Lizarran espabila con la crisis y se multiplica por el mundo

La cadena abrirá locales en Europa, América, Asia y África durante 2013

Un camarero sostiene una bandeja de pinchos en un local de Lizarran.LUIS SEVILLANO

La restauración española está de moda. Costumbres como el pincho o la tapa triunfan allá donde van, tanto por novedosas como por la originalidad que supone en muchos países combinar unas cañas o unos vinos con algo para picar. Lizarran ha dado un giro vanguardista a una tradición, lo que le ha llevado a una rápida proliferación por España y una internacionalización que no conoce fronteras.

Después de nacer en Sitges (Barcelona) en 1998, se expandió rápidamente por el territorio nacional hasta llegar este año a los más de 200 establec...

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La restauración española está de moda. Costumbres como el pincho o la tapa triunfan allá donde van, tanto por novedosas como por la originalidad que supone en muchos países combinar unas cañas o unos vinos con algo para picar. Lizarran ha dado un giro vanguardista a una tradición, lo que le ha llevado a una rápida proliferación por España y una internacionalización que no conoce fronteras.

Después de nacer en Sitges (Barcelona) en 1998, se expandió rápidamente por el territorio nacional hasta llegar este año a los más de 200 establecimientos. La esencia es la misma del bar de toda la vida, con una barra sobre la que se exponen diferentes pinchos y tapas, un grifo para tirar cerveza y una serie de mesas distribuidas por el local. Una decoración moderna y precios ajustados para sobrevivir a la creciente competencia son los principales avales de esta franquicia.

La esencia es la misma que en el bar de toda la vida: una barra con pinchos, un grifo para tirar cerveza y mesas distribuidas por el local

Bajo la fórmula que le hizo triunfar en España, en 2007 decidió dar el salto internacional. El primer país en el que entró fue Portugal para seguir por Francia, Rusia, México, Chile, Estados Unidos, China o Marruecos. Los países de América Latina son apuestas seguras de la cadena española, ya que la proximidad cultural facilita la aceptación de estos hábitos de consumo. México es el caso más gráfico: tras la inauguración del primer local a mediados de este año, Lizarran espera abrir hasta nueve durante 2013.

La aventura internacional también da sorpresas y el grupo ha comprobado que no solo los países más próximos a España en su modo de vida llenan los locales de la marca. Manuel Robledo, presidente de Comess Group, propietario de Lizarran, se muestra sorprendido por la buena acogida en Moscú. “Es una de las ciudades que nos tiene gratamente sorprendidos; es líder en venta de la red”, asegura. Los buenos datos en la capital rusa se transformarán en nuevas aperturas durante el año que viene, donde se pasará de dos puntos de venta a cuatro.

La expansión no conoce fronteras y Lizarran se pondrá las botas de siete leguas el año que viene para que sus tentáculos lleguen a todos los rincones del mundo. Las previsiones abarcan desde los países bálticos (Estonia, Lituania y Letonia), pasando por los países árabes (Qatar, Emiratos Árabes y Líbano), así como una mayor incidencia en Latinoamérica (Colombia, Brasil, Cuba o Perú), Estados Unidos (aterrizaje en Florida y California, tras llegar a Nueva York) y África (Guinea Ecuatorial). “Los núcleos de Europa más próximos a nosotros también nos importan mucho, países como Francia, Alemania, Reino Unido o Italia”, señala Robledo.

Comess Group, propietario de Lizarran, espera facturar en 2012 unos 200 millones, un 3% más que el año pasado

La estrategia expansionista no descuida España, donde abrirá unos 50 establecimientos durante los próximos 12 meses. La fuerte reducción del consumo nacional desde que estalló la crisis hace cinco años no supone un atranco para la firma, obsesionada con tener un local en cada una de las capitales de provincia. “No estamos en Palencia, Salamanca, León, Valladolid, Soria, Lugo… y tenemos capacidad para expandir el modelo”, apunta el presidente, a la vez que confiesa que también quieren seguir con su crecimiento en ciudades en las que están presentes, como Madrid, Barcelona o Alicante. El caso de Levante es peculiar, ya que se ha convertido en la región en que Lizarran está mejor posicionada dentro de España.

La competencia es feroz. La Federación Española de Hostelería cuenta con más de 360.000 locales, que se unen a la aparición de firmas que también explotan el atractivo de la tapa. El ingente número de bares y restaurantes, además de una recesión que cercena el poder adquisitivo de los clientes, obliga a llevar a cabo cambios. “Está claro que la crisis no ayuda, pero te espabila y nosotros estamos vendiendo más que el año pasado”, afirma Robledo. “Tenemos más recursos y trabajamos más horas”, añade. Los datos le dan la razón. Comess Group —que incluye también las marcas Cantina Mariachi, Pasta City, Rock & Ribs y China Boom — espera facturar este año 200 millones, un 3% más que en 2011.

Un platito con comida al lado de una caña pasará de ser una estampa típicamente española a una imagen global. Los continuos cambios en Lizarran, que tanto tienen que ver con la renovación de los ingredientes como de la estética de los establecimientos, provocan el impulso de un modelo de restauración que impacta y agrada a consumidores de todo el mundo.

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