Reportaje:

Obama, contra el cambio climático

La ley que fijará por primera vez un límite a las emisiones de CO2 en Estados Unidos llega al Congreso - El proyecto marca un giro a la política de Bush

EE UU se disponía anoche a dar un importante paso en la lucha mundial contra el cambio climático. Al cierre de esta edición, los líderes de la mayoría demócrata en la Cámara de Representantes trataban de conseguir los últimos votos necesarios para aprobar una ley que, por primera vez, impone unos límites a la emisión de gases contaminantes a centrales energéticas, fábricas y refinerías, e incluye una cuantiosa financiación para fomentar el cambio de un parque empresarial y de transporte basado en el carbón y otros combustibles fósiles, a uno de energías alternativas. El objetivo es reducir las...

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EE UU se disponía anoche a dar un importante paso en la lucha mundial contra el cambio climático. Al cierre de esta edición, los líderes de la mayoría demócrata en la Cámara de Representantes trataban de conseguir los últimos votos necesarios para aprobar una ley que, por primera vez, impone unos límites a la emisión de gases contaminantes a centrales energéticas, fábricas y refinerías, e incluye una cuantiosa financiación para fomentar el cambio de un parque empresarial y de transporte basado en el carbón y otros combustibles fósiles, a uno de energías alternativas. El objetivo es reducir las emisiones de CO2 en un 17% para 2020 y en un 83% para 2050 con respecto a los niveles de 2005.

El país planea obtener un 6% de la energía de fuentes renovables
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Se trata de un objetivo muy ambicioso para el país más contaminante del mundo. No es Kioto, pero casi: supone volver a la contaminación de 1990 y requiere un esfuerzo similar al que se ha marcado Europa, del 20%, para 2020.

La norma, que necesitaba del apoyo de 218 diputados, creará un sistema comercial similar al que existe en otras regiones de compraventa de bonos contaminantes. Según el texto propuesto por los demócratas Henry Waxman y Edward Markey, de 1.200 páginas, EE UU debería obtener el 6% su electricidad de energías renovables en 2012.

A la ley le queda aún un largo recorrido antes de llegar al despacho del presidente Barack Obama, que la abrazó como bandera medioambiental de su campaña. Ahora, debe ser sometida a votación en el Senado, donde se espera un difícil debate. "Europa se ha adelantado a EE UU en este asunto en los pasados años", dijo ayer Obama. "Yo soy el primero en admitir que EE UU, en los años pasados, no ha estado donde necesitaba estar".

El ex vicepresidente Al Gore firmó el protocolo de Kioto en 1998, que establece límites a la emisión de gases contaminantes, pero nunca llegó a enviarlo al Senado para su ratificación. George Bush lo mantuvo fuera de consideración. Durante años, tanto el Ejecutivo como el Congreso han evitado aceptar unos límites contaminantes que sin duda afectarían a la producción empresarial. De momento, Obama no ha anunciado que vaya a ratificar Kioto, un tratado cuya primera fase expira en tres años y cuya continuación se pactará en diciembre en Copenhague.

El coste de las modificaciones que contempla la norma sería de 15 millones de euros anuales en los próximos 10 años. Según un informe de la Oficina de Presupuestos del Congreso, a cada familia le supondrá unos 124 euros. ¿Por qué? "Porque la mayoría de la actividad económica está basada en combustibles fósiles", explican.

Los demócratas quedaron divididos desde que el Comité de Energía y Comercio de la Cámara aprobó el texto el mes pasado. Representantes de ambas costas, más progresistas, apoyaban duros límites para las empresas. Los proponentes son, de hecho, de Massachusetts y California. Los que proceden de Estados industriales del Medio Oeste se oponían frontalmente.

Sin embargo, la Casa Blanca ha apoyado la medida como una forma de crear una nueva industria basada en las energías renovables. Ohio ha perdido 200.000 empleos en la última década. Michigan, casi 500.000.

Los proponentes de la ley, aliados con la presidenta de la Cámara, Nancy Pelosi, negociaron duramente durante la mañana de ayer para poder lograr los 218 votos necesarios. Los conservadores no ven la norma con buenos ojos, porque la consideran una subida de impuestos disfrazada. "Esto es la mayor subida de impuestos de la historia de América", dijo el representante republicano Mike Pence. La Oficina de Presupuestos confirmó en su informe oficial que la ley significaría la creación de un nuevo impuesto energético sobre los ciudadanos.

Planta de la central eléctrica estadounidense Calpine-Delta Energy, cerca de Oakland.AP

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