Haití también duele entre rejas

Presos de las cárceles madrileñas montan un mercadillo de ayuda al país caribeño

Paco Piqueres, valenciano de 31 años, preso en la cárcel de Valdemoro por tráfico de drogas, cree que hay un vínculo íntimo entre el cataclismo de Haití y la vida entre rejas: "Todos hemos sufrido un terremoto en esta vida". Esta idea ha motivado su trabajo y el de muchos compañeros de prisiones madrileñas para organizar un mercadillo de manualidades que sirva de ayuda a la reconstrucción del país del Caribe: Desde dentro por Haití, instalado en La Casa Encendida desde ayer hasta mañana.

"El proyecto se nos ocurrió a la vez a varias prisiones y la Dirección General de Institucion...

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Paco Piqueres, valenciano de 31 años, preso en la cárcel de Valdemoro por tráfico de drogas, cree que hay un vínculo íntimo entre el cataclismo de Haití y la vida entre rejas: "Todos hemos sufrido un terremoto en esta vida". Esta idea ha motivado su trabajo y el de muchos compañeros de prisiones madrileñas para organizar un mercadillo de manualidades que sirva de ayuda a la reconstrucción del país del Caribe: Desde dentro por Haití, instalado en La Casa Encendida desde ayer hasta mañana.

"El proyecto se nos ocurrió a la vez a varias prisiones y la Dirección General de Instituciones Penitenciarias se ocupó de coordinarnos", explicó ayer en la apertura del bazar solidario César Álvarez, educador de Valdemoro.

Los internos de los centros han donado a Cruz Roja objetos de artesanía hechos por ellos, y participarán estos dos días con el personal de la ONG en la organización del mercado. Algunos han donado parte de sus ahorros para ayudar a costear el trabajo de Cruz Roja en Haití. Álvarez contó que uno de ellos ha dado 500 euros. "Es lo que te gastas durante seis meses en la cárcel", dijo asombrado Christopher Brown, nigeriano de 41 años, otro preso que acudió al acto. Cumple cuatro años de condena por estafa.

Brown y su compañero Piqueres, que ya ha cubierto la mitad de los nueve años de condena que cumple, precisaron la razón del compromiso de los presos madrileños con Haití, un país pobre que quedó completamente asolado por un terremoto en enero. "La sensación tiene que ser parecida a la de entrar en prisión", anotó Brown. "Encontrarse de pronto en un mundo desconocido, saber que no puedes dominar la situación".

Piqueres contó que el proyecto le ha descubierto una palabra que desconocía y que tiene poco que ver con la vida carcelaria: empatía. "En prisión hay mucho individualismo, pero trabajando por Haití hemos aprendido a traspasar ese límite y a ponernos en lugar del otro. Para mí, la empatía es lo que nos diría hoy un haitiano: 'Me gustaría estar en vuestro lugar y que vosotros nunca estéis en el mío".

Presos y educadores, con el apoyo de Instituciones Penitenciarias, pretenden continuar su campaña y organizar un concierto en la cárcel para recaudar más fondos. Con otros mercadillos que han celebrado y las donaciones de los internos ya han conseguido 34.000 euros.

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Mercedes Gallizo, directora General de Instituciones Penitenciarias, apostó ayer por recaudar "un euro por cada uno de los 65.500 presos de España". Paco Piqueres propuso otra fórmula tras el acto: "Más euros que presos, sería ideal".

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