círculo. Desde que EE UU presentó candidato sabíamos que iba a ser muy difícil, pero la decepción es enorme: nos merecemos lo que va a pasar. La región es la única responsable: nos lo hemos buscado”. Claver-Carone ya no tiene obstáculos hacia la presidencia. El avance de Trump sobre el BID estará pronto consumado.