Los obispos donostiarras piden el esclarecimiento de los hechos

Los obispos de San Sebastián, Jacinto Argaya, obispo titular, y José María Setién, obispo auxiliar, han hecho pública una nota en relación con la situación por la que atraviesa la provincia.La nota dice:

«Nuestra diócesis y provincia de Guipúzcoa viven momentos de profundo dolor y de fuerte tensión, a causa de los sangrientos sucesos del pasado día 8, que costaron la vida a dos personas, y de las reacciones de diversa naturaleza que han seguido después. En el deseo de aportar desde nuestra misión de pastores una palabra inspirada en el Evangelio de Jesucristo, queremos manifestar nuestr...

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Los obispos de San Sebastián, Jacinto Argaya, obispo titular, y José María Setién, obispo auxiliar, han hecho pública una nota en relación con la situación por la que atraviesa la provincia.La nota dice:

«Nuestra diócesis y provincia de Guipúzcoa viven momentos de profundo dolor y de fuerte tensión, a causa de los sangrientos sucesos del pasado día 8, que costaron la vida a dos personas, y de las reacciones de diversa naturaleza que han seguido después. En el deseo de aportar desde nuestra misión de pastores una palabra inspirada en el Evangelio de Jesucristo, queremos manifestar nuestros sentimientos ante los cristianos de la diócesis y ante todos los guipuzcoanos:

Primero. Ante la incertidumbre ampliamente difundida sobre la verdada naturaleza de los hechos sucedidos, afirmamos el derecho de la sociedad entera al esclarecimiento de los mismos, incluso mediante la garantía que ofrece el recurso a los procedimientos judiciales adecuados, a fin de que las informaciones dadas y los juicios emitidos respondan a la verdad, base de todo esfuerzo colectivo para el logro de una convivencia pacífica.

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Segundo. Hacemos pública la más enérgica repulsa por las actuaciones sangrientas que, más allá de una legítima defensa, conducen a la eliminación de personas humanas, aunque sea por parte de fuerzas del orden, primeras responsables de asegurar la integridad de los ciudadanos y el orden social.

Tercero. Queremos, conscientes de nuestra debilidad, hacer un llamamiento a buscar caminos humanos y pacíficos, en el intento colectivo por lograr el eficaz reconocimiento de los derechos personales y colectivos, renunciando a procedimientos violentos que sólo pueden provocar nuevas reacciones de violencia.

Cuarto. Expresamos nuestra persuasión profunda de que el proceso de la violencia, provocado o alimentado artificialmente, sólo puede favorecer a quienes pretenden impedir el paso a una sociedad libre y democrática, sin excluir para ello diversas formas de atentar a los derechos de las personas y de la comunidad.

Quinto. Expresamos nuestra más viva condolencia a los familiares de las víctimas y nos atrevemos a pedirles, sabedores de: sus sentimientos profundamente cristianos, una reacción cristiana que nos sirva de modelo a todos en el camino de la pacificación, y que sólo Dios sabrá valorar y premiar en su justo precio.

Sexto. Pedimos a todas las autoridades y ciudadanos una sincera y cristiana postura de total amnistía, con la renuncia a actitudes, sentimientos y acciones inspirados por deseos de lucha y de revancha, que harán imposible todo intento por crear una nueva forma de convivencia justa, libre y pacífica. Estas palabras, que brotan del corazón dolorido de quienes sufren con su pueblo, van acompañadas de una oración sincera al Dios de la paz, a la vez que invitamos a todos los creyentes a que se unan a esta oración confiada al padre que siempre, también en estos momentos amargos, nos acompaña en el que hacer de nuestra historia.»

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