Reportaje:La cumbre de Copenhague

Europa reclama más ambición

La UE sólo rebajará un 30% sus emisiones si EE UU amplía el esfuerzo - Pese a todo, hay un cambio de actitud en Washington - Avanza el pacto sobre financiación

La partida de ajedrez de la negociación del clima abrió ayer su primer acto en Copenhague. Y lo hizo con la UE pidiendo abiertamente al presidente de Estados Unidos, Barack Obama, más ambición. "Sería asombroso si Obama llegara aquí sólo con lo que anunció la semana pasada. [Un recorte del 17% con respecto a 2005]. Espero que ofrezca algo más", afirmó en rueda de prensa el ministro sueco de Medio Ambiente, Andreas Carlgren.

El sueco, en representación de la presidencia de turno de la UE, no se cortó en su reclamación: "EE UU y China han puesto ofertas sobre la mesa y les damos la bienve...

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La partida de ajedrez de la negociación del clima abrió ayer su primer acto en Copenhague. Y lo hizo con la UE pidiendo abiertamente al presidente de Estados Unidos, Barack Obama, más ambición. "Sería asombroso si Obama llegara aquí sólo con lo que anunció la semana pasada. [Un recorte del 17% con respecto a 2005]. Espero que ofrezca algo más", afirmó en rueda de prensa el ministro sueco de Medio Ambiente, Andreas Carlgren.

El sueco, en representación de la presidencia de turno de la UE, no se cortó en su reclamación: "EE UU y China han puesto ofertas sobre la mesa y les damos la bienvenida. Pero esos compromisos no son suficientes para mantener el calentamiento por debajo de dos grados", el objetivo de la cumbre. Europa condiciona su oferta de recortar sus emisiones un 30% en 2020 respecto a 1990 (ya tiene en marcha el recorte del 20%) a que Obama vaya más allá de lo que anunció la Casa Blanca.

"Queremos salvar el planeta y mejorar la economía", dice el enviado de Obama
Se pide a EE UU que mejore su oferta con inversiones en terceros países
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La advertencia europea suena a táctica negociadora más que a reproche serio. El cambio de actitud de Washington es total. Lo demuestra la decisión de ayer mismo de la Agencia de Medio Ambiente norteamericana, que ha declarado las emisiones contaminantes un enemigo de la salud pública, algo que refuerza al presidente en su batalla con las Cámaras parlamentarias para sacar adelante un compromiso.

EE UU ha llevado a Copenhague una enorme delegación y equipos científicos que, a diario, explicarán los riesgos del calentamiento y de la emisión de gases de efecto invernadero. Con George W. Bush las delegaciones solían ser menores y, desde luego, sin actos públicos para concienciar de los peligros del calentamiento.

Jonathan Pershing, su negociador esta primera semana técnica, fue uno de los autores del informe del Panel Intergubernamental de Cambio Climático que en 2007 concluyó que, con más de un 90% de probabilidades, éste estaba causado por el hombre: "Estamos comprometidos con alcanzar el acuerdo más ambicioso posible. Nos movemos más agresivamente en uno de los mayores retos de la humanidad hacia una economía baja en carbono. Traemos una delegación de alto nivel sin precedentes, que muestra la ambición de la Administración para combatir el cambio climático Queremos salvar el planeta y mejorar la economía"; declaró Pershing.

Preguntado sobre si el recorte de emisiones de su país es insuficiente para estabilizar el clima, sacó sus credenciales: "Yo soy el autor de la parte del informe que habla del rango de emisiones. La trayectoria que ha puesto EE UU es consistente con la que piden los científicos. Vamos a una reducción del 80% en 2050 que es lo que pide la ciencia". Aseguró que la desviación es de sólo una parte por millón de CO2 en la atmósfera y se preguntó si algún científico tendría algún reproche.

El enviado de Obama ni siquiera dudó en defender la reputación de los científicos de la Universidad de East Anglia cuyos correos electrónicos fueron pirateados y en los que, supuestamente, exageraban los datos del calentamiento: "Este episodio no tendrá ningún efecto dada la robustez de la ciencia y la multitud de estudios que demuestran el calentamiento. Es desafortunado y vergonzoso cómo unos científicos están siendo machacados en la prensa". Pershing concluyó con otra petición: "Esperamos de la UE un objetivo similar al nuestro".

La UE admite que Obama ha cambiado la tendencia pero cree que podría elevar su recorte de emisiones con inversiones en terceros países ayudándoles a reducir la deforestación, como declaró Carlgren: "Es histórico que EE UU haya hecho una oferta, como lo es que China haya aportado una. Pero la reducción de EE UU es un 4% menos que en 1990. Espero más, quizá con compensaciones internacionales".

En realidad, el recorte de emisiones estadounidense es mayor que el europeo si se toma el periodo 2005-2020, y menor si se toma como referencia 1990, ya que los 1os ocho años de Bush las emisiones no dejaron de crecer. EE UU no quiere un tratado vinculante en esta cumbre porque el Senado no ha aprobado la ley de recorte de emisiones que envió la Casa Blanca. Obama quiere evitar lo que le ocurrió a Clinton, que firmó Kioto y luego esta Cámara se lo tumbó. En su lugar, aprobará primero la ley y sólo entonces, previsiblemente a partir de mediados de 2010, firmará un tratado internacional, o algo parecido.

Similar, porque aunque los números están más o menos claros (nadie se moverá de la horquilla de emisiones anunciada por cada potencia en el último año y especialmente las últimas semanas), quedan enormes dudas sobre la forma. "Queremos algo muy ambicioso", resumió la presidenta de la cumbre, la danesa Connie Hedegaard, recién elegida comisaria europea de Cambio Climático. Mientras la UE quiere un protocolo distinto al de Kioto que incluya a los países emergentes con obligaciones concretas, estos aspiran a un segundo periodo del protocolo vigente, porque a ellos no les obliga.

La negociación avanza en cuanto al primer bloque de financiación, los 10.000 millones de dólares anuales (6.700 millones de euros) durante los tres primeros años para ayudar "a los países más pobres y más afectados por el calentamiento". EE UU aceptó ayer contribuir con "su justa parte" a esa suma, y lo mismo hicieron Australia y Canadá.

La cumbre abrió con solemnidad y un punto catastrofista, con un vídeo de una niña arrastrada indistintamente por sequías y ciclones. Hedegaard resumió: "Esto no va de cambio climático, sino de energía, crecimiento, desarrollo, seguridad. Llevamos demasiadas cumbres sin arreglarlo. Para concluir el trabajo hacen falta los jefes de Estado. Si alguien piensa que será más sencillo en unos meses se equivoca. Porque no volveremos a reunir a tal cantidad de políticos de alto nivel".

El primer ministro danés, Lokke Rasmussen, se dirige a los delegados congregados en el Bella Center de Copenhague en la apertura de la conferencia del clima.AFP

Las posiciones de partida

- La UE. Ha acordado reducir en 2020 sus emisiones un 20% respecto a 1990. Tras liderar la negociación durante años ve cómo China y EE UU negocian entre ellos. Debate si ampliar su recorte hasta el 30%, algo que hará si hay un esfuerzo "comparable" de otras potencias.

- EE UU. El Congreso tramita una ley para rebajar las emisiones un 17% respecto a 2005. Después de años de inacción, Obama dice que no puede ir más lejos y que necesita más tiempo para firmar un tratado que el Senado no rechace. Obama ha cambiado la fecha de su visita a Copenhague para acudir en el momento clave de la negociación y ya acepta aportar una "parte justa" del fondo de financiación para los países pobres.

- China. El mayor emisor mundial ha anunciado un recorte del 40% de su "intensidad de carbono", la relación entre el PIB y la emisión de CO2, lo que implica que crecerá de forma más limpia. Aunque la Agencia Internacional de la Energía y la ONU calculan que eso supone el 25% del recorte necesario para estabilizar el clima, la UE asegura que los números no están claros. Se niega a que la ONU audite sus emisiones, algo que considera una intromisión en su soberanía.

- India. Tiene objetivos similares a los de China, aunque menos ambiciosos. De todas formas, nadie esperaba lo mismo, ya que cada indio emite una tonelada per cápita y eso es un 25% de las emisiones de China y 20 veces menos que cada ciudadano de EE UU. En India, más del 40% de la población sigue sin acceso a electricidad.

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