Una escalada contra el cáncer

Una veintena de manos pintó ayer la bandera rojo carmesí de la Comunidad de Madrid de verde, amarillo y azul, en el hospital 12 de Octubre. Una bandera que, si todo sale bien, estará a finales de julio en la cima del pico Khan Tengri, en Kirguizistán, Asia, a 7.010 metros de altura. Los dueños de las manos artistas son niños hospitalizados por distintas enfermedades y los portadores del estandarte integrantes de la Asociación Española de Alpinistas con Cáncer, escaladores experimentados que ayer visitaron a los niños en el aula escolar del hospital infantil para explicarles la aventura que emp...

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Una veintena de manos pintó ayer la bandera rojo carmesí de la Comunidad de Madrid de verde, amarillo y azul, en el hospital 12 de Octubre. Una bandera que, si todo sale bien, estará a finales de julio en la cima del pico Khan Tengri, en Kirguizistán, Asia, a 7.010 metros de altura. Los dueños de las manos artistas son niños hospitalizados por distintas enfermedades y los portadores del estandarte integrantes de la Asociación Española de Alpinistas con Cáncer, escaladores experimentados que ayer visitaron a los niños en el aula escolar del hospital infantil para explicarles la aventura que emprenderán en el verano. Una aventura de coraje.

"Somos una expedición de montañeros y vamos a escalar una montaña difícil", comenzó a explicar César Pérez de Tudela, el de mayor experiencia, medio siglo, de los componentes de la expedición, algunos de ellos afectados por el cáncer. Una docena de niños entre los tres y los 12 años, vestidos con pijamas claros y sentados alrededor de una mesa, lo miraban, atentísimos. César les mostró el casco que se pondrán para ascender, los guantes, las cuerdas. Todo su equipo.

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"Ustedes nos darán fuerza para subir, nos daremos fuerza mutuamente", dijo. "¿Y si os caéis?", pregunto uno de los niños. Lógica básica. "Pues nos levantamos. Hay que tomar la vida como viene", contestó César, quien no ha sido tocado por el cáncer, pero se ha unido a la expedición "porque la fortaleza que te dan las montañas no sirve de nada si no la conviertes en bondad". Dice que, ante todo, ve en la misión bondad.

Quienes sí han sufrido por el cáncer e irán a Asia son José García Romo, el principal promotor de la asociación, y su hermana, Eva. Ambos son alpinistas desde la adolescencia y estuvieron ayer ahí, sonrientes y enteros. A José se lo diagnosticaron en 2006, tras bajar de una de las tantas alturas que ha escalado, por un dolor en el costado. Cáncer en el riñón. Tuvieron que extirpárselo. A Eva la operaron en diciembre pasado, de cáncer de mama. "Le debo mucho a la montaña. La comparo con la enfermedad, es algo que hay que superar, aunque parezca imposible, y por eso vine a decirles a los niños que la vida es muy bonita, que quizá estén aquí hoy, pero mañana estarán bien. Eso me da fuerzas para subir con esta bandera", dice José.

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