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Los españoles prefieren renunciar a irse de vacaciones antes que pedir un préstamo para poder viajar

La intención de endeudarse con el objetivo de costear los desplazamientos por ocio en verano disminuye este año, según iAhorro

La playa del Bogatell, en Barcelona, a principios de este mes.
La playa del Bogatell, en Barcelona, a principios de este mes.

Mejor encender el aire acondicionado o ponerse en remojo en la piscina municipal que pedir dinero al banco para coger un avión. Antes que solicitar un préstamo para irse de vacaciones por no tener inmediatamente disponibles los recursos económicos necesarios, los españoles lo tienen claro: prefieren renunciar a viajar. Es esta una de las conclusiones de un informe del comparador bancario iAhorro, del que se desprende también un descenso importante en la intención de endeudarse para costear las vacaciones este año.

A la pregunta sobre por qué no piden un crédito para las vacaciones, el 38,2% de los encuestados –una muestra de 2.672 personas, representativa de la población española– contesta que no le hace falta. Por el contrario, el 61,8% restante no solicita dinero prestado porque hace de la necesidad virtud: como no tiene dinero para viajar, renuncia a hacerlo.

En este grupo, “existe una clara dualidad por rangos de edad”, señala el experto financiero de iAhorro, Antonio Gallardo, ya que es entre las personas de menos de 45 años donde se concentran los que dejan de un lado las vacaciones con tal de evitar incurrir en una deuda.

Desaceleración generalizada

Según el estudio, el 55,2% de los españoles no ha utilizado nunca un préstamo para irse de vacaciones. Por el contrario, el 15,8% lo ha hecho ya ocasionalmente, entre una y tres veces, el 15,7% declara que es su forma más frecuente para pagar su temporada de descanso y el 13,3% ha pedido un préstamo más de tres veces.

En cuanto a las previsiones de endeudamiento, solo el 13,1% se muestra convencido de que este año va a solicitar un crédito con este objetivo y el 17,5% admite que es posible que lo haga. Al revés, el 69,4% afirma que sin duda no lo hará.

Al comparar la proporción de los que en el pasado pidieron un préstamo para las vacaciones al menos una vez y los que no lo harán este año, el informe apunta que la diferencia es de 14,2 puntos porcentuales en la intención de recurrir a esta forma de financiación. El cotejo de quienes dicen que esta es su forma habitual de costear las vacaciones y los que afirman que este año lo harán arroja también una diferencia negativa, aunque más modesta, de 2,6 puntos porcentuales.

En opinión de Gallardo, estos datos se enmarcan en una desaceleración generalizada del incremento de los préstamos al consumo que, si el segundo semestre de 2017 crecían a un ritmo del 20%, en el mismo período del año pasado lo hicieron al 14,8%, según los últimos datos del Banco de España.

“Por un lado, existe entre los más jóvenes un segmento muy amplio que, por falta de ingresos o porque estos se consideren insuficientes para las entidades económicas, no accede a los préstamos”, explica Gallardo. “Por otro lado, hay un grupo que rechaza productos de préstamo o crédito y es más conservador cuanto menos estrictamente necesarios sean los bienes o servicios a financiar, como ocurre con los viajes”, añade.

Éxito de los preconcedidos

La gran mayoría de los que este año utilizarán un préstamo para poder viajar en vacaciones (65,5%) acudirán para ello a un banco u otro establecimiento financiero. El 19,1% se financiará a través de la tarjeta de crédito y otro 15,4% se acogerá a las opciones de aplazamiento de pago ofrecidas por la agencia de viaje.

Más de uno de cada cuatro aceptará un préstamo preconcedido de su banco, es decir, un crédito que se puede obtener en un breve espacio de tiempo y con unos intereses competitivos, cuya oferta llega al cliente generalmente a través de un mensaje de texto. Esta estrategia de venta de las entidades tradicionales parece haber convencido al 27,6% de los que pedirán crédito este verano.

Un éxito que Gallardo explica por el hecho de que los préstamos preconcedidos son especialmente interesantes para cantidades no muy altas que sirven para cubrir gastos ya planificados, como las vacaciones. “Es relativamente raro que recibas un reclamo de préstamo preconcedido y decidas hacer una reforma, pero es más normal que tengas pensado comprar un ordenador o hacer un viaje y que ese crédito te haga cambiar la forma de pago, y prefieras guardar el dinero que ibas a utilizar y pagar a cuotas, aunque tengas que asumir el pago de los intereses”, remacha.

El importe medio de los préstamos será de unos 3.070 euros, siempre según el estudio. Los elementos en los que más se fijan los usuarios a la hora de pedirlos son la cantidad de dinero que pueden obtener (30,2%) y la rapidez con la que los obtienen (25,3%).

Madrid, la región con más predisposición

De entre las comunidades y ciudades autónomas, Madrid es la región en la que más encuestados por el comparador bancario iAhorro afirman que el préstamo es su forma más habitual de pagar sus vacaciones (21,4%) y más personas dicen haber costeado así sus viajes en verano entre una y tres veces (20,3%). Y Cataluña es la Comunidad Autónoma en la que se registra la cuota más alta de usuarios que han utilizado un préstamo para las vacaciones ya más de tres veces (20,1%). Por el contrario, Ceuta y Melilla son los lugares donde este tipo de financiación es menos querido (contesta no haber pedido nunca un préstamo para las vacaciones el 64,4% y el 64,2%, respectivamente).

Este año, Galicia lidera las regiones donde hay más rechazo hacia esta posibilidad (el 79,2% dice que no pedirá un préstamo). Al revés, en el País Vasco el 14,1% sí lo solicitará sin duda, y el 25,2% de los encuestados en Madrid sostiene que es posible que acabe haciéndolo, las mayores proporciones registradas en España en estos dos ámbitos.

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